El cielo despliega su amenaza en el horizonte de Ostende. El frío pincha como agujas que se clavan en la piel. Pronto comienza a llover. No es un día de playa. Las personas que están de vacaciones rumbean hacia el Viejo Hotel Ostende para escuchar las conferencias y performances de la cuarta edición de la Noche de las Ideas (NDI) bajo el lema «Ser viviente, estar vivo». «Los humanos son los únicos que pueden transformar la sociedad por la acción concreta o la imaginación», plantea la antropóloga francesa Carmen Bernand, hija de exiliados republicanos que vivió veinticinco años en Argentina, en su conferencia inaugural “¿Lo humano es una noción obsoleta?”.
Bernand recuerda que vuelve a estas playas «en el crepúsculo de mi vida», un lugar en cuyas dunas la pequeña Carmen con otros chicos de su edad se escondía para «tratar de sorprender a los últimos caballos salvajes que solo se mostraban, si les daba la gana, al despuntar el alba». Ailton Krenak, un líder indígena del siglo XXI, de una comunidad situada entre Minas Gerais y Espíritu Santo, escribió en una publicación reciente que la humanidad amenazada particularmente en Brasil no puede ser concebida fuera de la conexión profunda con la tierra. «El río Doce, es una persona, no un recurso». La frase resuena con la calidez de los pueblos indígenas hacia el espacio que habitan.
Hay muchas personas en el bar del Viejo Hotel Ostende, un edificio que tiene 106 años de historia y que conserva la habitación 51 en la que se hospedó Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El principito. «Los tuits son para comunicar una idea rápida, pero no se puede dirigir políticas con un tuit y eso lo vemos todos los días, a veces nos da risa o decimos qué horror o qué disparate, pero esto es gravísimo porque mucha gente se lo traga. Un tuit no puede ser el ánalisis de una situación política», advierte Bernand en la apertura de esta cuarta edición de la Noche de las Ideas, organizada por el Instituto Francés de Argentina (IFA), la Embajada de Francia, la Fundación Medifé y el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
La antropóloga francesa estaba en Brasil cuando el presidente, Jair Bolsonaro, cuestionó a la joven sueca Greta Thunberg, a la que considera «una mocosa antipática» y agregó que para Bolsonaro todo el asunto del desastre climático es «una conspiración marxista». Bernard alerta sobre cómo el actual gobierno de Brasil se maneja «muy bien» en la maraña de las redes sociales. Un youtuber llamado Bernardo Küster aprueba la agresividad de las instancias supremas con una frase que produce escalofrío: «muchas veces el odio tiene una fuerza pacificadora». Bernand avanza en su análisis. «Las redes sociales pueden derrocar gobiernos; ya no hay necesidad de que vengan los tanques y ocupen a la antigua. Hoy ocupan las redes y cualquier cosa puede ser dicha», plantea la antropóloga francesa.
«El viejo pacto que nos ligaba a los antepasados ya no está. Desde siempre en todos los seres humanos ha habido una memoria sobre la traza; poner los pies donde otros los pusieron», explica Bernand y a los jóvenes entre el público les dedica sus palabras finales: «Ojo, no dejen de consultar los viejos libros; vamos a ser obsoletos nosotros por no poder manejar esa información».
Antes de Bernand hablan las autoridades invitadas a la inauguracion. Claudia Scherer-Effosse, embajadora de Francia en Argentina, celebra que se puedan tener «debates tranquilos en un mundo en el que hay muchas fuerzas que nos empujan a enfrentarnos o a rechazar las ideas de los otros». Graciela Morgade, subsecretaria de Participación y Democratización Educativa del Ministerio de Educación de la Nación, en representación del ministro Nicolás Trotta, subraya que pensar qué es lo humano y cuáles son sus límites tiene que ver con discutir los derechos humanos. «Quienes estamos en los gobiernos recogemos con sensibilidad voces y habilitamos a que se escuchen y que no haya nadie por fuera de esa conversación».
Alexandre Roig, secretario general académico de la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín) dice que la NDI es «un momento para pensar e iluminarnos sobre la vida en su ambigüedad lingüística». Martín Yeza, intendente de Pinamar, lanza una pregunta al auditorio: «Si no estamos dispuestos a incorporar a las minorías y a los que piensan diferente», ¿para qué sirve la democracia? La democracia nace para cuidar a las minorías». Ariela Peretti, directora Nacional de Cooperación Internacional e Integración Federal del ministerio de Cultura de la Nación, señala que es necesario que «cuidemos y hagamos crecer estos espacios de debates».
El semillero de ideas -con Yann Lorvo, Consejero de cooperación y acción cultural de la Embajada de Francia y Director del Instituto francés de Argentina, que derrocha entusiasmo- se enciende y multiplica. Eduardo Jozami, director de Derechos Humanos del ministerio de Defensa, hace un repaso sobre el lugar que ocupan los derechos humanos en el mundo de hoy. «La lucha por los derechos humanos evoca el mito de Sísifo. Uno siente más de una vez que está haciendo fuerza para empujar la roca con avances y retrocesos; pero no podemos tener una visión tan ingenua y lineal de un progreso de la humanidad que nos hace cada vez más justos, más buenos y más fraternos», alerta el escritor y periodista y pone el ejemplo del Holocausto y cómo Walter Benjamin formuló con claridad que puede existir un progreso científico y tecnológico notable con un retroceso «tremendo» en lo social, cultural y político.
«Las paredes de los lugares quedan mucho mejor después de que las personas los visitaron», revela Roxana Salpeter, la dueña del Viejo Hotel Ostende y agrega: «La Noche de las ideas es una fiesta». No hay nubes ni lluvia que eclipse esta fiesta de las ideas.
Silvina Friera/Página 12