Desde que tenía 15 años, cuando ganó en 2015 la competencia de freestyle Batalla de los Maestros, Tiago Uriel Pacheco Lescano es más conocido por su nombre artístico Tiago PZK. Hoy está sin duda alguna en la cima de la música urbana actual y acaba de lanzar su segundo álbum Gotti A, que confirma su talento, madurez y crecimiento como artista.
Hoy tiene 23 años casi recién cumplidos, pero antes de los 20 ya tenía muchos hitos en su carrera, como haber autoeditado el hit Andamo en la cima, firmar con una importante productora y fichar con una discográfica multinacional. Rápidamente se convirtió en el artista con más número uno en el ranking
Billboard Argentina Hot 100, gracias a los hits No me conocen (Remix), Además de mí (Remix), Entre nosotros y Salimo’ de noche.
En esos primeros pasos logró mucha difusión con su canción Sola, donde relata los episodios de violencia de género que sufrió su mamá y que él presenció durante su infancia. Además, fue el protagonista de la película Cato, que retrató la escena del frestyle.
Tiago creció en Monte Grande, en el sur del conurbano bonaerense, y adoptó las siglas PZK por su grupo de amigos raperos: la Pateando Zonas Krew. Durante la pandemia compartió casa con Rusherking, FMK y Lit Killah. A partir de esa época grabó con ellos y también con María Becerra, Emilia, Trueno, Taichu, Tini, Bhavi, Ysy A, Nicki Nicole y Ke Personajes.
Una vez retirado de la escena de las batallas de freestyle, comenzó a trabajar en su primer álbum, Portales, que demostró su amplitud musical, capaz de pasar del trap al R&B. Hizo su primera gran gira por el interior del país y distintas ciudades del mundo, además de llenar dos Movistar Arena.
Su siguiente desafío fue dedicarse a armar un segundo disco, que acaba de salir bajo el nombre de un viejo apodo del barrio: Gotti A, su nombre al revés, como una suerte de alter ego al mejor estilo Slim Shady de su admirado Eminem, o el viejo Pink de Roger Waters.
“Con Portales -cuenta- fui recopilando canciones y justamente el concepto era que no tenía concepto. Pero tenía ganas de armar un proyecto con un norte, como bajar en un pizarrón un montón de ideas, palabras y cosas mías. Por eso me tomé para este disco el tiempo de hacerlo”.
Y agrega: “Podría estar en la ola todo el tiempo, sacando singles sin salir del ojo del del huracán, pero lo quería laburar bien, sin miedo a no sacar canciones durante medio año. Así fue, y gracias a Dios se fue acomodando todo. Hicimos más de 95 canciones para este proyecto, de las cuales elegimos solo 14 y todas tienen un porqué. No metí ninguna para rellenar. Todas tienen una historia y algo que le da sentido al concepto de Gotti A”.
Tiago habló con Clarín por Zoom desde España, para compartir los pormenores de su momento actual y del nuevo álbum, donde convocó a un verdadero dream team de la música urbana: Duki, Emilia, Trueno, Anitta, Nicki Nicole, además de la brasileña Anitta, el estadounidense Justin Quiles y el colombiano Manuel Turizo.
“Cada persona -dice- está bien pensada y no metí a nadie al voleo. Con los chicos de Argentina hay mucha más cercanía, porque compartimos muchísimo, desde charlas hasta situaciones juntos. Si están en el disco es porque me inspiraron en algo. Y con los internacionales fue un honor también, porque me dan una mano y confían en mi arte y en lo que hago. Siento que me den la derecha, el visto bueno y encima les gusten las canciones de verdad. Es una señal de que estoy haciendo las cosas bien”.
-¿Cómo contactaste a los internacionales?
-A la mayoría me la crucé en premios. Hasta el día de hoy nunca hice algo armado con las discográficas, sino que todo fue muy orgánico. Cuando hice Alegría, por ejemplo, al archivo lo llamé Anitta, casi proyectando que ocurriera el encuentro. Me pasó lo mismo con Manuel Turizo y Justin Quiles: guardé las canciones y les puse su nombre al lado, aunque ellos aún no sabían nada. Después pude plasmarlo y fue increíble.
-Cuando se juntan con artistas amigos, ¿hablan de lo increíble que ocurre con la música urbana?
