A los 40 años, Manny Pacquiao demostró que sigue vigente sobre el ring. El filipino derrotó por fallo dividido al estadounidense Keith Thurman, unificó las dos coronas del peso wélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y ratificó que es un verdadero Supercampeón. Su futuro es incierto. “El boxeo es mi pasión”, dijo Pacquiao después de la pelea, cuando le preguntaron sobre su continuidad . El triunfo le abrió la puerta a un combate con Floyd Mayweather, quien ya venció al filipino y se retiró invicto, con un recórd de 50 triunfos. La chance de una nueva “Pelea del Siglo” puede tentar a Money. Y a Manny.
Sin embargo, Pacquiao estará hoy en Manila para asumir como uno de los nuevos 12 senadores de Filipinas. El cuerpo tiene la misión inmediata de elaborar la nueva Constitución del país asiático, vigente desde 1987 tras la dictadura de Ferdinand Marcos. Sólo Pacquiao sabe si colgará los guantes o se mantendrá en actividad mientras se dedica a la política.
En sintonía con el presidente Rodrigo Duterte, quien lanzó su “guerra a las drogas” por la que el Gobierno registra 6.600 muertos en tres años en operaciones policiales, Pacquiao también tendrá mano dura en el Senado filipino.
Pac Man, que llegaba como campeón regular, fue ampliamente superior a Thurman, pero la decisión de los jueces no fue unánime, increíblemente. Uno de ellos lo vio ganador al local por 114 a 113. Los otros dos registraron sendas tarjetas favorables al filipino por 115-112.
Ya desde el primer round quedó claro que se vería un combate con mucha acción. En esa vuelta, ambos boxeadores intercambiaron golpes. Pero el que pegó mejor fue Pacquiao, que mandó a la lona a su rival con un gancho de derecha. El estadounidense, de 30 años y que aún no había sufrido derrotas, aguantó los pocos segundos que quedaban antes de que sonara la campana. Con agilidad y potencia, el filipino dominó con claridad hasta el séptimo. Después, Thurman salió de la defensiva y llegó a poner en aprietos a la superestrella asiática. Pero fue el crédito de la Florida el que peor la pasó.
En un atractivo décimo asalto, Pacquiao lo golpeó en la zona hepática y lo dejó sentido, cuando faltaba un minuto y medio para el descanso. Thurman se las arregló para evitar el desenlace temprano y, en los últimos segundos, atacó al filipino, ahogado por la búsqueda del nocaut. No le alcanzó para eludir la mejor impresión que dejó Pacquiao.
“Fue divertido”, comentó Pacquiao. “Mi rival es un buen luchador y boxeador. Era fuerte, creo que hizo todo lo que pudo y yo hice todo lo que pude. Esta noche hicimos felices al público, porque fue una buena pelea”, dijo Pac Man. Thurman, que en los últimos tiempos sufrió inconvenientes físicos y que en enero cortó una inactividad de 22 meses, quedó con 29 victorias (22 KO), una derrota y una pelea sin decisión. Él también era candidato a un desafío a Mayweather, pero acaso más improbable. Para Money no es lo mismo volver para enfrentar a Pacquiao que a un joven de 30 años, en plenitud y con sed de reivindicación, tras su derrota en el MGM de Las Vegas, que albergó a 16.000 fanáticos, mayormente volcados al filipino.
Manny expresó que por ahora no tiene pensado colgar los guantes. “Creo que pelearé el año que viene. Volveré a Filipinas, trabajaré duro y luego tomaré una decisión”, expresó. Además, en medio del festejo, le agradeció al público por el aliento y elogió al estadounidense.
Pacquiao fue campeón de 6 categorías de los 4 organismos del boxeo. Disputó 71 combates, con 62 triunfos (39 KO), 2 empates y 7 derrotas, tres por nocaut.
“Creo que esta noche hicimos felices a los aficionados, porque fue una buena pelea. Amo a los fans, gracias por venir y disfrutar de este espectáculo. Thurman es un excelente boxeador, muy fuerte e hizo lo posible. Sabía que iba a ser un combate fuerte y nuestro plan salió bien”, analizó.
Las bravatas de las declaraciones previas y el desafío con la mirada durante el pesaje quedaron en el archivo del show. Thurman no querrá recordar su frase: “Pacquiao no podrá hacerme daño con esos bracitos de tiranosaurio”. El filipino había retrucado con elegancia poética: “Una cosa es llamar al león y otra es cuando el león se viene encima”. Pacquiao fue rey de seis categorías de los cuatro organismos que rigen el boxeo. También fue campeón pluma (otorgado por la revista The Ring) y superligero, avalado por la OIB.
En 1998 se consagró campeón mundial mosca, al noquear en el octavo round al tailandés Chatchai Sasakul. Lo perdió en la segunda defensa ante Boonsai Sangsurat.
La corona supergallo de la FIB la obtuvo en 2001, al superar por nocaut técnico en el sexto round al sudafricano Lehlo Ledwaba. La dejó vacante tras cuatro defensas.
Nunca defendió el título superpluma del CMB, que le ganó en tarjetas divididas al mexicano Juan Manuel Márquez en 2008. Tampoco defendió el título ligero CMB, que ganó en junio de 2008 sobre el estadounidense David Díaz, por nocaut técnico en el noveno asalto.
Fue tres veces campeón wélter de la OMB entre 2009 y 2016; y de la AMB, desde el 15 de julio de 2018, cuando superó a Lucas Matthysse en Kuala Lumpur. La corona de los superwerlter la obtuvo al vencer por decisión unánime al mexicano Antonio Margarito, el 13 de noviembre de 2010. Tampoco la expuso.
Pacquiao sufrió 7 derrotas. La primera fue en 1996 con Rustico Torrecampo, por nocaut en el tercero. También fue noqueado en el tercero por Sangsurat, en 1999. La otra fue ante Erik Morales, en 2005. Luego se tomaría revancha del mexicano. En 2012 perdió con Timothy Bradley por puntos y por nocaut en el sexto con Juan Manuel Márquez. Las dos últimas derrotas fueron por puntos en fallos unánimes: ante Maywather, en 2015 y ante Jeff Horn, en 2017.
Volvió con triunfo por nocaut técnico ante Mathhyse en 2018 y en enero superó por puntos a Adrien Bronner. Thurman completó su récord de 62 ganadas (40 nocauts), 7 derrotas y 2 empates (Agapito Sánchez y Juan Manuel Márquez).
Clarín/Deportes