Hay un hartazgo que se manifiesta encada rincón de la tribuna .“Jugadores, no rompan las pelotas ”, cantan los hinchas. “A ver si se dan cuenta, que están jugando en Boca ”, brama la gente. No importa que Ignacio Arce haya sido la reencarnación de Ubaldo Fillol con bigotes, incluso vestido de verde como el Pato. Tampoco, que haya sido notablemente superior a su humilde adversario con ¡23 intentos! sobre el área visitante. Los resultados mandan y Fernando Gago, por más que recién comienza a transitar su ciclo como entrenador, no pudo cantar victoria en los tres partidos que dirigió, independientemente de la clasificación a las semis de la Copa Argentina.
Boca ganó uno de los últimos ocho partidos y Vélez está cada vez más lejos de su alcance. Y se sabe, los merecimientos no suman puntos. Es cierto que a partir de los buenos momentos del juego, Gago podrá sacar conclusiones positivas. Así y todo, lo pudo haber perdido en la última cuando Pol Fernández fue expulsado por bajar a Antony Alonso y apareció Brey para ahogar el grito postrero de Riestra.
Boca se plantó con un 4-2-3-1, el mismo esquema que utilizó frente a los platenses, con algunas variantes nominales. Entre ellas, la presencia de Agustín Martegani. Y aunque la salida de Miguel Merentiel fue obligada por el desgarro que sufrió el uruguayo, el ex San Lorenzo es un volante puro que puede jugar detrás del “9” y conectar.
No obstante, lo mejor que mostró Boca estuvo en los costados. Por la derecha, con el desequilibrio de Zeballos. Por la izquierda, con el tándem que formaron Aguirre y Blanco. El equipo mostró amplitud, juego interno y desborde. El problema, claro, estuvo en el área.
Bastó que Riestra recuperara una pelota para lastimar. Milton Céliz trabó con Ignacio Miramón, Jonathan Goitía jugó para Nahuel Benegas y el grandote hizo un pase con gran sutileza para la irrupción de Brian Sánchez, quien pinchó la pelota por encima de Leandro Brey. Fue un golazo a cuatro toques.
El conjunto del Bajo Flores llegó a orillas del Riachuelo con un plan muy claro. Dos líneas de cuatro, dos referencias en el área, orden y actitud. Ante un ilustre rival con semejante jerarquía, necesitaba multiplicar los esfuerzos. Y aunque esperó bien agrupado para quitar y salir de contra, necesitó aferrarse a las manos de su arquero.
Arce tapó cuatro pelotas magníficas. Dos tiros de Martegani, uno de Tomás Belmonte y una bomba de Aguirre de media distancia. Riestra tuvo otras dos posibilidades, una réplica que no llegó a resolver Herrera y una pelota parada que no pudo capitalizar Paz.
A esa altura, los hinchas estaban nerviosos. El“movete, Boca, movete, movete, dejá de joder ”, se hizo carne en las gargantas de la tribuna. Fue un mensaje que se escuchó en el desenlace de un primer tiempo en el que hubo un buen rato de fútbol, pero faltó contundencia.
Con una posesión del 17%, Riestra consiguió lo que vino a buscar a este estadio. Boca tuvo fluidez en la primera media hora, especialmente, pero se fue cayendo en el último tramo de la etapa inicial. Y aunque no había desentonado Martegani, Gago eligió mayor peso ofensivo para encarar el complemento. En ese sentido, ingresó Milton Giménez. Aguirre se movió a la derecha y Zeballos, a la izquierda. Los extremos se cerraron y liberaron los laterales. Luis Advíncula, que casi no había gravitado en el capítulo inicial, se hizo protagonista. El peruano se perdió el empate debajo del arco. Y Arce volvió a mostrar sus reflejos para manotear un derechazo de Zeballos.
Fabbiani reforzó el medio y la última línea con los ingresos de Maximiliano Rodríguez y Rodrigo Cavallera, cambió el 4-4-2 por el 5-4-1 y aguantó atrás. Demasiado cerca de su arquero. Gago, en tanto, buscó un mayor manejo en el medio con Pol Fernández, que ocupó el lugar de un desangelado Miramón.
El referente, más allá de los silbidos, se hizo cargo de la conducción. Y Boca tuvo mayor volumen de juego. Fue un cambio clave el ingreso del rosarino, pero también, el de Saracchi. Y cuando el partido estaba a pedir del empate porque Riestra estaba cada vez más retrasado, llegó un pase de Pol, el centro rasante del uruguayo y el anticipo de su compatriota Cavani, que logró el 1 a 1.
