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Boca ganó y quiere Libertadores. Vélez volvió a la victoria

Boca ganó y quiere Libertadores. Vélez volvió a la victoria

A Boca solo le queda aferrarse al último objetivo, el de clasificase a la Copa Libertadores, y apunta a eso a como sea. No tiene otra. La gente se lo hizo saber en la previa del partido contra Gimnasia. Y el Boca de Fernando Gago pudo reponerse rápido de la eliminación de la Copa Argentina con un triunfo importante en su cancha. Debió ganar por más, pero apenas fue por 1 a 0 porque, más allá de sus ganas, todavía le cuesta cerrar los encuentros. Con eso le bastó para apretar el puño y volver a enfocarse.

Cuando parecía que Gago podría sacudir el banco y apelar a varios cambios después del golpe ante Vélez, apenas tocó un par de puestos. Sacó a Luis Advíncula luego de otra irresponsable expulsión para incluir a Juan Barinaga en el lateral derecho, y lo dejó afuera a Ignacio Miramón para darle titularidad a Milton Giménez y relanzar a su Boca en un 4-4-2 intenso y atronador que salió decidido a llevarse puesto al Lobo, que de feroz no tuvo nada en la noche del domingo.

Hubo decisión para dar vuelta la página de la derrota rápidamente porque el calendario no permite otra posibilidad. En la recta final del torneo un paso en falso significará resignarse hasta de jugar la competencia internacional más prestigiosa de este lado del Atlántico. El mensaje se inyectó en las cabezas de los jugadores de Boca, que doblegaron a Gimnasia sin dejarlo casi reaccionar.

Jugó constantemente a la distracción este Boca dinámico que con movimientos incesantes, diagonales, piques a los espacios y pases entre líneas superó con facilidad a la defensa de cinco hombres de Marcelo Méndez. El Changuito Zeballos era una anguila eléctrica imposible de pescar que se escurría mayormente por la banda zurda pero que de pronto aparecía como un fantasma por el otro lado para desorientar rivales. Y Milton Giménez se desprendía del área con criterio con el objetivo de asociarse y también liberar terreno.

Todo bien hizo Boca en un primer tiempo al que el 1 a 0 le quedó corto. Zeballos se reivindicó y, luego de desperdiciar un buen contraataque por tardar en mandar el centro a un Edinson Cavani, asistió a Giménez entre los zagueros para que el goleador diera la mediavuelta y definiera de zurda. Boca hizo el segundo pero el cabezazo de Marcos Rojo que se metió por arriba de su tocayo Ledesma fue anulado correctamente por una posición adelantada de Giménez.

Hablando de arquero, Leandro Brey casi paga caro un error en el único tiro al arco de Gimnasia en esa etapa. Leandro Mamut probó desde afuera y al pibe se le escurrió la pelota de los guantes. Para su fortuna, se fue al córner y no terminó en el fondo de su arco. Más allá de esa jugada aislada, al visitante le quedaba demasiado lejos el arco de enfrente. Gimnasia no podía aprovechar el riesgo que corre este Boca de Gago que deja a sus zagueros mano a mano.

Todo estaba pintado de azul y oro en una Bombonera que se dedicó a aplaudir cada jugada de los suyos como si la eliminación del otro día no hubiera existido. Hubo un par de chances claras en el inicio del complemento para aumentar la diferencia, aunque no pudieron Cavani ni el Changuito. Méndez entendió que de seguir así solo sería cuestión de tiempo para recibir más goles y por eso hizo tres cambios de una para romper el esquema de cinco defensores y poblar el mediocampo. Le dio resultado, alejó el peligro de Ledesma y el duelo se equilibró.

Cavani se lo perdió de nuevo de frente al arco y en la misma jugada Lucas Janson definió al cuerpo de Ledesma. No lo liquidó Boca y terminó sudando la gotagorda. Brey salvó la noche con un tapadón ante un tiro de Manuel Panaro.

