
Se fue escuchando silbidos de Independiente y arrancó su ciclo en Racing -a un par de cuadras nomás- de igual manera. No fue un buen comienzo para Sebastián Beccacece en el Cilindro, que despidió con desaprobación al equipo tras el pálido empate 1-1 contra Atlético Tucumán. Venían dulces los hinchas de La Academia, disfrutando del verano sintiéndose ganadores después de quedarse con el Trofeo de Campeones en el adiós del Chacho. Por eso este inicio es como morder un limón para ellos. Y lo hicieron saber con el pitazo final. Ni cuando estuvo en ventaja justificó el resultado este Racing que siguió con los mismos problemas de la última etapa de Coudet y quedó a 6 puntos del líder River.
La pelota era de Racing, pero sin efectos dañinos para Atlético. Atlético proponía un juego más directo, pero no concretaba. Racing no llegaba, pero ganaba. En la calurosa tarde ya devenida en noche de Avellaneda el fútbol no era 2+2=4.
En el resultado no se reflejaba lo que se veía en el campo. Pero de eso a veces se trata este juego, que mueve tantas pasiones en el mundo justamente por su naturaleza no lineal. Tocaba de un costado al otro, La Academia. Sí. Era el equipo que más la tenía el balón y que más se preocupaba por cuidarlo para no entregarlo en pies equivocados.
Sin embargo, carecía de profundidad. Mucho pase en su propio terreno; poco avance. Cuando Cristian Lucchetti le tapó a Matías Rojas la primera de riesgo del local, la visita ya había tenido tres aproximaciones peligrosas.
Del inamovible 4-1-3-2 que tanto resultado y alegrías le dio a Eduardo Coudet al 4-3-3 preferido de Beccacece. Un Racing ancho se vio en la presentación por los puntos de la nueva era del rubio entrenador que hasta hace poco tenía puesto el buzo rojo del histórico rival, con el que no le fue nada bien.
Proteger la pelota fue la premisa. El alto porcentaje de posesión no fue de la mano de las situaciones de gol logradas por Racing. Atlético era más práctico, menos suelto en el manejo de la pelota. Un disparo de Ariel Rojas por arriba. Y una mala definición de Leandro Díaz tras un centro de Rojas que peinó en el primer palo Lucas Melano. Esos fueron los avisos del conjunto de Tucumán que hacían preocupar a los hinchas del anfitrión.
Leonel Miranda (finalmente estaba habilitado pese a la roja en su último partido en México) intentaba organizar todo el juego desde el círculo central. No siempre tuvo éxito. Así, la creatividad no era uno de los puntos a descargar del Racing de Becca. Sí, en cambio, la velocidad para recuperar la pelota. No pasaba mucho tiempo entre que la perdía y la volvía a tener bajo sus suelas. Qué hacer luego con ella era el tema a resolver.
Una pelota parada le clarificó el panorama a los locales. Desde la derecha partió el tiro libre de David Barbona que cayó en el centro del área. Los defensores de Atlético se encargaron de hacer todo lo posible para darle una mano a Racing. Marcelo Ortiz quiso rechazar de cabeza, pero rebotó en un compañero suyo y le quedó picando a Mauricio Martínez. El defensor no perdonó.
De todos modos el gol no lo soltó a Racing, que siguió con el poder de la pelota mayormente lejos de área de Lucchetti. Es más, un par de errores propios casi le cuestan caro. Gabriel Arias rechazó dos veces mal con los puños y Ramiro Carrera casi empata. Miranda dio mal un pase atrás y Caramelo Martínez tuvo que ganarse una amarilla -casi roja- para cortar el contraataque rival.
Beccacece buscó ordenar la última línea y cambió el esquema: 5-3-2 para el segundo tiempo con el ingreso de Leonardo Sigali por el debutante Tiago Banega (mostró un buen despliegue y siempre quiso ir hacia adelante). Pero los desajustes siguieron en La Academia.
Rojas dejó corto un pase atrás en la mitad de la cancha, Melano robó y abrió hacia la derecha, Carrera fue hasta el fondo y tiró el centro por abajo para que definiera Toledo. Ni cinco hombres pudieron frenar el contragolpe letal. El Ruso Zielinski olió sangre e hizo su movida: puso un delantero más, Augusto Lotti (por Carrera) para presionar a la desorientada defensa racinguista.
