
Woody Allen anunció que se retirará del cine una vez que termine el rodaje de su próxima película, Wasp 22, la número 50, y que se dedicará a escribir cuentos y novelas.
El director de Hannah y sus hermanas, Manhattan y La rosa púrpura de El Cairo se lo dijo a un periodista de La Vanguardia, de España, cuando lo entrevistaba con motivo de la próxima publicación de su libro de cuentos cómicos Gravedad cero que, editado por Alianza, saldrá a la venta el martes 27.
“El negocio del cine ha cambiado; ya no interesan tanto las historias humanas”, sostuvo, aunque su edad (86 años) y las acusaciones en su contra acerca del supuesto abuso sexual a su hija Dylan Farrow -de las que salió absuelto en la Justicia- deben haber pesado en tamaña decisión.
Su nueva película estará ambientada en París, y “será parecida a Match Point: emocionante, dramática y además siniestra”. Así que la que sería su última realización, su despedida como director, no solamente se rodará en París, sino que será hablada íntegramente en francés. El inicio de la filmación será dentro de dos semanas.
Poco y nada -bah, como siempre- se sabe de Wasp 22. Allen suele dar a sus intérpretes solamente las páginas de su guion que los incluye, nunca un libreto completo. De su nuevo filme apenas trascendió que tendrá en su elenco a Kenneth Edelson, el único actor que ha aparecido en más películas de Woody Allen que el propio Allen (en veinte, y el director lo hizo en treinta), siempre en cameos o roles episódicos.
El cineasta dijo que “en principio” no hará más películas, sino que prevé escribir su primera novela. “Mi idea, en principio, es no hacer más cine y centrarme en escribir, estos cuentos y, bueno, ahora estoy pensando más en una novela”, comentó.
También dijo que supone que la novela incluirá el humor que le sale casi como por naturaleza, aunque esFanning, to no tenga que ser necesariamente así: “Si tuviera una idea muy seria, no dudaría en hacer lo mismo que hice en algunas de mis películas, las llamadas serias”.
Afirmó que la literatura “es un trabajo obsesivo”. Y argumentó: “Pasás largos períodos de tiempo pensando en una sola palabra o una frase, durante varias horas, tratando de descubrir cómo hacer funcionar una oración. Los escritores realmente buenos que conozco se pasan un día o dos para pulir una frase”.
También, que escribir un guion “es mucho más relajado: son muchos diálogos y las simples acotaciones de las escenas; cambia todo el tiempo y no lo trabajás tanto”.
Ultimamente el cineasta filmó con mayor frecuencia en Europa que en su amada Nueva York, ya que las acusaciones de abuso en su contra en los Estados Unidos le restaron apoyo para financiar sus producciones.
Hace exactamente dos años, en 2020, inauguró el Festival de Cine de San Sebastián con Rifkin’s Festival, que había rodado en esa ciudad, y que transcurría durante una presunta edición del festival. Tuvo un estreno limitado en cines en los Estados Unidos y en el resto de Europa.
En la Argentina, Rifkin’s Festival -que era bastante flojita- se estrenó el pasado 20 de enero, y fue la película menos taquillera en la historia del director. Vendió, en sus cinco semanas en cartel, apenas 10.299 entradas.
Antes, Amazon Studios había decidido no estrenar en los Estados Unidos su película anterior, Un día lluvioso en Nueva York. Y eso que tenía, como pasa en casi todas las películas de Allen, un elenco plagado de estrellas, como los más jóvenes Timothée Chalamet, Selena Gomez y Elle además de Rebecca Hall, Jude Law y Liev Schreiber.
Las acusaciones fueron cruzadas, ya que la productora argumentó que Allen había “saboteado” el futuro de la película con sus comentarios sobre las acusaciones de abuso de su hija Dylan Farrow. La respuesta del cineasta nacido en el Bronx, Nueva York, fue demandar a Amazon Studios por la bonita suma de 68 millones de dólares, alegando un incumplimiento de contrato. La disputa se resolvió fuera de los tribunales.
Allen también ha tenido últimamente problemas con las editoriales. Hachette canceló la publicación de sus memorias A propósito de nada después de las protestas del personal de la editorial, pero el libro luego fue publicado por otra, Arcade.
El 28 de junio, el actor Alec Baldwin, amigo de Allen, lo entrevistó en su canal de Instagram, y ya allí el ganador de cuatro Oscar había adelantado que estaba considerando terminar su carrera como director, y que lo haría luego de su próxima película.
“Probablemente haré al menos una película más. Gran parte de la emoción se ha ido”, había manifestado Allen. “Cuando solía hacer una película, iba a salas de cine en todo el país. Ahora hacés una película, y la tenés un par de semanas en una sala de cine. Tal vez cuatro semanas y luego pasa directamente al streaming, o al pago por visión… No es lo mismo… No es tan agradable para mí”.
“No me divierto tanto haciendo una película como estrenándola en el cine”, siguió. “Fue una sensación agradable saber que 500 personas la estaban viendo todos juntos. No sé cómo me siento acerca de hacer películas. Voy a hacer otro filme y veré cómo se siente”, terminó entonces.
Pablo O. Scholz-Clarín-Espectáculos