“¡Ay, cómo extrañaba esto, Dios!”. Yamila Cafrune ya había anticipado la emoción que deviene en tal expresión. Antes de comenzar el tema que la inspiró, dijo: “Vamos a hacer una canción que es el himno del folklore uruguayo, a mi entender. Es de Aníbal Sampayo, y se llama ‘Río de los pájaros’”. Resulta uno de los puntos más altos del concierto on demand que la hija del barbón Jorge ideó prendida a dos motivos: el mes de su cumpleaños, y el de la música. En efecto, “Yazzmila Cafrune, No soy de aquí, ni soy de allá” -así se llama el recital- está en Passline desde el lunes 16 a las 16, cuando la cantora cumplió 55 años, y allí permanecerá durante un mes. “El ‘no soy de aquí ni soy de allá’ lleva implícito el canto tradicional al que me he dedicado casi toda la vida, junto al canto con un acompañamiento de tango”, señala la cantora a Página/12.
En rigor, el concierto hace transitar a dos agrupaciones por varios géneros populares. Por un ala criolla, en el caso del ejecutado por un cuarteto bajo dirección del guitarrista Moscato Luna. Y por otra más jazzeada -de ahí lo de “Yazzmila”-, en el del Tango Jazz Quartet de Gustavo Firmenich. Con el primero, la voz de la Cafrune también se luce en “Changuito lustrador”, chacarera que Cafrune padre popularizó junto a Marito en De mi madre (1972). Con el otro cuarteto, pasa parecido con la adaptación de “Balderrama” y otra, bien bonita, del vals “Flor de lino”. “Con cada agrupación hay una Yamila diferente. Una tradicional, y otra que puede explayarse con un ‘alargue’ de una u otra palabra en el tiempo musical. Eso hace que no me sienta limitada con la estética ni con la coreografía ni con el formato de un determinado ritmo”, explica ella en palabras, lo que recorre en música mediante valses, zambas, cuecas, chamamés, chacareras y hasta tangos poco visitados por la folklorista como “Balada para un loco” o “El último café”.
El streaming, que permanecerá on demand hasta las 16 horas del 16 de diciembre, se realizó en vivo en el Gutierrez de Banfield, espacio a tracción independiente que, según la cantora, irradia energía positiva. El concierto es, además, el tercero que la también abogada da desde que apareció la pandemia. “He tenido que reinventarme, en el sentido de saber cómo enchufar micrófonos, ver el mejor fondo para hacer un video y, sobre todo, de cómo se le habla ante una pantalla sin esperar devolución por parte del público”, confiesa la cantora que, entre otros quehaceres pandémicos, también participó del streaming colectivo por el Día de la Diversidad. Allí, a instancias de Radio Nacional, artistas interpretaron la zamba “De mi esperanza” en idiomas originarios. “Fue para destacar el trabajo que hicieron Marcelo Predacino y Guadalupe Farías Gómez, de consultar a traductores y maestros de las diferentes lenguas originarias para adaptar a la esencia del tema”, realza.
Otra buena nueva de Yamila pasa por la proximidad de un nuevo disco, el sucesor de Con guitarras (2015). Se llama Del jazmín a la revolución, el productor será Darío Valles y a ella le pertenece una primera aproximación. “Lo de jazmín está relacionado con el romanticismo en el folklore, mientras que lo de revolución va de suyo, claro”, sentencia. “Pienso que el romanticismo y las revoluciones tienen algo en común: los ideales. Por eso es que una persona romántica y una revolucionaria se parecen… ambas tienen un ideal”. Asociada a la idea del jazmín como abstracción irá una cueca cuyana de Saúl Quiroga llamada “Me hiciste mal”. A la de revolución, en tanto, el joropo con letra de Atahualpa Yupanqui llamado “Coplas de Juan Prisionero”. Y a la de ambas, “La reservada”, zamba de Alfredo Abalos. “La pensé como bisagra porque es un tema dedicado a una mujer, por un hombre que fue a la guerra y nunca volvió. Le dijo ‘vuelvo’ y ella le devolvió un ‘te espero’, y se reservó para él, pese a que él nunca llegó”, finaliza la Cafrune.
Página 12/Espectáculos