– El teatro es una de las formas más humildes del arte, y se puede hacer con nada. Cuando hay períodos de crisis, el teatro se potencia, pero lo que ocurre es que la gente puede pagar menos, entonces uno ve que el teatro comercial ha bajado mucho, y el teatro independiente se sostiene porque sigue cobrando poco, y cada vez cobra menos. Entonces la crisis actual está cagando de hambre a los artistas, pero siguen trabajando porque el verdadero artista no trabaja por dinero, sino que busca dinero para hacer lo que desea hacer. El teatro debería ser mucho más sostenido, pero para eso tiene que existir un pensamiento cultural en quienes gobiernan y no sólo un pensamiento empresarial. La vida teatral de aquí es difícil de encontrar en otros lugares. Yo conozco bien Italia, un país donde hay mucho más dinero que acá para hacer teatro, pero lo que ocurre en la Argentina es muy superior.

– ¿Cómo piensa al teatro?

– Es mi vida. Cuando era chico escribía poesía, pero ahí no estaba contemplado el cuerpo, entonces decidí hacer teatro. Yo tenía una timidez crónica y feroz, y con el teatro pude seguir haciendo poesía pero ya no sólo con las palabras, sino también con el cuerpo, los objetos, la escena, y con otras personas. Logré hablarle a los demás, y mirarlos a los ojos. Esto es lo que me hace vivir.

Karamazov puede verse en El Galpón de Guevara (Guevara 326), los sábados a las 20.