MG Radio 24 Villa Pueyrredón
El brote de coronavirus en River no se detiene y ayer al mediodía sumó dos nuevos contagiados. En el test rápido de antígenos que se realizó antes del entrenamiento, Fabrizio Angileri y José Paradela, quienes jugaron el partido del miércoles contra Independiente Santa Fe, dieron positivo a tres días del trascendental duelo frente a Fluminense en el que definirá su suerte en la Copa Libertadores. Sin embargo, a pesar de la mala noticia, en Núñez son optimistas con que podrán recuperar a varios futbolistas que son bajas desde el fin de semana con la posibilidad de que Gallardo pueda completar el equipo.
El estudio de antígenos se les realizó a los 12 jugadores que estaban disponibles. Tanto Angileri como Paradela son asintomáticos y transitan el aislamiento en sus casas, pero desde ya no estarán disponibles para jugar contra el equipo brasileño. Con esas dos bajas y la lesión de Javier Pinola, Gallardo tiene a disposición a sólo nueve jugadores de los 32 inscriptos en la lista de buena fe.
Se sabe que el reglamento de la máxima competencia sudamericana es muy cruel: con tener un mínimo de siete jugadores disponibles, igual hay que salir a la cancha. Y si no lo hace, River se expone a sanciones muy duras de la Conmebol, como la exclusión de la Libertadores, la imposibilidad de jugar competencias internacionales por cinco años y una multa económica severa.
Pero no todas son malas en River, club que aún debe una profunda explicación por el brote de Covid-19. Por la tarde fueron sometidos a tests de PCR los 12 futbolistas que estaban disponibles (los que jugaron ante Independiente Santa Fe y Pinola) más los 15 que habían dado positivo la semana pasada en la previa del Superclásico. Si nada extraño sucede, Franco Armani, Enrique Bologna, Germán Lux, Franco Petroli, Paulo Díaz, Robert Rojas, Nicolás de la Cruz, Bruno Zuculini, Agustín Palavecino, Santiago Simón, Tomás Castro Ponce, Rafael Santos Borré, Matías Suárez, Federico Girotti y Benjamín Rollheiser podrán estar a disposición de Gallardo de cara al choque copero. Y es que esos futbolistas el martes cumplirán el décimo día desde que se les detectó el virus por lo que para Conmebol estarán aptos para jugar más allá de que los controles sigan dando positivo. La explicación es que la carga viral será baja y no habrá riesgo de contagio. La decisión de que el partido se desarrolle en Argentina es un alivio para River porque a la mayoría de los países sudamericanos no se puede ingresar con el PCR positivo.
Pero lo primordial no pasa porque los PCR den negativos sino por los exámenes médicos posteriores. Para que los jugadores puedan saltar a la cancha no deben tener complicaciones, especialmente cardiológicas. El caso más conocido de los últimos tiempos fue el del colombiano Edwin Cardona, que tras atravesar la enfermedad presentó síntomas de miocarditis leve y estuvo ausente de los entrenamientos por dos semanas. De todos modos el porcentaje de futbolistas que tienen complicaciones post Covid-19 es mínimo y se estima que la mayoría estará a disposición del técnico.
Así, de dar negativo y contar con un alta médica, esos futbolistas podrían estar para el duelo contra Fluminense que se jugará en el Monumental pese al confinamiento dictado por el Gobierno nacional que provocó la suspensión de las competencias de la AFA. Y esa justamente fue otra noticia alentadora: los futbolistas no tendrán que salir de Argentina al noveno día de darse a conocer los contagios masivos.
Los 10 días más movidas de River de los últimos tiempos se consumen sin mayores complicaciones de salud para los futbolistas. Empezará a quedar de lado el juego que parece haber sido adivinar con qué jugadores contaría Gallardo para afrontar los partidos. La ilusión de River es poder contar con varios profesionales para disputar el partido final del semestre. Tendrá que ganar para terminar primero en el grupo. Después quedarán las vacaciones. Y tal vez ahí alguien explique qué fue lo que pasó con los contagios masivos.
Clarín/Deportes
Se encendieron las alarmas en Boca: el volante Cristian Medina dio positivo de coronavirus, quedó aislado y se perderá el partido ante The Strongest del miércoles -en principio, en la Bombonera- por la última fecha del grupo C de la Copa Libertadores.
Ayer el plantel que conduce Miguel Angel Russo se sometió a los testeos y, salvo Medina, dieron todos negativo y están a disposición del DT. Sin embargo hay temor de que se presenten nuevos contagios y el lunes habrá nuevos hisopados.
En Boca temen por el “efecto River” tras el duelo del domingo en la Bombonera ante el equipo de Marcelo Gallardo.
Si hubo contagios en ese partido se conocerían -aunque nunca se podrá comprobar el origen del brote- recién con los próximos hisopados. Se espera que el caso de Medina sea uno aislado y no el principio de una serie de contagios masivos. Es que la novia del volante de 18 años había dado positivo y Medina, aunque no se hubiera contagiado, debía aislarse por el contacto estrecho.
Antes de que surgiera la noticia de Medina, a Boca le había llegado muy temprano la noticia de la cancelación de las semifinales de la Copa de la Liga Profesional. Ello sirvió para cancelar lo pensado para el fin de semana que incluía el viaje a San Juan (desde el club ya habían mostrado preocupación y habían pedido jugar en Buenos Aires) y el regreso inmediato.
Ahora el técnico evalúa darle un descanso al plantel el domingo y volver a juntarse bien temprano el lunes para que se enfoque en la final que se transformó el choque con The Strongest. Porque para estar en los octavos de final Boca deberá ganar. Las miradas apuntarán de lleno a eso.
Los días de descanso le servirán a Russo para poner a punto físicamente a jugadores que tienen demasiados días sin competir y a otros, muchas jornadas sin entrenarse. Si no hay imprevistos Boca podrá afrontar lo que se viene con todo el plantel a disposición. Porque Zambrano, Diego González, Mauro Zárate y Marcos Rojo ya pueden entrenarse a la par de sus compañeros y a ellos se les sumarán Cardona, Campuzano y Andrada, quienes saltaron a la cancha después de casi un mes sin competir por estar afectados por el coronavirus.
La preocupación en Brandsen 805 sí se posó ante la versión que llegó para imposibilitar que los partidos de la Libertadores se jueguen en Buenos Aires. Incluso los dirigentes se movieron rápido para constatar chances de jugar en Uruguay o Asunción en el caso de una prohibición.
Clarín/Deportes
