No sobra nada en Vicente López, pero San Lorenzo está acostumbrado a vivir al día. Si desde el aspecto institucional y financiero está llevando a cabo una restauración, el fútbol no es la excepción. Entonces, la victoria que consigue ante Platense, con un gol fuera de contexto y sufrida en el final, tiene el valor de los puntos, pero también es simbólico. Por el impulso espiritual en la batalla por la permanencia, claro. Y porque fue el segundo triunfo consecutivo, un bálsamo entre tantas turbulencias.
El primer tiempo dejó dos goles de penal, que está vez no ameritaron polémicas por los fallos de Penel, y un resultado lógico. Al menos en cuanto a la prestación de ambos equipos se refiere, claro. Porque aunque es cierto que San Lorenzo pegó primero, Platense hizo méritos para igualarlo.
Hubo una zona en la que predominó el Calamar y terminó siendo decisiva. Si el medio está fuerte en la recuperación y en la distribución, cualquier equipo camina. Platense tuvo más concentración y precisión sobre el círculo central. Sin ir más lejos, la jugada que derivó en la falta de Gastón Gómez sobre Minervino llegó a partir de un pase de Picco, muy lúcido.
San Lorenzo plantó tres mediocentros y le faltó juego. También, anticipo. Santiago Sosa jugó apenas más retrasado que Irala y Tripicchio. Entre los tres no pudieron contener. Lo mejor que mostró el equipo de Leandro Romagnoli fue a través de alguna proyección o mano a mano de Leguizamón.
Cuando el paraguayo encaró, desequilibró. Pero fue a Cuello al que le cometieron la falta que Penel consideró penal. Y no es un juego de palabras. Iván Gómez lo cruzó en el vértice del área cuando el atacante se aprestaba a sacudir de zurda y lo derribó. El propio Leguizamón se hizo cargo de la ejecución y resolvió con un remate inatajable para Cozzani.
Platense no cambió su plan. Y si un ratito antes del grito de Leguizamón había generado una jugada con desborde de Guido Mainero y un centro que Mateo Pellegrino cabeceó contra el travesaño, siguió buscando por esa vía.
Se discutió el medio con Fernando Araujo, Picco y Gómez prevaleciendo y se profundizó por afuera con Sasha Marcich por un lado y Mainero por el otro en ese 4-5-1 que se desplegó. La referencia siempre fue Pellegrino, claro.
Hasta que llegó el empate gracias a un pase de Picco y la mencionada falta de Chila a Minerva. Una jugada calcada a la que se vivió hace una semana en la Bombonera. Sin embargo, Echavarría no cobró penal de Brey sobre Vombergar. Penel, en cambio, no dudó. Criterios distintos, está claro. Pellegrino, exento de cualquier polémica, la mandó a guardar contra un palo.
Romagnoli decidió hacer variantes para cambiar la fisionomía de su equipo, demasiado lento y sin variantes. Arriesgó con la salida de Sosa y apostó a dos delanteros para armar un 4-2-3-1 con Vombergar como referencia, Cuello a la izquierda y Reali a la derecha. Poco tuvieron que ver los cambios con el golazo de Irala: un bombazo de media distancia que viajó sin escalas hacia el ángulo de Cozzani.
La dupla Orsi-Gómez contestó con los ingresos de Schor y Ronaldo Martínez. El rubio fue picante en la individual, siempre ganándole a Báez. Sin embargo, sus compañeros no pesaron en el área.
San Lorenzo intentó solidificar el medio con Eric Remedi y en el lateral con Gonzalo Luján. Pero tuvo que destacarse Tripicchio en la recuperación. Eso sí, pudo marcar el tercero, tras un error no forzado de Suso en un sector anegado, pero Vombergar no lo aprovechó. Y en el último minuto, Cozzani le tapó un mano a mano a Cuello.
Aunque siempre fue más peligroso Platense, con un remate de Franco Baldassarra que tapó Gómez y un cabezazo de Pellegrino apenas desviado. En el final, un offside impidió el gol de Marcich y el palo, y otro grito del “9”.
Celebró el Ciclón, nomás. Para transitar el parate de la fecha FIFA con algo de paz.
