«Y deberás plantar y ver así a la flor nacer / y deberás crear si quieres ver a tu tierra en paz», cantan al unísono más de dos mil gargantas y las canciones escritas por Luis Alberto Spinetta parecen haber florecido en infinidad de jardines. Los versos de «Quedándote o yéndote» terminan de conmover, ya en los bises, a un público que se dio cita en Ciudad Cultural Konex para celebrar la obra musical, poética y humana de uno de los músicos más trascendentales del país (y más allá). La cuarta edición de El Marcapiel, una vez más, propuso un recorrido de canciones por el amplio abanico musical que construyó el homenajeado, desde Almendra hasta Los Amigo, con la participación de compañeros y compañeras de camino.
Con la dirección general de Javier Malosetti, el concierto transitó distintos climas sonoros, pero logró siempre mantener un hilo musical cohesivo y dinámico. Y ésa variedad, claro, tuvo mucho que ver con la impronta de cada uno de los participantes. La energía iba cambiando. Desde las manos mágicas de Baltasar Comotto en «Tu vuelo al fin» y «Yo miro tu amor» hasta el histrionismo de Fabiana Cantilo en «Jardín de gente» y «Cuando el arte ataque» -«gracias por dejarme hacer esto», dijo Cantilo-, pasando por la elegancia de Leo Sujatovich -en varios temas de la lista-, la precisión de Machi Rufino o la entrega constante de Rodolfo García, que tocó la batería en una rockerísima «Cementerio Club», cantó en «Ana no duerme» y también se puso la camiseta de anfitrión.
Se cantó, claro, el feliz cumpleaños al Flaco, que este jueves hubiera cumplido 70 años. Pero predominó más la escucha atenta que la euforia, los cánticos o la arenga. Quizás el clima espeso de verano o solo la armonía que provoca la música Spinetta. Por ejemplo, un nomento de hipnotismo general sucedió con «Todas las hojas son del viento», un clásico inoxidable de Luis (firmado por cuestiones contractuales por Pescado Rabioso) que Los Tipitos llevaron a su terreno con la ayuda de León Gieco. «Es el tema country de Spinetta», lanzó el santafecino. A los de La Paternal sí se los notaba excitados por compartir escenario con sus ídolos de la adolescencia.
La oportunidad también fue propicia para difundir la labor de la organización Conduciendo a Conciencia, que trabaja para concientizar sobre la seguridad vial. Por eso, tuvo un lugar importante en el concierto la canción «8 de octubre», escrita por Spinetta y Gieco, en memoria de los nueve estudiantes y la docente del colegio Ecos fallecidos en un accidente vial en 2006. «Estamos muy conmovidos, sentimos que la luz de Luis está presente acá», dijo una de las madres que integra Conduciendo a Conciencia. Además, la organización recolectó en el concierto más de mil cuadernos escolares que serán donados a escuelas del norte del país.
Entre las novedades de la noche, los músicos que integraron la formación Los Amigo recibieron en el escenario una placa de reconocimiento de parte de Sony, ya que se convirtió en Disco de Oro. «Esa experiencia fue imborrable para todos nosotros. Por eso queríamos compartir ese material, hubiera sido egoísta si no lo hubiéramos publicado», dijo emocionado Rodolfo García. Un rato más tarde, Malosetti propuso escuchar una de las canciones inéditas que se dieron a conocer el jueves, «Ya no mires atrás», que se proyectó en pantalla gigante y generó un momento intimista de escucha colectiva.
Sergio Sánchez/Página 12