
El tenis se prepara para una revolución: los Grand Slams pretenden controlar los Masters 1000 arrebatándoselos a la ATP que mantendría el poder sobre los 250 y 500 y el Masters. El objetivo es crear un “circuito premium” en el que se enfocarían los mejores jugadores del ranking y que generaría la transformación más extrema del tenis profesional desde la década de 1990.
En una información que sacó a la luz el canal estadounidense Tennis Channel, el objetivo del proyecto es lograr una mayor homogeneidad en los torneos así como un mayor reparto de premios y un descanso mayor para los tenistas.
El control de los ATP 250, ATP 500 y los nueve Masters 1000, así como del Masters que hace un par de semanas ganó Novak Djokovic en Turín, recae en la ATP. Mientras la Federación Internacional de Tenis maneja los Grand Slams (Australia, Roland Garros, Wimbledon y Flushing Meadows), que son organizados por las federaciones de los países sede (Australia, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, respectivamente), y la Copa Davis.
Además de controlar los Masters 1000 (los torneos más importantes del circuito detrás de los Grand Slams y el Masters), los Grand Slams quieren asociarse también con otros eventos importantes que consideran “dignos” de sumarse. Y hay versiones que también hablan de la entrada de un décimo Masters 1000 que se jugaría en Arabia Saudita antes del inicio del primer Grand Slam de la temporada (Australia, en enero).
Otra de las razones para llevar esos cambios adelante es la preocupación de que, si no se permite la entrada de Arabia Saudita en el tenis -ese país sólo organiza el Masters Next Gen-, podría producirse una situación similar a la que vivió el golf con la liga LIV; es decir, se teme por la creación de un circuito alternativo con mejores premios que se lleve a las grandes estrellas del tenis.
La intención de los organizadores del nuevo proyecto es cerrar los detalles antes de Australia, según el sitio estadounidense The Athletic, que denominó al intento como una “versión tenística de la Fórmula 1”.
Se dice que las charlas y negociaciones comenzaron hace unos seis meses con la idea de entregar una propuesta concreta ante los altos cargos del tenis durante el Masters que se disputó en noviembre. Pero finalmente se postergó la presentación para el comienzo de la temporada 2024.
Uno de los grandes beneficios de esa posible unión sería el incremento de las ganancias por derechos televisivos ya que se negociarían todos juntos y no cada organización por separado, como ocurre hoy.
Aunque no se comunicó aún cómo funcionaría el nuevo circuito, la idea es que los jugadores top 100, por ejemplo, se centrarían en el alto nivel, pero podrían participar en torneos más pequeños si así lo desean. Y los tenistas ubicados más abajo en el ranking jugarían los torneos de menor categoría (ATP 500 y ATP 250).
“Queremos hacer crecer nuestro producto premium y eso es un hecho que manifestamos claramente”, dijo Andrea Gaudenzi, director ejecutivo de la ATP, en una charla con un pequeño grupo de periodistas en Turín. “Para el deporte cerrar la brecha entre los Masters 1000 y los Grand Slams sería bueno. Ahora hay una brecha muy grande”.
Los tenistas que se interiorizaron en la idea habrían visto con buenos ojos el cambio, sobre todo los miembros de la Asociación de Jugadores de Tenis Profesionales, la organización de jugadores que fundó Novak Djokovic hace tres años.
Clarín/Deportes