Corrían los últimos días de septiembre de 2014, cuando un viento gélido atravesó las almas de los amantes de las músicas de raíz. Raúl Carnota, un genio en la materia, dejaba este mundo a causa de un ensañado EPOC. Tenía 66 años. Había nacido en Almagro durante los días felices de octubre del ’47. Se había criado en Mar del Plata. Y los enigmas del devenir lo llevarían a convertirse en un músico extraordinario. En un guitarrista versátil, sensible, ecléctico. En un cantante cuya voz maderosa, terrena, encajaba justo en cada género criollo, vernáculo. En un compositor prolífico en chacareras, gatos, zambas y estilos. Y hasta en bombisto, por si algo faltaba.
Ahí están, para la eternidad, piezas de inconfundible belleza intrínseca. Del “Grito santiagueño”, que nada más y nada menos le grabó Mercedes Sosa en 1982, a “La asimétrica”, pasando por la maravillosa zamba “Como flor del campo”, el “Gatito ‘e las penas” o “La casi trunca”, otra maravillosa chacarera. Ahí están, también, sus experiencias solistas y grupales. Desde el lejano y breve paso por Los Huanca Hua de fines de los ’60, hasta su guitarra sonando como plafón de las cosas de Adolfo Abalos o Armando Tejada Gómez. Ahí están los tríos con Rodolfo Sánchez y Eduardo Spinassi, o con el mismo Sánchez y Franco Luciani, que derivó en el disco Proyecto Sanluca. Y ahí, el cuarteto exquisito que formó a mediados de los ’90 con Sánchez más la pareja Lilian Saba y Marcelo Chiodi.
Influencia perenne
Aquí hay que pararse porque la noticia es que justamente la pianista y el vientista –que permanecen juntos desde entonces- serán parte de un concierto-homenaje a Carnota llamado “Memoria adentro”, que se llevará a cabo este viernes 27 de septiembre a las 21, en Je suis Lacán (Balcarce 749), a diez años del fallecimiento del músico. Saba y Chiodi recrearán parte de la impronta que imprimieron a sus días con Carnota, a través de la interpretación de la chacarera doble –también grabada por Mercedes- “Salamanqueando pa’ mí”, y “Esencia de mi pueblo”, gato que nombra al disco epónimo, grabado en 1985 por el trío Carnota-Sánchez-Spinazzi. “Raúl es un referente indiscutible de nuestra cultura, que ha influido e influye en distintas generaciones de músicos y músicas”, sentencia Saba.
“Exacto, porque como autor y compositor dejó un valiosísimo repertorio de temas, muchos de ellos ya se han vuelto clásicos de nuestro cancionero. Como intérprete, su manera de decir cantando, su fraseo y su potente forma de acompañarse rítmicamente con la guitarra le dieron una originalidad que sin duda abrió nuevos caminos desde sus primeros recitales y grabaciones, allá por los años ’80”, prosigue Chiodi. “Por eso, creo que en él confluyeron distintas virtudes: su talento creativo, su conocimiento del folklore musical y lírico de las distintas regiones del país, y su apertura a otras músicas. Así, dialogó hábilmente con sus compañeros generacionales del rock, del jazz, de la música rioplatense y de nuestra música ciudadana. En definitiva, supo combinar los sonidos y las palabras, visitar con su impronta distintos lugares, siempre en la amistad, en el disfrute, en el compañerismo y siempre sin olvidar el orgullo de haber sido el músico acompañante de Adolfo Ábalos en sus primeros pasos por los escenarios”.
Los organizadores
La intervención de Saba y Chiodi será en tanto acompañantes de la cantora, productora y compositora Marina Cavalletti y el guitarrista Francisco Picone, músicos y organizadores del homenaje aniversario. “Raúl logró trampear a la muerte con su música”, sentencia sin dubitar Cavalletti. “Tuve la suerte de conocerlo, de que nos quisiéramos mutuamente, así que este concierto es muy especial. Siempre me conmueve cantarlo, por su hondura poética y por su originalidad. Creo que Raúl es una bisagra para la cultura argentina, y que hay que recordarlo y cantarlo todos los días”, remarca la anfitriona, que también se nutrirá de los vientos andinos del aerofonista Horacio Quintana en el huayno “Solo luz”, otro de los temas previstos para el repertorio.
“Cuando Carnota apareció en la escena de la música popular folklórica después del dúo con Suna Rocha fue una revelación, al punto que yo escuchaba su música y la compartía con mis alumnos”, evoca el también luthier, experto en cultura musical americana. “Por los ’80 eran muy novedosas toda esa síncopa y las armonías que utilizaba, además de su poética con un modo de frasear distinto. Esto nos resultaba atractivo, como un nuevo lenguaje con esa mezcla de blues y rock. Indudablemente, fue un aporte a lo folklórico y tradicional. Abrió el panorama”, destaca el vientista, que vio por primera vez a Carnota en 1994, durante un “minirecital con charla” en la Escuela de Música Popular de Avellaneda. «‘Solo luz’ es el tema que elegí para tocar, porque se trata de un huayno lento con una letra bellísima, como todo lo que escribía Raúl”.
Cristian Vitale/Página 12-Espectáculos