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Buenos triunfos de Boca e Independiente. El Ciclón empató con River

Buenos triunfos de Boca e Independiente. El Ciclón empató con River

El chileno mostró su talento para darle el primer triunfo a Boca en el Torneo Apertura: 2-1 a Huracán. Con el partido igualado tras los goles de Cavani y Pellegrino, el ex Colo Colo la dejó pasar entre sus piernas, esperó el toque de Merentiel y definió bárbaro en el mano a mano.

Los hinchas arman una fiesta en el final. Al ritmo del “¡Y dale, dale Boca!”, mueven los brazos y terminan entre aplausos. El triunfo llega en la tercera fecha y fluye la felicidad en las tribunas. Dentro de los márgenes del campo de juego, todavía hay tarea para el hogar de Fernando Gago. Y muchas preguntas. ¿Cuál es el equipo? ¿Lo habrá encontrado en el caluroso anochecer? ¿Y qué esquema le sienta mejor? ¿La línea de tres que utilizó ante Unión en Santa Fe o el 4-2-3-1 que plantó contra Huracán? Las respuestas llegarán más adelante. Con la victoria, está claro, es más fácil analizar y corregir.

Eso sí, entre tantos cambios que el técnico hace de un encuentro a otro, hay dos futbolistas que no pueden faltar. Uno es Palacios. Luce la “8” en la espalda, pero le quedaría pintada la “10”, esa camiseta reservada para los distintos que hoy ostenta Cavani. Cuando se enchufa, el chileno despliega un talento que invita a la admiración. El segundo gol fue propio de una genialidad. El otro es Marchesín, que mostró seguridad en todo momento con tres tapadas clave.

Huracán tiene menos que el año pasado, cuando llegó a la última instancia de la Liga con posibilidades de ganar el título y sucumbió frente a Vélez en Liniers. Se desarmó el mediocampo. La prueba más contundente estaba enfrente: Alarcón, vestido de azul y oro. Ni hablar de las salidas de Federico Fattori (Argentinos) y Rodrigo Echeverría (su pase fue comprado el Grupo Pachuca y podría jugar en el León). Más allá de la llegada de Leonardo Gil, muy apto para conducir desde el centro, quedó huérfano en una zona neurálgica.

Lo mejor de Boca se vio en el segundo tiempo, cuando encontró algo más de profundidad por afuera con las proyecciones de Advíncula, algo estático en la etapa inicial. Entonces, jugó de a ratos el conjunto de Gago. Dominó con espasmos y generó algo de entusiasmo. Especialmente cuando se encendió Palacios o despegó Alan Velasco, volcado a la izquierda.

Cuando ambos se juntaron, Boca inquietó a Hernán Galíndez. Y el gol llegó gracias a una pelota parada que tuvo como iniciador a Velasco. De la falta que le cometió Pereyra, llegó el tiro libre de Cavani -carambola mediante- para abrir la cuenta a orillas del Riachuelo.

Con la ventaja en el resultado, Boca se soltó y Huracán intentó recuperar esa fisonomía del comienzo, más robusto desde la actitud y el juego. Y halló el empate también a raíz de un balón detenido.

Ejecutó Gil, el más pensante, peinó Eric Ramírez y en el corazón del área arremetió Marco Pellegrino con un frentazo inatajable para Marchesín. Hubo algo de suspenso por la posición de Pereyra. Ya pesar del llamado del VAR, Silvio Trucco ratificó su decisión.

El empate apagó a la gente y, por contagio, al equipo. Hubo otras dos pelotas paradas, un tiro libre de Velasco que Advíncula falló abajo del arco, y otro remate de Gil queencontró una magnífica respuesta de Marchesín. El guardián xeneize también tapó con dificultad un remate de media distancia de Miljevic en el final de la etapa inicial y en el arranque del complemento, un “misil” cruzado de Ibáñez.

Gago metió mano en el banco. Entró Miguel Merentiel, que dejó mano a mano a Palacios tras una gran repentización del chileno (la dejó pasar), que resolvió bárbaro ante Galíndez.

Kudelka no tiene grandes recursos humanos. No hubo revulsivos y atrás siempre mostró firmeza Ayrton Costa. Boca terminó con la pelota en su poder y una victoria que lo impulsa. Justo cuando el sábado visitará a Racing, un adversario que puede ser una buena medida para sus aspiraciones.

