Gimnasia no tiene paz. No pudo con Atlético Tucumán en el Bosque y peleará hasta la última fecha para sostenerse en Primera División. Si mañana Colón le gana a Talleres, igualará al Lobo en 45 puntos y ambos deberán esperar que tampoco gane Unión para no quedar empatados en la posición de descenso. La permanencia está que arde.
Luciano Gómez tuvo una mala salida del fondo que interceptó Renzo Tesuri, quien tocó rápido para Joaquín Pereyra y éste aprovechó el desconcierto en el fondo del local. El mediocampista se perfiló hacia la izquierda y abrió justo para Marcelo Estigarribia, que avanzó dos pasos y sacó un derechazo bárbaro que rompió la igualdad.
El partido era de ida y vuelta y los dos llegaban al arco, aunque sin la precisión adecuada. La desventaja despertó al Lobo, que se esmeró con la pelota en el campo rival, pero sin lograr el desequilibrio.
La solución estaba en el banco, porque en la primera que tocó el uruguayo Matías Abaldo, que entró en el reinicio, consiguió el empate. En rigor, no la tocó: sacó un derechazo tremendo tras un tiro de esquina que había dejado a la pelota sin dueño. Tras el segundo rebote, el delantero la encontró y saquedar cudió con un remate notable.
Poco después, el Lobo se salvó gracias a Tarragona: como un defensor, el delantero despejó antes de que entrara -el arquero estaba lejos- y luego logró cabecear al córner. La misma jugada demandó VAR por un chequeo penal. En un minuto, Gimnasia se salvó tres veces pero más tarde no logró evitar nuevamente en desventaja. Fue por una entrada de Romero, que fue al suelo para alcanzar a conectar la pelota cruzada y poner el 2 a 1 final.
El Decano construyó una victoria que lo deja con la ilusión de clasificarse a la Sudamericana: deberá ganar y esperar para quedarse con el último de los premios posibles.
ESTUDIANTES FRENÓ A CENTRAL CÓRDOBA
Con gol de Guido Carrillo de cabeza, Estudiantes le ganó 1-0 a Central Córdoba en el Madre de Ciudades y trepó al cuarto lugar de la tabla anual que otorga un boleto a la próxima Copa Libertadores. Los locales, que necesitaban sumar una unidad para salvarse del descenso, mantiene aún la segunda ubicación en la Zona B.
Jugó bien Estudiantes y mal Central Córdoba en la etapa inicial y por eso fue justo el 1-0 parcial por el cabezazo de Carrillo, la especialidad de su carrera. Pero lo destacado de la primera parte fue la insólita y provocativa actuación del árbitro Fernando Espinoza. Ya es penosamente conocida la soberbia con la que el juez suele afrontar los partidos y en Santiago del Estero esto se volvió a evidenciar. Caminó el duelo Espinoza, sonrió con gestos de superioridad, se puso cara a cara con los futbolistas visitantes, amonestó por hablar a Rollheiser y a Andújar y expulsó a Leandro Díaz, ayudante de Eduardo Domínguez.
En el campo de juego, el Pincha fue mejor porque manejó mucho y bien la pelota. Fue buena la circulación que consiguió el elenco platense con los tres zurdos del mediocampo: Atum, Rollheiser y Zapiola. Es cierto que le faltó ser más punzante en los metros finales: casi no generó situaciones de peligro.
¿El gol? Benjamín Rollheiser la pinchó al centro del área chica y Carrillo le ganó en el salto a los tres centrales locales para decretar de cabeza el 1-0.
La escenografía del duelo cambió en el complemento porque De Felippe desarmó la línea de cinco defensores y realizó tres modificaciones en el entretiempo. Ingresó José Luis Rodríguez y el local tuvo otro peso en el ataque. Tuvo una clarísima para empatar con un cabezazo del colombiano Michael Rangel que se fue al lado de un palo.
Bajó el rendimiento de Estudiantes porque se dedicó exclusivamente a defender la ventaja cerca de Andújar. El ingresado Mauro Méndez tuvo dos mano a mano en la misma jugada y en ambas Matías Mansilla le ahogó el festejo.
Ganó el Pincha porque aprovechó su momento en el juego y supo sufrir cuando el trámite no le fue favorable. Y ahora sueña con meterse en la Libertadores.
Informes de Clarín/Deportes