-Sí, obvio. Acá en España estamos todos ahora, y nos juntamos seguido y tenemos charlas muy profundas donde nos vamos por las ramas, nos damos consejos y cada uno cuenta cómo se siente y cómo lo lleva. Está bueno poder escuchar la perspectiva de cada uno, porque todos cargamos con mucho peso, responsabilidad y presión social en la espalda, siendo tan chicos. Cada uno tiene un proceso diferente. Admiro a todos estos pibes que me inspiraron, y de pronto estoy comiendo con ellos en la misma mesa y me halaga. A veces siento que solo entre nosotros entendemos todo lo que nos pasa. -Solo les falta alquiler una casa juntos, como hicieron en la pandemia con Rusherking, Lit y FMK. -¡Sí! Justamente estamos hablando de eso. Nos hemos juntado mucho en la casa de la Nicki.
–¿Ellos son tu cable a tierra?
-Sí. Yo además paro la pelota bastante seguido y voy a lo de mis abuelos o me junto con mis amigos de Monte Grande. Me gusta volver a los mismos lugares de antes, ir a la plaza de siempre con amigos y charlar. Esos momentos son los que me conectan con la realidad y la sencillez de la vida. Al principio las luces de colores te encandilan, pero hoy encuentro la felicidad en la sonrisa de mi abuela.
-¿Cómo ves a los que quedaron en el camino y no llegaron alto?
-Hay muchos que por ahí se han perdido porque es difícil. El cerebro del humano no está diseñado para recibir tanta información y de repente venís de no tener nada y estás llenando un estadio o recorriendo Europa. Las lucecitas de colores en el mundo del artista es mucha plata, y quizás algunos encuentran que todo su vacío va hacia ahí. Lo mejor es ser autocrítico, y no solo en lo musical, sino en lo personal, en la vida. Y si te sobrepasa, está bueno aprender de eso. Me pasó mil veces, pero entendí que la constancia es lo más importante. Tengo que ser agradecido con lo que me pasó, y subirme al escenario aunque no tenga ganas. El universo escucha y devuelve.
Una particularidad del camino hasta Gotti A es que Tiago y su productor Tatool se embarcaron en asistir a diversos “campamentos musicales” por todo el mundo, compartiendo experiencias con colegas de todo tipo.
“Empecé a armar el disco -recuerda hace un año y medio, cuando ya estaba finalizando la gira e hice varios campamentos musicales en lugares como Suecia, Madrid, Milán, Colombia, Miami, Los Ángeles y Argentina. Fuimos recolectando paisajes y me fui adaptándome a culturas distintas. Fue un viaje hermoso, que voy a recordar mi vida entera y donde lo di todo”.
-¿La dinámica de esos campamentos era juntarte con productores y con otros artistas?
-Eran productores y compositores. Salí de Argentina y vi el mundo, que es enorme y tiene mucho talento escondido. Algunos no hablaban español y otros sí. Algunos la rompían con las melodías y otros eran muy buenos letristas. Crecí mucho y era toda gente que me hizo ver que me falta un montón. Del primer campamento que hicimos, que fue en Buenos Aires, al último, hubo una evolución increíble en la seguridad que manejo ahora dentro del estudio. Y las canciones que elegí tienen un factor en común: todas salieron rápido de inspiración pura, como ese momento mágico que siempre se habla de la inspiración. Después hicimos 80 y pico más de canciones que son increíbles, pero quedaron afuera porque no compartían ese factor.
En junio de 2022, Tiago utilizó sus redes sociales para avisar que al día siguiente iba a ir a Monte Grande para filmar un video: “Quiero a toda mi gente atenta. Mañana digo ubicación y hora pero esténse pillos para mañana”.
Al llegar, se encontró con una multitud inesperada, y le realizó una promesa a través de sus historias de Instagram: “Esto no se compra con nada. El amor y el orgullo de la gente no puedo creerlos. Superó por mucho las expectativas de sueño que tenía el wachín de Monte Grande. Pronto voy a dar un show gratis para toda mi gente. Los amo”.
En marzo de 2023 cumplió: armó el festival Este party no termina, con una entrada simbólica de 500 pesos (luego donó lo recaudado). Lo acompañaron Duki, Lit Killah, Rusherking y Bizarrap. Y en diciembre fue uno de los invitados en los River de Duki.
-¿Qué situación te impactó más: el show inmenso en Monte Grande o subir al escenario del Monumental?
-Lo de Monte Grande me impactó más porque no me lo esperaba y era algo que quería hacer por mi gente. Era muy emblemático estar en la plaza donde empecé a rapear, encima llevando a gente como Bizarrap y Duki. Fue como que se rompió la Matrix. Lo de River fue muy rápido y no sentí ningún tipo de peso. Prácticamente lo vi como espectador, disfruté como loco y me parecía que Duki era una bestia. River es el lugar más increíble que hay en Argentina. Sé que en algún momento voy a poder tocar en un escenario tan grande. Pongo todas las fichas y la energía a eso.
Marcelo Fernández Bitar/Clarín-Espectáculos