Y si no hubiera sido por la doble tapada de Arias, se hubiera llevado el gran premio para el Norte. Primero lo atoró a Melano y después le sacó el triunfo contra un palo a Guillermo Acosta, el 1 de Racing, que evitó una frustración mayor en el debut del nuevo técnico Para colmo, Jonatan Cristaldo tiró un frentazo inmejorable afuera para dejar la noche empatada. Un resultado justo que el dejó un sabor de boca amargo a Racing. Y a Beccacece.
Nahuel Lanzillotta/Clarín
BANFIELD Y PATRONATO ARMARON UN PARTIDAZO
Banfield y Patronato armaron un partido electrizante y cambiante en el Sur del Gran Buenos Aires que finalizó con un empate agónico de la visita luego de que Cristian Chimino anotara un penal en el quinto minuto de descuento y estableciera el defintivo 3-3.
Se trató de un mano a mano directo por la permanencia y la parda le sentó mejor al dueño de casa, que llegó a un invicto de siete partidos y mantiene 12 puntos de ventaja en la tabla de los promedios sobre Patronato.
El partido arrancó favorable para el equipo de Paraná, que en base a la presión alta inclinó la cancha y tuvo su premio a los 23 minutos cuando Gabriel Ávalos envió un centro preciso para Lautaro Comas, que con una gran volea estableció el 1-0 parcial.
Patronato dominó la primera etapa mientras que Banfield jamás encontró los caminos para hacer daño: solamente Dátolo intentó crear juego pero no logró gravitar.
En el complemento la situación cambió: el equipo de Falcioni se adelantó en el campo y empezó a jugar mejor: de esa manera llegaron los tantos de Alexis Maldonado y Junior Arias que pusieron en ventaja al local, aunque inmediatamente Cristian Tarragona empató el encuentro 2-2 mediante un derechazo cruzado.
Luciano Gómez, desde afuera del área, estableció el 3-2 que le daba el triunfo a Banfield, pero en el final Franco Quinteros cometió un penal infantil que Chimino cambió por gol y estampó la parda definitiva.
DEFENSA Y JUSTICIA GOLEÓ A TALLERES
No pudo tener mejor regreso a la competencia Defensa y Justicia después de que le fueran varios jugadores importantes y viviera días turbulentos con la renuncia del técnico Mariano Soso. Goleó. Pero además jugó muy bien. ¿Talleres?…una sombra que penó en Varela.
Defensa empieza una nuieva vida, con Hernán Crespo en el banco desde la práctica de hoy. Ayer el equipo cerró una etapa con cuatro goles (y le anularon dos por offside) y se fue ovacionado. Enfrente, los hombres del Cacique Medina no hicieron pie y evidentemente extrañaron demasiado a su goleador Nahuel Bustos, afectado a la Selección Sub 23.
La primera mitad fue un monólogo del Halcón. Con Piovi sumándose a la línea de volantes en cada ataque, los de Varela lograron sorprender constantemente a una defensa cordobesa que tuvo una flojísima tarde. Además, Cubas y Mauri nunca pudieron pisar con firmeza en la mitad de la cancha y eso fue aprovechado a la perfección sobre todo por Neri Cardozo, el atrevido Mainero y hasta por Marcelo Benítez, que hasta llegó al área para meter el primero con oficio de delantero.
En el segundo tiempo, la fiesta se volvió aún mejor para los locales: Botta mostró todas sus cualidades -se fue ovacionado en su debut con la camiseta de Defensa-, Tripichio puso el 2-0 y Mainero de cabeza convirtió el resultado en lo que ya era goleada. La visita reaccionó con un gran cabezazo de Leo Godoy, aunque Lucero le puso la frutilla del postre a una tarde estupenda.
Defensa vivió una tarde particular. Entre los comentarios entre los socios por la ida de Soso y la llegada de Crespo, el equipo les dio una alegría. Como si no si hubieran ido varias figuras, el equipo recordó su actuación de la temporada pasada, cuando peleó el título fue subcampeón. Empieza de nuevo, de la mejor forma.
Clarín/Deportes