
Muchos lo recuerdan como uno de los únicos dos tenistas en la historia de Roland Garros que lograron batir al más ganador del Grand Slam que se juega sobre el polvo de ladrillo de París. Fue por los octavos de final de la edición 2009 cuando, tras 31 victorias consecutivas y cuatro títulos, un tenista pudo vencer a Rafael Nadal en uno de los cuatro torneos grandes del circuito profesional de la ATP.
Hace casi 11 años, aquel 31 de mayo, Robin Soderling conseguía, tal vez, uno de los mejores triunfos de toda su carrera. Una vez que superó al mallorquín, el tenista sueco alcanzó la final del torneo, pero no pudo frente a Roger Federer, en lo que fue el único título en Roland Garros para el suizo.
Hace una década, Soderling era considerado como uno de los mejores jugadores del mundo. Llegó a ser el número 4 del ranking a fines del 2010 luego de repetir la final en el Grand Slam de París -Nadal se tomó revancha y le ganó en la definición-, de alcanzar los cuartos de final en Wimbledon y el US OPen, y de coronarse campeón en Rotterdam y en el Masters 1000 de París.
Pero en 2011, la vida del tenista nórdico cambió para siempre. “Estaba en la cima de carrera cuando caí enfermo de mononucleosis dos años antes de retirarme. Antes, durante mucho tiempo, me habían detectado estrés y cansancio. Pese a ello seguí jugando. Estaba enfermo todo el tiempo porque mi sistema inmunitario estaba débil. Fue muy difícil tomar la decisión de retirarme. Jugué mi último partido a los 27 años”, relató Soderling en un artículo que publicó el sitio Behind The Racquet.
Su último partido como profesional fue en su tierra. Por la final del torneo de Bastad, Robin superó por doble 6-2 al español David Ferrer y obtuvo el título número 10 de su carrera, que se inició en 2002. Sin saberlo, aquel 11 de junio había disputado su último partido como tenista.
“En mi mente sabía que algo iba mal, pero los análisis médicos daban buenos resultados. Estaba jugando bien hasta que contraje mononucleosis. Sentí que la combinación de mi mal sistema inmunológico y el entrenamiento extra me afectaba. La mononucleosis era lo último que podía tolerar mi cuerpo. Los médicos me dijeron que lo tuve por primera vez en Indian Wells en 2011. Al principio no lo llevé mal, pero empeoró tras mi último torneo en Bastad. No salí de casa en seis meses«, relató Soderling sobre los síntomas de la enfermedad que acabó con su carrera deportiva.
¿Cómo tomó Soderling el retiro y cómo se vio afectado su físico por la mononucleosis? «Después de un año me empecé a sentir mejor. Quería entrenar aumentando la intensidad y entonces regresaron los síntomas. Me sentía cansado y la fiebre volvió. Esto me pasó durante varios años y fue frustrante. Intenté volver durante tres años, pero fue en vano. Acepté que nunca podría volver. Cuando tomé la decisión definitiva de parar, fue duro pero también fue un alivio. No tendría que pelear por volver y tendría que vivir en esta incertidumbre”, dijo.
Fueron años duros los posteriores a su última victoria para Soderling. En mayo de 2012 anunció que volvería a las canchas en julio de ese año, pero la enfermedad no se lo permitió. La mononucleosis es una afección viral que afecta ciertos glóbulos rojos, se transmite por la saliva y genera diferentes síntomas en los pacientes -fiebre, molestias generales y dolores musculares-.
Infobae/Deportes