Hoy se estrena en Paramount+ la docuserie Thalía’s Mixtape: el soundtrack de mi vida, un trabajo audiovisual que realizó la estrella mexicana Thalía en referencia a las canciones de rock en español que fueron fundamentales en su juventud y que la marcaron a fuego a lo largo de su vida, pese a que su carrera musical se inclinó al pop latino.
Se trata de un revisionismo juvenil propio, en el cual a lo largo de tres capítulos ella plantea, desde las entrevistas y versiones musicales, un legado de una época que vivió “para que las nuevas generaciones conozcan”. Incluso cuenta con la presencia de algunos artistas jovencitos y taquilleros, además de los grandes íconos de los cuales ella fue fanática en su pubertad.
Entre los invitados aparecen jóvenes talentos como el guatemalteco Ben Carrillo, y los mexicanos Kenia Os y León Leiden. Pero el plato fuerte son astros con los que la vocalista devenida entrevistadora simpatiza desde chica y con quienes versiona sus canciones favoritas.
Así, aparecen Charly Alberti de Soda Stereo (versionan Persiana americana); Roco Pachukote de Maldita Vecindad (Pachuco); David Summers de Hombres G (Sufre mamón) y Andrea Echeverri de Aterciopelados (Florecita Rockera). Además, aparecen versiones de canciones de Los Enanitos Verdes (La muralla)y La Mosca Tsé Tsé (Para no verte más), entre otros temas que sonaron tanto en radios como en discotecas de toda Latinoamérica.
Cabe destacar que en paralelo a la serie, la estrella de la música latina acaba de editar su decimonoveno álbum, que incluye once versiones a modo de tributo de canciones de los ochenta y noventa en material físico y en formato digital.
“Yo tenía el póster de Soda Stereo en la pared, ellos con sus cabellos batidos y semiparados, al estilo punk. Tenía en mis cuadernos a Hombres G, obviamente a Maldita Vecindad, tenía a Pachuco allí pegado también. O sea, todo lo que tuve la fortuna de vivir en este documental-serie musical, todo eso era lo que adornaba las paredes de mi habitación”, cuenta vía Zoom.
“Mis cuadernos me acompañaban a todos lados”, agrega. Casi sin respiro, evoca los años ‘80: “Por aquella época sí se podía alzar la voz y decir algo que tal vez fuera en contra de los estatutos de la sociedad de ese momento, había que romper las reglas y se lograba”.
Un sonido que la marcó: “El rock en español fue el gran protagonista de todos mis mixtapes, mis casetes, mis playlists, que hoy compartimos a través de la nube. Esos rockeros eran mis héroes, me daban la fuerza de ser yo y sentirme diferente”.
-¿De adolescente jugabas con una escoba como si fuera un micrófono para cantar tus canciones favoritas frente al espejo de tu habitación?
-¡Sí, por supuesto que yo ensayaba! Lo hacía ante un espejo que tenía en mi habitación, con todos los posters pegados en las paredes, porque era necesario para mí resaltar mi alrededor, que yo misma viera las imágenes de con quienes me sentía identificada. Además ensayaba mi autógrafo con un labial, ahí en el mismo espejo, imaginándome artista como mis ídolos. Luego me ponía a cantar todas estas canciones que me movilizaban, que me incitaban a sacar esa forma de expresión que la sociedad tenía bien apretada en aquel momento. El rock en español fue el gran protagonista de todos mis ‘mixtapes’, mis casetes. Esos rockeros eran mis héroes”. De chica tenía el póster de Soda Stereo. Y conocer a Charly Alberti ha sido un regalo fantástico. Se convirtió en un amigo”.
-En la docuserie abordás los cambios de sonido y el avance de la tecnología. ¿Te sorprende todo lo que sucedió con el paso del tiempo?
-Esta serie surgió en el verano del 2019. Iba manejando y me atreví a abrir esa bóveda que todos tenemos en el corazón acerca de las canciones que no queremos tocar porque sabemos que nos van a hacer un efecto dominó. O sea, todas nuestras emociones de adolescentes nos van a traer memorias, recuerdos, olores. Entonces me atreví a escucharlas, a tocar ese mixtape y ahí fue cuando entendí que era importantísimo comunicar ese lenguaje, estas canciones, esta lírica a las nuevas generaciones. Como madre de un niño de 11 y una niña de 15 años, veo que todo lo viven atrapados en una pantalla, que no entienden que no existía un Shazam, que no era: “Ay, oigo una canción; ay, la tengo en el playlist. ¡Aquí está! Bueno, le voy a compartir mi playlist a tal persona”. ¡No! Nosotros, con suerte, nos sentábamos frente a una radio y esperábamos para grabar cuando el locutor no hablara y no lo estropeara. ¡Era toda una hazaña! Y esta docuserie tiene la historia desde el longplay hasta la nube y la inteligencia artificial, de la mano de los grandes íconos.
La mexicana radicada en los Estados Unidos subraya que en Thalía’s Mixtape, sus ídolos son los encargados de desmenuzar sus propios tiempos de gloria en paralelo con lo que sucedía socialmente: “Nos explican lo que pasaba en la sociedad en el lugar de donde eran oriundos. Cómo construyeron el piso donde crecimos personas como yo o los jóvenes que invité a la serie, que salieron de TikTok y de YouTube”.
-¿Cómo viviste esos encuentros con músicos que admiraste desde chica y cuál fue el que más te marcó?
-Me morí con David Summers. Pensar que fue mi primer crush (flechazo). Lo miraba de chica, tenía su póster. Y de pronto verlo frente a mí en persona… Y conocer a Charly Alberti ha sido un regalo fantástico. Se ha convertido en un gran amigo. Tenerlo en frente, con esos ojazos azules verdosos que tiene, explicándome la época, lo que fue la canción Persiana americana, cómo se hizo…
Aunque Thalía’s Mixtape sea un gran homenaje al rock en español, Argentina ocupa un espacio mayoritario a la hora de la selección de canciones. En el inicio de la serie, lo primero que aparece es un tributo a Los Enanitos Verdes, incluyendo un texto homenaje a Marciano Cantero, que falleció en septiembre.
Thalía señala el cambio de época en cuanto a las colaboraciones entre artistas: “Tal vez en esa época eras rockero, y punto. Eras popero y estabas en el mundo del pop. Eras baladista y te quedabas allí. Hoy no es así. Hoy existen estos juntes y la generosidad de ellos de prestar las joyas de su corona a esta nueva generación para reinterpretarlas y conocerlas. ¡Es un viaje! Estoy muy contenta porque no lo hace Thalía, sino la fan en su cuarto de adolescente soñando con sus ídolos”.
A la actriz de novelas como Marimar o María la del barrio se la ve exultante: “Pues esto lo hice de fanática. En la pandemia fue cuando empecé a conectar con cómplices que entendieran la época. A su vez, el productor musical del disco (porque esta serie viene acompañada del disco El mixtape de mi vida) era músico cuando yo cantaba a los 15 años y salíamos de tour en camiones por semanas y meses”.
-Luego del estreno de la docuserie, ¿vendrás a la Argentina a presentar tu disco de versiones de rock en español?
-Lo único que puedo anticiparte es lo siguiente: ¡quiero ya unos chinchulines!
Sebastián Duarte/Especial para Clarín-Espectáculos