Daniel Avellaneda/Clarín-Deportes
ATLÉTICO JUEGA BIEN Y LE GANÓ MERECIDAMENTE A RACING
Los brazos en alto de Facundo Sava al final del partido son más que justificados. Atlético Tucumán logró una victoria ante Racing que se justifica plenamente. Fue el Decano, en definitiva, el equipo que supo lastimar, marcando diferencias con la inteligencia inoxidable de Luis Miguel Rodríguez y la precisión de Renzo Tesuri. Este 1-0, además, renovó la esperanza en el Norte y hace soñar a los tucumanos con llegar la cima de la Liga, por ahora en manos de Vélez.
Es que el triunfo de Atlético no solo reavivó una llama que parecía extinguida, sino que abre la ilusión de dar el mayor golpe de su historia. Es que el conjunto local muestra confianza y un respaldo futbolístico suficiente para ilusionar a sus hinchas con alcanzar el gran objetivo, disputadas ya 13 fechas en el campeonato. La Academia, tras esta derrota y el 0-0 ante Independiente de la fecha pasada, empieza a ceder demasiado terreno.
Atlético luce sólido, sobre todo porque se perciben claramente las ideas de su DT. El fútbol, un deporte hermoso, se celebra aún más cuando hay quienes lo engrandecen. Entre ellos está el Pulga, el talentoso jugador ofensivo que regresó esta temporada al Decano. Rodríguez es sinónimo de jerarquía: su toque con la pelota, su capacidad para definir o anticipar cada jugada, sumado al sacrificio por el equipo, lo colocan en una categoría aparte. Un distinto. En este duelo, sin embargo, Tesuri se puso a su altura y fue la figura del partido.
Y eso que el partido no comenzó fácil para Atlético. Los primeros 45 minutos fueron de ida y vuelta. Racing arrancó mejor, con un Juancuando fer Quintero encendido, rompiendo la lógica y desordenando la defensa tucumana. Pero un jugador solo no puede hacerlo todo. Si al principio Racing dominaba en posesión y precisión de pases, después de los 25 minutos, su control comenzó a desmoronarse. Y Atlético no dejó pasar la oportunidad.
¿El gol? Una asistencia perfecta de Rodríguez para Tesuri, quien pisó el área, ganó la posición y definió de zurda para desatar la euforia en todo 25 de Mayo y Chile. El 10 parcial ante el equipo de Gustavo Costas mostraba que los locales nunca dejaron de buscar.
Los de Sava apostaron por su estilo: un fútbol vertical que invita al error del rival y que no perdona cuando se presentan las ocasiones de gol. Así, expuso. en la primera mitad .las falencias y los bajos rendimientos de algunos jugadores de Racing, especialmente en la defensa. La lesión de Agustín García Basso -se resbaló, cayó sobre su brazo derecho y tuvo que salir justo cuando regresaba de una larga lesióndejó un hueco que no pudo cubrir. Mura, Di Césare y Quirós no lograron contener las arremetidas de Tesuri ni las vivezas del Pulga Rodríguez. Quedó claro que este Atlético Tucumán no está dispuesto a regalar puntos. Y menos en el Monumental.
Tras el entretiempo, el local tomó la iniciativa, intentando salir desde el fondo con la pelota dominada y controlar el juego. Y lo logró, por momentos, y hasta pudo haber ampliado el marcador. Pero Racing es Racing y despertó.
La ocasión más clara en el arranque de la segunda mitad llegó cuando Mura arrancó desde su campo, avanzó sin oposición y, al encontrar el espacio, sacó un potente derechazo que se estrelló en el palo derecho del arco defendido por Durso. Luego, volvió a intentarlo de zurda, pero su disparo se fue desviado.
A partir de allí, el partido se hizo otra vez de ida y vuelta pero con Racing como protagonista. Una pared entre Almendra y Roger Martínez culminó con una bonita definición del ex Boca que Durso, tras una espectacular volada, desvió al córner. Los jugadores de la visita reclamaron una mano, pero nada pasó.
Racing dominó desde entonces y Atlético se replegó. Padeció los últimos minutos porque Costas se animó a poner un equipo ultraofensivo. Pero el dueño de casa supo aguantarlo y así se quedó con el triunfo y con un premio aún mayor: la ilusión latente de que este equipo está para algo serio en la Liga Profesional. Racing, en tanto, deberá mejorar.
Juan Manuel Rovira/Corresponsalía Tucumán de Clarín
OTROS RESULTADOS
Huracán 0 – Tigre 2
Banfield 1 – Instituto 2