
Apenas una fecha pudo sostener su condición de puntero Gimnasia La Plata. Tenía que ganar en Santiago del Estero para mantener ese punto de ventaja sobre Atlético Tucumán que había conseguido después de derrotar 2-0 a Arsenal el jueves pasado. Pero la derrota ante Central Córdoba lo dejó otra vez como escolta junto con Boca y a dos puntos de los tucumanos, cuando restan siete fechas para el final del torneo.
La contundencia que logra el equipo de Néstor Gorosito en el Bosque platense no puede repetirla en los últimos partidos como visitante, condición en la que perdió en sus últimas dos presentaciones y lleva tres sin ganar. Y esa irregularidad en los resultados, también en el juego, le juega en contra en sus aspiraciones para lograr el tercer título oficial en su historia, tras las conquistas del Torneo de Primera de 1929, en el que obtuvo la Copa Estímulo, y la Copa Centenario de 1993.
El Lobo está otra vez ante una oportunidad única, como le sucedió varias veces en los torneos cortos, aquel Apertura 95 que perdió en la última fecha ante Independiente, o los otros subcampeonatos: Clausura 96, 98 y 2002 y el Apertura 05.
Anoche, en Santiago del Estero, le faltó convicción para volverse con los tres puntos.
Es cierto que el equipo de Pipo Gorosito tomó el protagonismo del partido desde el primer minuto. Para seguir en la punta tenía que ganar y llegó a Santiago del Estero con ese objetivo. Los primeros 10 minutos fueron de un dominio absoluto, tanto que el Ferroviario apenas podía cruzar la mitad de la cancha. Tuvo aproximaciones pero sin demasiado peligro, un centro rasante despejado a tiempo por un defensor local y un tiro libre de Brahian Alemán que se quedó en la barrera.
Recién después de los primeros diez minutos el local logró salir de esa presión inicial del Lobo, adelantó líneas y el juego se hizo más parejo, pero aún lejos de los arcos. Sin embargo, a los 20 minutos, Alejandro Martínez sorprendió con un remate desde lejos que pegó en la base del travesaño y en la línea. Gimnasia se salvó de milagro.
El dominio de Gimnasia se fue diluyendo en la parte final de la primera etapa. Incómodo, sin poder manejar el balón, llegaba al arco de Rigamonti con centros o alguna pelota parada. En el último minuto, un centro rasante de Alemán lo conectó Ramírez y atrapó Rigamonti.
En cambio, Central Córdoba rodeó un poco más la valla de Rodrigo Rey, con alguna jugada más elaborada a partir del manejo de Martínez y González Metilli, más la dinámica de Kaprof. Un remate de Martínez se fue por arriba del travesaño y, tras una buena jugada, un tiro de Juan Cruz Kaprof lo mandó al córner un defensor visitante.
La parte final fue mucho más pobre que los primeros 45 minutos. Las llegadas de ambos fueron esporádicas, sin demasiado juego asociado, con fallas en la creación, en especial el uruguayo Alemán, la cuota de talento del Lobo. De experta pegada, cada centro o tiro de esquina era una carta de esperanza que enseguida se transformaba en frustración. Incluso el talentoso volante probó a los 30 minutos desde lejos pero la pelota fue mansita a las manos de Rigamonti. Incluso le pegó mucho mejor el chico Benjamín Domínguez, que el lunes cumplió 19 años, aunque el derechazo se fue apenas desviado. Faltaban tres minutos para finalizar el tiempo reglamentario.
La sorpresa llegó en los instantes finales. Y Gimnasia pasó de líder a escolta acompañado por Boca. A Abel Balbo le funcionaron los cambios. Hubo un gran pase filtrado de Hernán López para Gonzalo Torres, quien sacó un fuerte derechazo al primer palo y sentenció la victoria de Central Córdoba.
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PATRONATO Y CENTRAL NO SE SACARON VENTAJAS
Se jugaban cosas distintas. Patronato, equipo bravo, sabe que no hay caminos diferentes a ganar regularmente. Rosario Central, ahora equipo de Carlitos Tevez, también vive de urgencias. No les sobra nada a ninguno de ellos. A los del Paraná no les queda otra que apuntar al milagro. A los de Rosario, legitimar a su entrenador como factible para otras búsquedas de torneos inminentes.
El primer tiempo tuvo mucho de casi nada. Apenas un puñadito de jugadas individuales se asomaron al gol. Y en ese rubro, Patronato falló. ¿Central? Casi nada. O nada.
No pasó demasiado en el segundo tiempo en términos de atracciones. Llegadas escasas, un cero complementario que los definía. Más allá de esa intervención del VAR que ratificó la decisión de la terna arbitral de anular el gol de Martínez, que cabeceaba al gol en el segundo palo.
Y así, al cabo, el empate sin goles y sin nada los terminó por definir.
Central llegó a 24 puntos, mientras que Patronato quedó con 28, aunque sigue como el equipo más comprometido con el descenso, con un promedio de 1,020, producto de 98 unidades, y lucha contra Aldosivi (1,031 y 99 puntos) y Arsenal (1.125 y 108).
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