El grito quedó atragantado. Argentina estuvo muy cerca de sentenciar el Sudamericano Sub 20 de Venezuela en el clásico frente a Brasil, pero no pudo sostener la victoria y el partido, que tuvo un desenlace caliente, se le escapó cuando faltaban apenas 12 minutos para el final. Ambos equipos ya consiguieron un boleto para disputar la Copa del Mundo, que se llevará a cabo en Chile desde el sábado 27 de septiembre hasta el domingo 19 de octubre. Pero el conjunto dirigido por Diego Placente tiene la pretensión de que la fiesta sea completa. Y habrá que esperar para saber quién se va a quedar con el trofeo, porque el título finalmente se definirá en la última fecha, en la que la Albiceleste enfrentará a Paraguay y la Verdeamarela jugará con el seleccionado chileno. Ambos conjuntos lideran la tabla y, en caso de igualdad, el criterio de definición que se empleará para desempatar será la diferencia de gol: Argentina tiene +3, mientras que Brasil +4.
La Albiceleste fue superior a su adversario. El conjunto dirigido por Ramón Menezes le tuvo mucho respeto desde el primer minuto. Con el recuerdo todavía fresco del triunfazo por 6-0 que Argentina había conseguido en el primer partido del certamen, la Canarinha planteó el encuentro desde una condición de inferioridad. Los de Placente asumieron el protagonismo, dominaron la pelota, ejercieron presión alta y merodearon el área contraria. Brasil, en cambio, procuró mantener el orden, achicar espacios hacia atrás y salir de contragolpe mediante la velocidad de Rayan, Pedro y Wesley. En definitiva, no hubo vestigios del jogo bonito que siempre distinguió a los brasileños. Esta vez, condicionados por el temor, resignaron su identidad. Y el que impuso condiciones fue el combinado argentino.
La proyección de Gorosito y Soler, la presión y el criterio de Delgado, la desfachatez y el desequilibrio de Echeverri y el cambio de ritmo de Subiabre fueron las principales armas de Argentina. Con Carrizo apagado y sin su injerencia habitual en la creación, y con Hidalgo abocado a la tarea sucia de fajarse con los zagueros, la Albiceleste igual tuvo recursos para generar juego. Y hubo premio para tanta persistencia: el Diablito aprovechó un penal que le cometieron a Soler y la picó con clase desde los 12 pasos para abrir el partido.
Brasil no encontraba la pelota y su juego áspero era un reflejo de la impotencia con la que cargaba. Las infracciones para cortar el juego de Argentina, fueron una constante ante la inacción de un árbitro permisivo. A la Albiceleste le faltó profundidad para traducir su tenencia y buenas intenciones en situaciones claras de gol. La Selección dejó pasar su momento, empezó a sentir el desgaste y los brasileños llegaron a la igualdad con un disparo de Rayan.
En el final la temperatura alcanzó el punto de ebullición. Algunos brasileños hicieron gestos obscenos y hubo insultos cruzados. “¡Seis te comiste!”, les recordó Mastantuono. Provocaciones al margen, Brasil terminó festejando el empate.
Favio Verona/ole.com.ar