La imagen de Julio Vaccari devorándose las uñas al borde del campo de juego fue el reflejo más elocuente de cómo jugó Independiente ante Sarmiento. El equipo de Avellaneda tuvo un rendimiento acorde a la campaña mediocre que realizó durante todo el año. Nunca pudo hacerse dueño del partido. No encontró la forma de quebrar a un rival que lo complicó cada vez que aceleró. Y apenas se llevó un empate que pone en riesgo su permanencia en la zona de clasificación a la Copa Sudamericana del año próximo, el único objetivo al que se aferra un conjunto que no pudo cumplir sus metas principales en lo que va de un 2024 que muy probablemente quedará sepultado en el olvido. Si Unión suma y Argentinos le gana a este viernes a Vélez, el Rojo quedará fuera de los puestos para entrar a la competición internacional.
Lo de Independiente es preocupante porque nunca termina de dar el salto de calidad que le hace falta para aspirar a algo más auspicioso. No logra elevar la vara. En Junín no tuvo ideas, fluidez, cambio de ritmo ni generación. Ni siquiera supo suplir la falta de fútbol con rebeldía o empuje. Las estadísticas marcan que el Rojo lleva 12 partidos sin caer por la Liga, con cuatro victorias y ocho empates. Superó el invicto por torneo que había logrado con Ariel Holan en la Superliga 2016/17. Pero los números, despojados de contexto, no siempre expresan el clima de época. El aire que se respira en Avellaneda está viciado ante la falta de respuestas de un conjunto que ya hizo costumbre el defraudar a sus hinchas. Y que además viene de quedar envuelto en un episodio evitable cuyos efectos perduran: el escándalo del yate, que derivó en la sanción interna a dos titulares como Pellegrino y Tarzia, quienes llevan dos partidos sin figurar entre los concentrados.
Con escasos recursos, Sarmiento logró complicar a Independiente. El equipo de Junín, que disputó su segundo partido bajó la conducción de Martín Funes, se animó a faltarle el respeto al Rojo. No achicó espacios hacia atrás, como solía hacer durante el ciclo de Israel Damonte, sino que apostó por una propuesta ofensiva. Y si no lo ganó fue porque Morales y Mónaco chocaron con los reflejos del arquero Rodrigo Rey.
El conjunto de Vaccari no tuvo creación. Loyola debió jugar de lateral por derecha ante la ausencia del suspendido Vera y, con el chileno en esa posición, Independiente perdió peso en la gestación. Mancuello fue quien intentó hacerse cargo de crear, también se animó a pisar el área y tuvo la chance más clara del equipo, pero en el complemento se quedó sin combustible y fue reemplazado. Los extremos, Montiel y Vallejo, estuvieron apagados y la pelota prácticamente no le llegó a Ávalos.
El Rojo no levanta vuelo porque hasta ahora ni siquiera mostró las alas. La falta de evolución es, en sí mismo, el principal síntoma de una involución muy preocupante.
Favio Verona/ole.com.ar
OTROS RESULTADOS
Godoy Cruz 1 – Atlético Tucumán 1
Estudiantes 1 – Independiente Rivadavia 1
Rosario Central 0 – Barracas Central 1
VÉLEZ Y HURACÁN SALEN A LA CANCHA
El viernes de fútbol será para los punteros. En la continuidad de la 20º fecha del campeonato de la Liga profesional, el líder Vélez (38 puntos) visitará a Argentinos (22) en el tardío horario de las 22 con televisación de ESPN Premium, mientras que a las 19,45, el escolta Huracán (35) recibirá a Gimnasia y Esgrima La Plata (24) a través de la TV Pública y ESPN. Completarán la jornada, Central Córdoba de Santiago del Estero (23)-San Lorenzo (21) desde las 19 por TNT Sports y desde las 21 y por la misma señal, Unión (30)-Newell’s (21) en Santa Fé.
Vélez igualó sus dos últimos partidos ante River en el Monumental y Belgrano en Liniers y con tres puntos de ventaja sobre Huracán ha entrado en la recta final del campeonato pero sin poder descuidarse: una hipotética derrota en La Paternal y un triunfo del «Globo» en Parque Patricios emparejarán la tabla y le pondrán picante a la definición del torneo. Argentinos viene de perder el domingo el clásico ante Platense y le caerá justo recuperarse ante el mejor equipo de la temporada. Gimnasia lleva siete partidos sin ganar y tratará de dar el golpe luego de que Boca lo eliminara por penales de los cuartos de final de la Copa Argentina y Unión lo venciera el lunes sobre la hora en La Plata.
Con su equipaje de problemas a cuestas, San Lorenzo viajará a Santiago del Estero a levantar una campaña mala que tuvo como único alivio la suspensión (por ahora) de los descensos. El equipo que desde hace quince días dirige Miguel Angel Russo, fue a Mendoza el sábado pasado y cayó 1 a 0 ante Independiente Rivadavia. Ahora le toca volver a viajar al interior, donde lo espera el sorprendente Central Córdoba que, llevado de la mano experta de Omar De Felippe, llegó a la final de la Copa Argentina y atraviesa una racha de trece partidos sin perder. Con el agregado que el 0 a 0 del lunes con Huracán le interrumpió una serie de siete triunfos al hilo entre el campeonato y la copa.
Por último. Unión recibirá a Newell’s luego de haberle ganado a Gimnasia en la última pelota de la noche y con el estímulo de que su buena campaña lo está instalando en la Copa Sudamericana de 2025. Con un presupuesto bajo, pero con ideas claras, su técnico, Crtistian «Kily» González, ha hecho un gran trabajo en Santa Fe. En cambio, Newell’s anda a los tumbos, lejos de cualquier chance de ingreso a los torneos continentales. El sábado empató 1 a 1 con Sarmiento en el Coloso Marcelo Bielsa y sumó una nueva decepción en un año que sus hinchas quisieran que se termine cuanto antes.
Página 12/Deportes