Daniel Avellaneda/Clarín-Deportes

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Independiente se ilusiona con este arranque ideal en el Torneo Apertura de la LPF: tres jugados, tres ganados y único puntero del Grupo B, con siete goles a favor y tres en contra. En el Libertadores de América, le ganó 2-0 a Gimnasia con goles de Gabriel Ávalos, de penal, y Álvaro Angulo. El Lobo, en cambio, perdió los tres primeros y lleva seis derrotas seguidas.

Las dos jugadas más importantes del primer tiempo necesitaron la intervención del VAR. Una para confirmar el penal de Gastón Suso, aunque tanto la primera decisión del árbitro Echavarría -acompañada por el pedido unánime de todo el estadio- como la ratificación desde Ezeiza dejó un amplio margen para la polémica. Porque el defensor de Gimnasia tenía el brazo hacia atrás y no pareció tener intencionalidad de tocar la pelota. Después, el ex Argentinos se encargó de marcar de penal el gol que abrió el camino de la victoria.

La otra situación, en cambio, fue para no convalidar a los 16 minutos el gol de Kevin Lomónaco por posición adelantada, marcada correctamente por el asistente por un toque previo de Iván Marcone de cabeza. Sin embargo, se necesitó de la tecnología para confirmar que Marcos Horticolou tenía razón. Esas dos jugadas evidenciaron la superioridad local en el inicio del partido. Pero después del fallido 20 el trámite fue más parejo.

Gimnasia convive con sus problemas: seis derrotas seguidas entre el final del torneo pasado y el actual, sin marcar goles y con un entrenador interino. Sin embargo, poco a poco emparejó el trámite y tuvo algún acercamiento pero ninguna tan clara como la de los tres minutos cuando Valdez logró desviar al córner un remate de Rodrigo Castillo.

El primer tiempo tuvo pocas emociones pero el desarrollo cambió en la parte final. Porque Independiente buscó con insistencia el segundo gol y estuvo muy cerca, primero con un remate de Millán, tras una gran jugada colectiva por izquierda que Silva rechazó justo, luego otro toque de Millán que se fue apenas desviado y más tarde un remate de Matías Giménez Rojas que Ingolotti sacó al córner.

También el Lobo, que mejoró mucho, tuvo sus chances pero el arquero Gonzalo Rey siempre responde, primero desactivó un remate de Morales y luego ante una acción a puro calidad del Pata Castro. La sensación era, todo el tiempo, que el partido no iba a terminar 1-0.

La tranquilidad llegó para el equipo de Julio Vaccari a los 38 minutos, cuando el colombiano Álvaro Angulo aprovechó un centro desde la derecha de Loyola y un mal cierre de Fabricio Corbalán. Enseguida, por una infracción a Marcone, fue expulsado el juvenil debutante Santiago Villarreal.

Un punto positivo de la actuación de Independiente fue la elaboración de buenas jugadas colectivas en la parte final, que le permitieron sostener la diferencia y luego ampliarla. Sin embargo, la falta de efectividad y algunas imprecisiones en la marca pusieron en riesgo la victoria y fueron clave en un momento las buenas intervenciones del arquero Rey.

Independiente no tenía un comienzo así desde el Apertura 2007, cuando con la conducción técnica de Pedro Troglio ganó los primeros cuatro partidos del torneo (5-3 a Lanús, 3-0 a Tigre, 1-0 a Central y 10 a Argentinos, recién perdió en la quinta fecha con Boca 3-2). Sin embargo, en aquella ocasión, terminó en el noveno puesto, lejos del campeón Lanús. Ahora el MundoRojo se ilusiona con una historia diferente.

Una prueba importante para sostener el liderazgo la tendrá la próxima fecha, ante River, en el Monumental, el sábado 8 a las 19.15. Y después recibirá al golpeado Vélez – vigente campeón del fútbol argentino- en Avellaneda, el miércoles 12 también a las 19.15. Un comienzo a todo ritmo en este febrero caluroso y al rojo vivo.

Oscar Barnade/Clarín-Deportes

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El River de Marcelo Gallardo, el River de los campeones del mundo, todavía es más un nombre rutilante, un ideal espectacular en los papeles, pero está lejos de ser una realidad sobre un campo de juego. El Millonario de los millones no arranca, no aparece, no vibra a la altura de las expectativas. Tiene individualidades de gran nivel y jerarquía, aunque no encontró por ahora un corazón de equipo. Y este San Lorenzo utilitario, sin Iker Muniain, con apenas tres refuerzos en un mercado austero, lo pecheó con ganas colectivas y máxima energía en un Nuevo Gasómetro colmado e hirviendo por casi 40 grados de sensación térmica. Un palo y un par de atajadas por lado sentenciaron un empate sin goles en el primer clásico de 2025.