Nahuel Lanzillotta/Clarín-Deportes

VÉLEZ VOLVIÓ A LA VICTORIA Y SE AFIRMÓ EN LA PUNTA

Ahí están el palco oficial Carlos Bianchi y todos los campeones de la Libertadores e Intercontinental en 1994. Dan una vuelta olímpica durante el entretiempo y los más de 40 mil hinchas en el Amalfitani los ovacionan. Y sueñan, se ilusionan con nuevas vueltas olímpicas. Vélez, finalista de la Copa Argentina, puntero del Torneo de la Liga tiene derecho a soñar. Le ganó con lo justo a Sarmiento 1-0 (Claudio Aquino de penal) y le quedan apenas dos partidos, contra Unión en Santa Fe y frente a Huracán de local. Y en el medio la final ante Central Córdoba. En los “30 años de gloria”, la esperanza de más gloria está a la vuelta de la esquina.

Vélez es el equipo con mayor diferencia de gol del torneo y también es el más goleador. Pero de un tiempo a esta parte, con excepción de la Copa Argentina que le hizo cuatro a Boca, le cuesta un montón convertir. Y todo empezó después del único partido que perdió tras la Copa América, 0-3 con Rosario Central. Antes de Sarmiento, fueron 8 partidos por Liga y apenas seis goles. Ahora son 7 goles en 9 encuentros.

A excepción del último partido en Mendoza en el que jugó mal y fue superado por Godoy Cruz, el primer tiempo se pareció mucho a los últimos partidos, con el equipo de Quinteros dueño del balón y del juego, con presencia en el área rival pero sin concretar. En el camino, demasiadas imprecisiones. La obligación de ganar, de mantener el liderazgo, se nota que pesa en todo este tiempo.

Sarmiento, en reconstrucción ahora con la llegada de Javier Sanguinetti, intentó ser prolijo en defensa y aprovechar alguna contra para golpear al líder. Tuvo dos remates al arco, uno a los tres minutos de Burgoa, que Marchiori rechazó con esfuerzo y después otro de Morales, totalmente desviado. Más allá de esa aproximación, la diferencia entre uno y otro fue notoria.

Sin embargo, la presencia en el área visitante del Fortín no fue contundente esta vez. Apenas un remate de Thiago a las manos del arquero y después un disparo de Aquino que rechazó Acosta hacia un costado, hubo un centro pasado y el cabezazo de Romero se fue desviado. Entre ambas jugadas, al minuto 30, la gente encendió las linternas de los celulares celebrando los “30 años de gloria”, el triunfo ante Milan por 2 a 0 el 1 de diciembre de 1994 en Tokio, Japón.

Si Thiago Fernández no explota por izquierda, Pizzini no gana por derecha, si Aquino no está fino en el pase, el goleador Romero, más allá de su movilidad, no tiene chances de gol. Entonces, el 1-0 llegó por un penal. Eso sí, Aquino se hace cargo de todas las pelotas paradas: tiró un córner, Romero fue al primer palo, la tocó, Morales fue con la mano extendida y Ramírez no dudó en sancionar. Fue el 22 con un remate seco y bajo que superó el esfuerzo de Acosta que había adivinado la punta.

En el arranque del segundo tiempo, con la tranquilidad del 1-0, Vélez generó la mejor jugada del partido, que no terminó en gol porque se lo negó otra vez el travesaño. Como en el final del partido ante Deportivo Riestra a Maher Carrizo y como frente a Lanús y Godoy Cruz a Thiago Fernández, esta vez el remate final fue de Pizzini tras un gran pase de Thiago Fernández.

De estar cerca del 2-0, al sufrimiento hasta el último minuto. Ese parece ser el estigma de este Vélez hasta el final del Torneo, como sucedió el miércoles ante Boca en Córdoba, un triunfo con angustia. Con poco, Sarmiento estuvo cerca del empate a los 28 minutos cuando salió Marchiori. El pitazo final de Ramírez aplacó los nervios de los hinchas que sueñan con más gloria, como hace 30 años.

Oscar Barnade/Clarín-Deportes

OTROS RESULTADOS

Independiente 2 – CentralCórdoba 0

Defensa y Justicia 2 – Godoy Cruz 1

Instituto 2 – Deportivo Riestra 1

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