En los siguientes minutos, Riestra casi no cruzó la mitad de la cancha y Boca buscó por todos lados. Hubo un zapatazo de Lema que arañó Arce y reventó el travesaño. No había caso. En el final, los hinchas explotaron. Jugar bien, merecer ganar, no alcanza, está claro.
Daniel Avellaneda/Clarín-Deportes
BANFIELD LO DIO VUELTA Y FESTEJÓ ANTE UN RACING ALTERNATIVO
Mientras pone toda la atención en la vuelta de la semifinal de la Copa Sudamericana, Racing quedó dado vuelta en la Liga Profesional. Gustavo Costas no quiso tomar ningún riesgo y plantó una formación totalmente alternativa para visitar a Banfield. Y, si bien LaAcademia se puso en ventaja, el Taladro estuvo rápido para igualarlo y, a puro empuje, se lo revirtió para quedarse con el triunfo por 2 a 1.
Esta derrota le impidió descontarle puntos al líder, Vélez, y, además, acercarse a la zona de clasificación a la Libertadores 2025 en la tabla general. De todos modos, Costas y compañía miran de lleno la revancha copera del jueves ante Corinthians en el Cilindro después del empate 2-2 en la ida en Brasil.
La tarde, aunque soleada, permitía respirar un relajante aire primaveral, pero la asfixia se daba por la presión que cada uno de los equipos trataba de aplicar sobre la salida del rival en el campo del Florencio Solá, en Peña y Arenales. Banfield y Racing buscaban apretar en ataque para no darle oxígeno a los defensores. Robar alto para pegar primero fue la premisa de ambos. El visitante tiró el primer golpe, pero Johan Carbonero estaba en una clara posición adelantada tras la asistencia de Santiago Solari y el gol no valió.
El local se secó el sudor frío por ese susto y siguió con su plan de lastimar por los costados. Un centro largo de izquierda a derecha de Mathías De Ritis cayó teledirigido al segundo palo para la trepada de Leandro Garate. Estuvo muy atento Facundo Cambeses para quitarle ángulo y obligarlo a definir muy cruzado y desviado. Otro pelotazo largo, esta vez frontal, de Matías González para Bruno Sepúlveda, encontró terreno a la espalda de Leonardo Sigali, que se recompuso a tiempo para molestar al delantero y hacerlo patear mordido, incómodo.
Cuando parecía que Banfield estaba mejor, alguna corrida de Carbonero se encargaba de equilibrar la cuestión y generarle alguna que otra jaqueca al sector izquierdo de la defensa del Taladro. El colombiano se las rebuscó una y otra vez para escaparse y atacar al espacio por su lado. En la última de un primer tiempo parejo, Carbonero practicó un zurdazo que pasó cerca del palo y por poco no hizo que LaAcademia lograra llevarse la ventaja al descanso.
Eso que no ocurrió antes del entretiempo, pasó inmediatamente después, a los 3 minutos de iniciado el complemento. Un córner de Vietto pasado, el tiro de Carbonero que sacó en la línea Sanguinetti y Santiago Quirós que capitalizó el rebote para empujarla en el área chica y así gritar emocionado, con 21 años, su primer gol en la máxima categoría.
Pero la fisonomía del partido no iba cambiar, iba a seguir siendo de ida y vuelta. Y en la vuelta al gol de Racing le vino el gol de Banfield. Un centro perfecto de Ramiro Di Luciano desde la derecha conectó la frente implacable de Sepúlveda para vencer a Cambeses. No se había casi ni acomodado el cuadro de Avellaneda luego de su festejo y ya había sufrido el empate del dueño de casa que ya contaba en cancha con el debut de Agustín Obando.
Entró enchufado el ex Boca y su intervención fue vital para dar vuelta la historia. Cambeses le tapó el grito y de ese rebote, el ingresado Ignacio Rodríguez ensayó una tijera en el aire que terminó en el fondo de la red del arco blanco y celeste.
Banfield se desahogó después de tres fechas sin victorias y cosechó tres porotos importantes para despegarse del fondo. Racing no tiene mucho tiempo para el lamento: el jueves va por el pasaje a la final de la Sudamericana.
Nahuel Lanzillotta/Clarín/Deportes
OTROS RESULTADOS
Platense 2 – Argentinos 1
Talleres 1 – Tigre 1
Atlético Tucumán 1 – Lanús 0