Entre 1970 y 1975, el cantante italiano Billy Bond comandó gran parte del rock argentino junto al productor Jorge Álvarez, dejando atrás su etapa como artista comercial en la línea de El club del clan y La escala musical. Creó La Pesada del Rock and Roll, un dream team de músicos de otras bandas, y se encargó de la mayoría de las grabaciones .
Sin embargo se lo conoce más por haberle gritado “¡Rompan todo!” al público del Luna Park en un show de 1972, al ver que la policía estaba reprimiendo a la gente. El destrozo fue total y lentamente fue decidiendo que era mejor emigrar a otro país. Desde entonces vive en Brasil, donde tuvo grupos, produjo a otros y se dedicó a armar espectáculos musicales de Disney.
Ahora, a los 80 años, Billy Bond quiso subrayar su importancia en la historia. Escribió una autobiografía, dio un puñado de charlas tipo stand up y quiso montar una ambiciosa ópera-rock en 2023. La revancha llegó el viernes, cuando se presentó en el Gran Rex y a sala llena demostró su poderío como cantante y maestro de ceremonias.
En el teatro, desde el inicio el clima era decididamente de fiesta: globos en el pasillo central, luces de colores, proyecciones en pantallas de video y un cantante con saco de brillos, con una gran banda atrás, que al arrancar enganchó La bamba de Ritchie Valens con La plaga de los Teen Tops y I Saw Her Standing There de los Beatles (junto a Fernando Samartín). Antes hubo una cita coral a Génesis de Vox Dei y dos canciones nuevas, seguramente de la ópera-rock.
Así, entre retazos de ideas de su fallida ópera-rock y una lista de temas donde no faltó ningún hit de La Pesada, Billy Bond demostró que su voz sigue intacta, al igual que su capacidad para armar grupos y convocar a grandes invitados.
Hubo más de 20 participaciones de lujo, incluyendo a exintegrantes de La Pesada como Alejandro Medina, Black Amaya, Kubero Díaz, Isa Portugheis, Machi Rufino y Juan Rodríguez. Todos héroes absolutos de grupos como Manal, Pappo’s Blues, La Cofradía de la Flor Solar, Invisible y Sui Generis.
Además, estuvieron León Gieco, Patricia Sosa, Ricardo Soulé, Daniel Melingo, Boom Boom Kid, Gori, Javier Malosetti, Gillespi, Don Vilanova, Alambre González, Sandra Vázquez, Juanito Moro, Pipo Cipolatti, Alfredo Pería, Carolina Peleritti, Fernando Samartín y el tanguero Rodolfo Mederos.
El resultado fue un delirio caótico, arrollador y genial, con momentos antológicos y desprolijidades varias. Billy Bond alternó cantar al micrófono con anécdotas contadas desde un sillón. Y mientras los demás se sacaban chispas, no detenía su deambular por el escenario.
Como un mago que acaba de realizar un conjuro por primera vez en mucho tiempo, se lo veía feliz y orgulloso. Sobre el final confesó: “Me hago el cancherito pero en el fondo estoy super emocionado”.
En el repaso cronológico de la lista de temas, figuraron Mi limón mi limonero, El toro campeón, No pibe, Verdes prados, Voy a ver a un amigo y Adonde está la libertad.
Luego vino El parque, Concientemente todo lo podrás lograr, Para qué nos sirven, El paso del elefantito y Salgan al sol, La maldita máquina, La pálida ciudad y la versión rockera de La marcha de San Lorenzo, Tontos y Gracias al cielo.
Las guerras, El primero te lo regalan el segundo te lo venden, Loco no te sobra una moneda, Cuando ya me empiece a quedar solo. Todos los invitados volvieron a subir al escenario para cantar Soy el rock, tras casi dos horas de concierto. Así, cual Salón de la Fama del Rock and Roll, Billy Bond revivió, revisitó e introdujo a La Pesada, que ya tenía su lugar en la historia, pero que en pleno 2025 se subrayó su importancia con énfasis y éxito.
Marcelo Fernández Bittar/Clarín-Espectáculos