El verde que no tape el bosque. Porque Sudáfrica, después de perder la semana pasada en Santiago del Estero, sacó del descanso a los mejores jugadores que no habían viajado a la Argentina, y como si fuera una final del mundo, jugó un partido no solo con su habitual potencia y determinación, sino por el plus de querer lograr la venganza frente a su público. Así, y por más que Los Pumas llegaban en su mejor momento rugbístico y tras cuatro victorias inéditas (Francia, Australia, All Blacks y los propios sudafricanos), los Boks fueron mucho, demasiado -sobre todo por las indisciplinas argentinas del ST-, y no solo ganaron 48-7 en Nelspruit sino que salieron campeones del Championship.
Para muestra de la superioridad del principio, un botón: a los 4’, los forwards dueños de casa habían generado ya tres penales de Los Pumas (7-1 el PT), que no podían con el scrum local y, si bien la defensa andaba, finalmente paraban la ola verde con infracciones. Por decantación, a los 7’ Fassi llegó al ingoal.
Del lado de Los Pumas, más allá de un scrum que no podía bancar al fijo local, sobre todo por el lado derecho, había fallas en la recepción aérea de Santiago Carreras, que volvía a su puesto natural de fullback porque Albornoz seguía de 10. A los 13’, en el cuarto penal, los Boks eligieron ir al line y entraron tras el maul, Du Toit saltó por arriba de la formación y apoyó.
La única jugada que pudieron hilvanar Los Pumas llegó con la entrada de Grondona y el manejo de Albornoz, que, como en la fecha anterior, se filtró y apoyó.
Más allá del resultado, el problema era que la potencia rival comenzó a sentirse con lesionados. A los 25’, Chocobares, uno de los más regulares y clave en el tackle, debió dejarle el lugar a Cinti. Peor, cuatro minutos más tarde, Argentina se quedaba 10’ con uno menos porque Mateo Carreras tocó en el aire a Fassi, quien cayó peligrosamente. Al tucumano se lo evaluó como posible expulsado, pero finalmente el bunker TMO le mantuvo la amarilla.
El problema fue que, con 14, Sudáfrica se floreó y llegó dos veces más al try, por Fassi y por Kolbe, un escurridizo y fuerte wing de 1,72.
Sobre el final del PT, quedó una decisión no habitual: Felipe Contepomi sacó a Isgró por Mallía, cuando generalmente no se hacen variantes tácticas antes del descanso. Además, por golpe en la cabeza, González le dejaba su lugar a Matera. Dolía el 27-7…
En el ST , los Springboks seguían dueños de la pelota y el territorio, pero ya sin la voracidad de la etapa inicial ni la puntería. En la primera que tuvo, Hendrikse (medio scrum que se hizo cargo de la patada en lugar del apertura Libbok) marró un penal factible. Parecido al test del sábado 21, la mayoría de los puntos se habían marcado ya, en el PT.
Cuando Los Pumas habían levantado y peleaban de igual a igual, la jugada más notable se dio a los 15’, con Matera: el ala argentino entró a limpiar un ruck con el hombro izquierdo impactando en la cabeza de Koch. El árbitro neozelandés Ben O’keeffe amonestó al tercera y metió la seña de TMO bunker, por lo cual podía terminar expulsado.
Pese al hombre de menos, y con la bandera de Oviedo más el ingresado Coco Ruiz, Los Pumas hasta tuvieron la chance de anotar, pero recibieron la mala noticia: Matera finalmente era expulsado y terminarían, si nadie recibía una sanción, con 14. Faltaban 15 minutos y Sudáfrica, envalentonado, generaba un segundo envión tras un pequeño descanso para ir por más y cerrar el torneo a todo lujo.
Pero lo de terminar con 14 no sucedió. En el peor partido de hace rato en cuanto a disciplina, Santiago Carreras se mandó a cortar un pase, pero lo hizo con un manotazo deliberado, que, a instancias del TMO, generó que fuera amarilla y 10’ afuera. De inmediato, Sudáfrica, con dos más, aprovechó para que Marx, Du Toit y Kriel apoyaran para redondear la goleada.
Fue el primer partido del año en el que Los Pumas reciben tarjetas, lo cual los condicionó: cuando estuvieron 15 vs. 15 terminaron 1-2 en tries; con uno o dos menos, 0-5. Así no se puede jugar a este nivel…
Con goleada, entonces, terminó un partido que se podía perder, pero así y todo Los Pumas en el ST fueron a pelearlo para tratar de darlo vuelta. Sin embargo, apareció un problema que este equipo no tenía, la indisciplina evitable. Eso es peor que errar un tackle o comerse un try. Aunque, como esas jugadas, también se puede trabajar, y el equipo lo debe hacer porque el resto, el juego y caracter, demostró que los tiene.
Sergio Stuart/Edición Impresa de Olé