La alegría y la armonía duraron poco. Tras el histórico papel en el Mundial de Francia 2019, la Selección Argentina de fútbol femenino entró en crisis luego de que algunas de las principales jugadoras fueran excluidas del plantel que irá a los Juegos Panamericanos de Lima. Estefanía Banini, la capitana del equipo y una de las marginadas, explotó ayer con un fuerte mensaje en su cuenta de Instagram y disparó munición gruesa contra el cuerpo técnico encabezado por Carlos Borrello.
El enojo de la 10 no fue aislado. Ruth Bravo y Belén Potassa, otras dos que habían quedado fuera de la lista preliminar, también manifestaron sus diferencias con el entrenador. Más tarde quedaron al margen de la nómina definitiva Florencia Bonsegundo, quien se bajó de los entrenamientos en solidaridad con sus compañeras, y Soledad Jaimes, que no habló y cuya ausencia respondería a compromisos con su nuevo club, Santos de Brasil.
El mensaje de Banini (Ver Críticas…) fue replicado por Bravo en sus redes sociales. Potassa, otra de las históricas, también publicó una carta abierta. “Ganas sobran de estar en la Selección”, sostuvo la delantera del Albacete de España. Y más tarde Bonsegundo también ventiló las internas (Ver Las razones…). Otros nombres de peso que no estarán en Lima son Lorena Benítez y Gabriela Garton, quienes también habían integrado el plantel del Mundial.
Hace tiempo que existen tironeos entre Borrello y algunas jugadoras. Era el DT en los otros dos Mundiales y volvió en 2017 cuando las jugadoras pararon para exigir mejoras en sus condiciones de trabajo. El planteo, pese a los avances impulsados desde la AFA, sigue en pie y se refleja cuando Banini puntualiza en su carta que el cuerpo técnico es el único que recibe una renta. Desde el entorno de la Selección también advierten esta situación de futbolistas marginadas ya se había dado con anterioridad. “Apoyo y acompaño el reclamo de mis compañeras, escribió Luana Muñoz, que se bajó de la gira de Las Vegas y al final no fue convocada al Mundial de Francia.
Clarín/Deportes