
“Es otra cosa esto”, dice Damián Dreizik, actor, director y autor, al referirse a la obra de su autoría El retrato punzó, su estreno como director, y adelanta: “tiene humor pero no es comedia, podría decir que es una obra histórico-delirante”, define. Así, en la sala Luisa Vehil del Teatro Cervantes, Agustín Rittano, Micaela Rey y Fernando Gonet le ponen voz y cuerpo al pintor Prilidiano Pueyrredón, a Manuelita Rosas, la modelo que debe retratar, y a Joaquín Ternejo, único personaje ficcional de la tríada, quien lleva adelante la historia que desarrolla el autor.
Comprendido entre los años 1828 y 1852, el tiempo en que gobernó Juan Manuel de Rosas interesó a Dreizik desde siempre: hasta tiene un cuento escrito en la época en que, a sus 20 años, frecuentaba el taller de Alberto Laiseca. Cuenta en conversación con Página/12 que en la pandemia leyó escritos de José Mármol donde aparece el asunto de la que tiempo después sería su obra: el encargo oficial de pintar el retrato de Manuelita Rosas que recibió el joven artista Prilidiano Pueyrredón bajo la premisa de realizarlo solamente utilizando variantes del color rojo punzó. “Esto me disparó la idea de unir arte y política”, dice Dreizik.
Cuenta el autor y director que le entusiasmó la idea de entroncar su obra con una línea de creaciones sobre la cuestión rosista: “entre otras ficciones de ese tiempo está Manuelita Rosas, película muda de 1925, Camila, de María Luisa Bemberg y La Malasangre de Griselda Gambaro…me gustó dialogar con todo ese material anterior”, afirma Dreizik. La música original es de Marcelo Katz, la coreografía, de Valeria Narváez, el vestuario y la iluminación, de Cecilia Zuvialde y Miguel Zolowej, respectivamente.
-¿Por qué ese período histórico te interesó desde siempre?
-Hasta desde su estética me llamó siempre la atención. Es una época inédita que tiene mucho de publicitario en sus consignas, en su gráfica, en el color punzó de su divisa. Y es especial hasta en la danza, con el minué federal y el gusto por el candombe y el mundo de lo afro.
-¿Por qué reparaste en el retrato por encargo?
-Me pregunto por qué eligieron a Prilidiano, hijo de un opositor a Rosas, el ex Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, exiliados los dos en Europa. Había otros pintores a quienes hacerle ese encargo, aunque casi no existía todavía una pintura nacional. También pensé en las apetencias artísticas, en lo que alguien pudo haber querido hacer pero no pudo por las presiones que recibió.
-¿Cómo imaginaste a Manuelita?
-Siempre se la ve como una mujer conciliadora, con un destino signado por su padre, víctima de él, también. Pero yo la imaginé fuerte, feminista, interesada por descubrir quién es ella más allá del poder de Rosas. Por eso la pensé en relación a lo primitivo y a lo inconsciente. La Manuelita de mi obra no quiere ser retratada…
-¿Cuál es la relación entre arte y política que plantea la obra?
-Pensé en la tensión que puede existir entre el arte y el poder político. Pensé en las listas negras durante la dictadura o en Teatro Abierto, dos ejemplos de lo que el artista tiene que hacer para sobrevivir o para crear. En esa paradoja de que hay mayor creatividad artística en las épocas más difíciles. Yo trabajo mucho con la asociación libre y siempre llego a un lugar muy ligado a lo onírico y lo surreal. Así que después de hacer un trabajo de campo empecé a escribir dejándome llevar, para indagar en los vínculos entre los personajes.
-Hay un personaje que no es histórico…
-Sí, Joaquín Ternejo no existió, que aquí es como el tutor de Manuelita. Me gustaba que pudiera pensar que una estética tuviese el poder de terminar con cualquier diferencia de pensamiento. Una idea romántica, loca, megalómana. Porque ese retrato iba a servir para presidir un baile en honor a Manuelita.
-¿Eso fue así realmente?
– Hay quienes dicen que ese baile se hizo, otras crónicas que no…Era 1851 y el gobierno de Rosas estaba por caer. Pero sobre el final de esta obra es mejor no adelantar nada porque son muchas las cosas que pasan. Lo contrario a este momento, en el que parece que hay mucha variedad pero no, resulta que es una época de algoritmos, una época en la que todo es muy pero muy uniforme.
- El retrato punzó, Teatro Cervantes (Libertad 815) de jueves a domingo a las 18.
Página 12/Espectáculos
MG Radio 24 Villa Pueyrredón