Armand Duplantis volvió a desafiar los límites del cielo. Veinte días después de colgarse la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de París 2024, el sueco mejoró su propio récord mundial de salto con garrocha y llevó la vara a los 6,26 metros de altura. Fue la tercera vez en el año en el que batió su plusmarca y la décima vez en su exitosísima carrera, que nadie sabe hasta qué límite la llevará.
Fue durante la reunión de Silesia de la Liga de Diamante de atletismo, disputada en la ciudad polaca de Chorzow. Duplantis saltó 5,62, 5,92 y 6 metros para liderar la prueba delante del estadounidense Sam Kendricks y del griego Emmanouil Karalis, antes de enfrentarse al récord del mundo.
En su primer intento de los 6,26, Duplantis falló el salto pasando por debajo de la vara, pero en el segundo rectificó y, aunque tocó la barra, ésta no se cayó y firmó un nuevo récord delante del anterior plusmarquista mundial Renaud Lavillenie, quien también competía en Chorzów y se quedó en 5,62 metros.
“Siempre quiero saltar lo más alto posible y seguir esforzándome. Nunca he hecho un salto absolutamente perfecto, así que siempre siento que puedo hacerlo mejor. Se trata de estar en buena forma y creer que puedes hacerlo”, indicó Mondo tras fijar el nuevo tope universal.
El sueco indicó que mucha gente había acudido al estadio para verlo saltar, por lo que quería hacer un buen papel. “Casi me resulta extraño y antinatural recibir tanto cariño y apoyo. Lo veo especialmente en Polonia. La energía de este estadio mejora cada año. La pista es maravillosa, las condiciones han sido perfectas y todo se ha unido para permitirme hacer esto”, comentó quien logró en Polonia su primer récord del mundo, los 6,17 metros conseguidos el 8 de febrero de 2020 en la pista cubierta de Torun.
“Este año me he centrado en los Juegos Olímpicos y el récord ha sido algo natural porque estaba en buena forma”, puntualizó Duplantis.
No fue el único que asombró en tierra Polaca. El noruego Jakob Ingebrigtsen, campeón olímpico en París de los 5.000 metros, fue el primero en sacar a relucir sus galones al batir el récord del mundo de los 3.000 con 7m17s55, nada menos que 3s12 menos que la plusmarca que poseía el keniata Daniel Komen desde el 1° de septiembre de 1996, cuando corrió la distancia en Rieti, Italia, en 7m20s67.
“Esperaba batir el récord del mundo aquí, pero nunca se puede predecir si seré capaz. No me había imaginado, sin embargo, que podría correr en 7m17”, indicó el noruego. Y enseguida se agrandó, bien a su estilo: “Ahora quiero batir récords mundiales en todas las distancias, pero hay que ir paso a paso”.
Clarín/Deportes