A esta altura se puede decir que Mercedes Benz es la Fórmula 1 lo que Juventus o Bayern Munich son al Calcio o a la Bundesliga. Gana siempre. Pero no siempre con la angustia de la vuelta final en Silverstone como ayer, en la cuarta prueba del año, todas monopolizadas por la marca de la estrella y en el tercer triunfo consecutivo de Lewis Hamilton.
El sextuple campeón mundial logró su victoria 87 en la categoría y quedó a cuatro de Michael Schumacher. Se aproxima, además, al récord del séptimo título mundial. Los demás, vienen muy atrás.
Hamilton llevaba una amplia ventaja sobre su compañero Bottas y sus perseguidores Max Verstappen y Charles Leclerc cuando los pinchazos en los neumáticos Pirelli empezaron a alterar el tramo final. Carlos Sainz quedó sin banda de rodamiento en la delantera izquierda. A Verstappen le ocurrió lo mismo tres vueltas antes con la carrera definida y optó por ir a lospits a cambiar el neumático y tratar de hacer la vuelta rápida y llevarse el punto extra. En la penúltima vuelta también pinchó la goma delantera izquierda de Valtteri Bottas que entró a boxes y cuando volvió ya no tuvo chances de nada.
Y cuando promediaba la última vuelta, fue Hamilton quien veía como su neumático delantero izquierdo se diluía en el aire tras el pinchazo. Hamilton cruzó la meta en “tres patas” y apenas llegó al parking, se bajó y revisó la goma, antes de celebrar un triunfo que casi se le escapa.
¿Se equivocó Red Bull en hacer entrar a boxes a Verstappen? Dificil decirlo. Cuando su goma se desintegraba, ninguna señal de deterioro había en el Mercedes del campeón así que parece lógico que trataran de sumar el punto de la vuelta rápida. Nada garantizaba que Verstappen pudiera alcanzar a Hamilton con su rodamiento a punto de desaparecer.
El más beneficiado fue Leclerc quien a duras penas mantuvo a su Ferrari en los puestos expectantes. El abandono de Bottas le dio el último escalón del podio y a Daniel Ricciardo el cuarto lugar. Renault tuvo una buena performance, la mejor de las cuatro carreras que ya se han disputado. La semana que viene, el mismo escenario recibirá a la máxima categoría,
“En el último giro casi se me detiene el corazón. Hasta la última vuelta todo salió según lo esperado”, reconoció Hamilton desde el podio.
“Cuando supe del problema de Bottas con las gomas, revisé las mías y todo estaba en orden. El auto estaba sin problemas y no pensé que pasaría algo”, indicó el británico.
Hamilton incluso relató que levantó un poco los pies de los pedales pero que igualmente “la goma explotó”, tras lo cual “sentí mi corazón en la garganta. No sabía si llegaría a la meta, temía salirme de la pista tocando los frenos. Sentía que la ventaja sobre Verstappen disminuía, volví a acelerar, nunca sentí algo así en una última vuelta”.
La carrera registró el ingreso del auto de seguridad en dos ocasiones, la primera de ellas apenas después de la largada, cuando Hamilton era escoltado por Bottas y Verstappen. Un contacto del Red Bull del tailandés Albon contra el Haas del danés Kevin Magnussen, que se salió de pista y perdió un neumático en ese incidente. El auto de seguridad retornó en el decimotercer giro, luego que el ruso Daniil Kviat impactara su Alpha Tauri contra la protección del trazado.
El alemán Nico Hulkebnerg, convocado por Racing Point para reemplazar a Sergio Pérez luego que el mexicano resultó positivo de coronavirus, ni siquiera pudo largar por un problema con su monoposto.
Clarín/Deportes