«Queremos el oro, vamos por la medalla». A la espera del estreno de este viernes en el Parque Roca ante Uruguay en el Torneo Tres Naciones, la respuesta de los integrantes de la selección argentina de básquetbol es unánime cuando se los consulta por el objetivo con el que afrontarán los Juegos Panamericanos de Lima, meta intermedia en la preparación para el Mundial que se disputará dentro de un mes en China.
Desde Mar del Plata 1995, cuando ganó el oro con una recordada victoria sobre Estados Unidos en un Polideportivo Islas Malvinas desbordado como nunca, Argentina no se sube al podio en unos Panamericanos, un objetivo que nunca le interesó demasiado a la Generación Dorada en aquellos años de gloria. En coincidencia con los Preolímpicos, los mejores jugadores no eran tenidos en cuenta en las citaciones y Argentina participaba con conjuntos alternativos. Sin embargo, el cambio de calendario del básquetbol internacional colocó al certamen continental en la previa del Mundial de China, por lo que el entrenador Sergio Hernández decidió que el mismo equipo afronte las dos competiciones.
Pero lejos de ser tomado como un certamen de preparación, el torneo en Perú se transformó en un objetivo en sí mismo. «Está muy bueno que tengamos el Panamericano y que nosotros mismos digamos que el Panamericano lo queremos ganar», aseguró Hernández. «Esta camada necesita esa presión. Sería ridículo decir que somos candidatos al Mundial y eso podría actuar como una relajación, de decir que como camada joven no tenemos ninguna obligación. Pero en este torneo sí la tenemos. No podemos decir que vamos a buscar experiencia. Somos candidatos y lo asumimos: vamos a buscar una medalla al Panamericano, y si es de oro, mejor», explicó el técnico.
Como líder del equipo, Luis Scola afrontará un Panamericano por primera vez en su carrera, y lo toma como un desafío especial. «Al Panamericano le estamos dando la importancia que merece cualquier torneo que jugamos. La diferencia es que, al no ser el único campeonato que tenemos por delante, la preparación comenzó cerca de la fecha, y también nos va a servir para el Mundial. Igualmente lo vamos a jugar para ganar», sintetizó el campeón olímpico.
En Lima, Argentina debutará en el certamen el miércoles 31 ante Uruguay, un día después jugará ante República Dominicana y cerrará la fase de grupos el 2 de agosto ante México. Si termina entre los dos primeros, el sábado 3 jugaría las semifinales y, de acuerdo a la meta planteada, el domingo 4 disputaría la final o el partido por la medalla de bronce.
Para Facundo Campazzo, referente de la nueva camada, tampoco hay dudas sobre el objetivo en la capital peruana. «Nos motiva que haya dos torneos», remarcó el jugador del Real Madrid. «El Panamericano es un objetivo que nos pusimos desde el primer día del proceso. Si bien paralelamente nos ayuda para la preparación para el Mundial, que es el objetivo final, jugar los Panamericanos de la mejor manera es muy importante», explicó Campazzo.
Lejos de achicarse, los más jóvenes del equipo también asumen la responsabilidad que genera llegar al torneo como candidatos. «Queremos una medalla, y si es la de oro, mejor», resaltó el base Luca Vildoza. «Es un objetivo en sí mismo. Queremos demostrar que estamos a la altura. En el momento que conseguís una medalla te sube la adrenalina para seguir», resaltó el jugador del Baskonia español. Con el marplatense coincide el pivot Agustín Cáffaro, que lucha por ganarse un lugar definitivo en la lista de 12 jugadores que irán a ambos campeonatos. «Está hablado en el grupo, e incluso lo hizo público el ‘Oveja’ (Hernández). El equipo que vaya a los Panamericanos va a ir a ganar el torneo. Vamos a tratar de llegar lo más lejos posible. Y lógico, jugar partidos internacionales también nos va a servir como preparación para el Mundial», aseguró el jugador de 2,11 metros que jugará la próxima temporada de la Liga Nacional para el tetracampeón San Lorenzo.
Está claro que el objetivo es el oro, y el equipo no le esquiva a la responsabilidad.
Ariel Greco/Página 12