Más que un Ciclón fue un tornado en fase cinco lo de San Lorenzo en el arranque. Como nunca antes en el ciclo de Miguel Ángel Russo, su equipo salió decidido a llevarse puesto al rival, con presión bien alta y mucha gente ocupando el campo visitante. Con Matías Reali sobre Enzo Pérez por el medio y con Ezequiel Cerutti y Malcolm Braida ocupando los huecos a espaldas de los carrileros que puso Gallardo, Marcos Acuña y Gonzalo Montiel, los de Miguelo sorprendieron con su quinta a fondo desde el vamos.

River se encontró superado, algo aturdido y desordenado. Eso se vio en algunas imprecisiones en la salida. Un par de veces la pelota terminó en un lateral o en pies ajenos tras un pase de algún millonario. El atosigamiento azulgrana surtía efecto.

El River ideal está lejos de verse en la cancha. San Lorenzo no le sacó jugo a su energía.

Un remate desde afuera obligó a Franco Armani a estirarse como si fuera el hombre elástico de “Los 4 Fantásticos”. Fantástica fue su atajada. Sin embargo, el rebote hacia el costado, como indica el manual de los arqueros, encontró la corrida de un atento Braida, que tiró el centro y encontró el gol en contra de Enzo Pérez al intentar rechazar. Todo el estadio fue un puño apretado. No obstante, el grito se atragantó con la decisión del VAR: anulado por un offside de Braida.

Igual era un aviso para este River desbordado, que no se sentía seguro con una línea de tres centrales que quedaba muy expuesta y se notaba algo lenta. San Lorenzo no supo aprovechar ese momento de gasto de energía. En una tarde sin refugio de un sol implacable, la dosificación del combustible se vuelve esencial. El local fue agotando con el correr del primer tiempo y mermó su intensidad. River se empezó a sentir cómodo sobre el terreno y a manejar más la pelota en el medio, que antes era de paso.

Manuel Lanzini arrancaba como extremo izquierdo, aunque bajaba para aparecer por el medio y generar juego. Importante también se volvió Driussi y su movilidad. Tuvo la suya clara la visita. Un cabezazo que se estrelló en el travesaño, un rebote que encontró el cierre salvador de Alexis Cuello y las manos seguras de Orlando Gill para contener el oportuno tiro de Lucas Martínez Quarta, que le pegó aquemarropa.

Armani no iba a dejar que el paraguayo fuera el único que se luciera. Un contrataque de Cerutti, quien pareció ir al galope de un caballo de carrera por el carril derecho, terminó en un centro preciso para la frente de Cuello. El arquero campeón del mundo sacó a relucir su chapa con un atajadón fundamental.

Russo, zorro viejo del fútbol, olfateó a la defensa titubeante de Núñez y cambió: metió a Andrés Vombergar y sacó a Cerutti (amonestado) para rearmar su dibujo en un 4-4-2. La idea fue jugar con dos delanteros mano a mano con los dos stoppers de River.

Fue como que en el entretiempo el conjunto de Russo hubiera recargado la batería y salió de nuevo con la barrita de energía a tope. Otra vez lo puso contra el arco de Armani, que vio temblar el travesaño por un violento remate de Braida, la figura del partido.

El Muñeco, a su turno, buscó generar reacción en su equipo adormecido. Metió tres variantes de un golpe con los ingresos de Rodrigo Aliendro, Facundo Colidio y Nacho Fernández. Equilibró el medio, pero no pudo doblegar a un Ciclón ordenado y bien plantado, con un Miguel Borja absorbido por Jhohan Romana.

En el movimiento de los técnicos, casi como si fueran grandes maestros de ajedrez, Russo sacó a Cuello para incluir a Emanuel Cecchini, un volante central, y virar a cinco medios y Vombergar como único punta. ¿ Conforme con el empate? San Lorenzo se olvidó de atacar y se ocupó de que River tampoco lo hiciera. El cero le quedó bien a un clásico con más intenciones que concreciones.

Nahuel Lanzillotta/Clarín-Deportes

OTROS RESULTADOS

Instituto 2 – Vélez 0

Newells 1 – Aldosivi 0

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