Los jugadores de Milwaukee Bucks, Houston Rockets, Oklahoma City Thunder, Los Angeles Lakers y Portland Trail Blazers decidieron no presentarse ayer a jugar sus partidos de los playoffs de la NBA en protesta por la violencia policial racista, cuyo último caso fueron los siete disparos al afroamericano Jacob Blake. El efecto dominó excedió al básquetbol, históricamente la más progresista entre las grandes ligas estadounidenses, y llegó por ejemplo al béisbol. En la MLB, cuatro partidos fueron pospuestos: Brewers-Reds, Astros-Angels, Giants-Dodgers y Padres-Mariners. En la MLS de fútbol se cancelaron todos los encuentros de la jornada salvo Nashville-Orlando, que ya se estaba jugando. Y hasta la tenista Naomi Osaka anunció que, por ese motivo, se baja del torneo de Cincinnati que se está jugando.
En una decisión inédita en la mejor liga de básquetbol del mundo, el plantel de Milwaukee fue el primero en resolver no jugar el quinto partido de la serie que le ganaba 3 a 1 a los Magic en el complejo deportivo de Disney World, donde se disputa la “burbuja” de la NBA. Los jugadores tomaron esa decisión en conjunto tras los disparos por la espalda sufridos por Blake cuando entraba a su camioneta en Wisconsin, con sus tres hijos adentro, de parte de un policía blanco. El hombre sigue internado en estado crítico.
La conmoción fue tal en la NBA y en Estados Unidos que pronto Houston Rockets y Oklahoma City Thunder, que igualan 2-2, dejaron trascender que boicotearían su partido. Y lo mismo iban a hacer los Lakers y Portland. Una vez que en la NBA se dieron cuenta de esto, se pusieron rápidamente en acción y antes de que el resto de los equipos lo hiciera oficial por su cuenta, la propia liga comunicó que “a la luz de lo sucedido” con Milwaukee, se suspendían todos partidos del día. Los jugadores se quedaron reunidos en el vestuario, sostuvieron videollamadas con fiscales de distrito de Wisconsin (donde está Milwaukee) y salieron casi tres horas y media más tarde. George Hill y Sterling Brown leyeron un comunicado. Con énfasis, expresaron: “Pedimos justicia para Jacob Blake y exigimos que los policías rindan cuentas. Para que esto ocurra, es imprescindible que la Legislatura del Estado de Wisconsin se vuelva a reunir después de meses de inacción y tomen medidas significativas”. Por último, instaron a participar de la votación presidencial del próximo 3 de noviembre. Esa concientización es tal vez el punto más importante de su búsqueda: en Estados Unidos el voto no es obligatorio.
Durante toda la tarde, una enorme cantidad de deportistas se manifestaron celebrando la decisión que tomaron sus colegas. Incluso el colectivo de los árbitros apoyó la medida. La liga femenina, la WNBA, también suspendió su jornada. Antes de que esto ocurriera, las jugadoras de Washington dieron un mensaje muy fuerte: llegaron al estadio con remeras con letras que en conjunto formaban el nombre de Jacob Blake y mostraban siete agujeros en la espalda, como los balazos que le dieron al hombre.
Con el correr de las horas también su sumaron varios equipos de béisbol y el fútbol de la MLS se suspendió casi en su totalidad, salvo por un partido que ya estaba en juego. Claro que una vez aplazados los partidos, fue momento de empezar a pensar los alcances de la medida. Porque algo está claro: el debate ya se había dado cuando debía empezar la “burbuja”, a causa del asesinato de George Floyd. En ese entonces, se resolvió que se jugaría y se aprovecharía la plataforma para hacer oír el reclamo de igualdad racial.
Ahora los jugadores consideran que nada ha cambiado. ¿Se puede cancelar la temporada? Las informaciones vertidas desde Estados Unidos implican que hay una división al respecto. En Toronto Raptors, vigentes campeones de la NBA, por ejemplo, habría casi unanimidad respecto a abandonar la “burbuja” y la tempolos rada. Pero según otros reportes, son muchos los basquetbolistas que ponen en la balanza los sacrificios que debieron hacer para volver a jugar y que dicen: “Terminemos lo que vinimos a hacer”.
“Los negros tenemos miedo en Estados Unidos”, había dicho LeBron James en el último partido de Los Angeles Lakers, donde se mostró conmovido por los disparos a Blake. “Tengo dos hijos y siendo afroamericano es muy preocupante ver lo que sigue pasando con la brutalidad policial, con la injusticia”, afirmó.
Mauricio Codocea/Clarín