Thiago Almada es la joya de Vélez. Su cláusula de rescisión ya asciende a 25 millones de euros. Ante Deportivo Cali demostró mucho de lo que se espera de él. Cuando el juego del equipo no aparecía, siempre buscó hacer algo distinto. Después, fue primero goleador-pescador y después un exquisito definidor de zurda. El plus, el penal atajado por Hoyos. Así, el Fortín logró un dura pero importante victoria para encarar con cierta tranquilidad y ventaja la revancha en Cali, el martes 1 de diciembre.
Ninguno de los equipos pudo sacar ventaja de la fuerte lluvia ni en velocidad ante los espacios que aparecieron en los 10 minutos iniciales ni tampoco probaron demasiado desde media distancia. Cuando la lluvia se calmó, Vélez intentó hacer circular la pelota de derecha a izquierda, acercarse con paciencia al arco rival. A pesar de algunas falencias en la defensa visitante, nunca pudo sentir que dominaba el juego por completo. Como Ricky Alvarez no estaba fino en los pases, la pelota no llegaba con claridad a la última línea y, además, el ímpetu y el cambio de ritmo de Thiago Almada no alcanzaba.
El Deportivo es un equipo rápido y del medio hacia arriba inquietó siempre en cada ataque, con la buena movilidad de Caicedo y la potencia de Angelo Rodríguez y la velocidad de Vásquez.
El primer tiempo terminó con polémica. Primero por una fuerte discusión entre los jugadores por una falta sobre Hoyos de Vásquez, quien reclamó un golpe. Después, Vásquez
saltó a cabecear con Guidara, en el forcejeo ganó el colombiano, quien convirtió de cabeza. El árbitro enseguida anuló la acción por falta, que luego fue ratificada por el VAR, aunque desde una buena ubicación en el estadio no pareció infracción.
Después de un mal arranque, Vélez encontró la ventaja apenas ingresaron Ricardo Centurión y Cristian Tarragona. El ex Patronato asistió a Almada en el primero (con error del arquero González) y en el segundo, gran definición, con pase de Ortega por historia. Parecía el único héroe de la noche, pero en el final, Lucas Hoyos también se llevó aplausos.
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UNIÓN MERECIÓ GANAR EN BAHÍA, PERO SE VINO CON LAS MANOS VACÍAS
El fútbol no es una actividad en la que haya que reclamarles justicia a los resultados. Unión hizo todo bien -casi todo- no sólo como para arañar el clásico “empate de visitante” sino como para ganar esta ida de los octavos. Y se vuelve a Santa Fe con derrota.
Hasta el momento del gol de Bahía, los locales habían remato cuatro veces al arco. Unión lo había hecho ocho veces. A veces ese dato no significa mucho, está vez era la consecuencia del juego de uno y de otro. Pero, como esto es fútbol, sucedió lo que veces sucede: gana en el que no lo merece.
No pasaba nada. El grandote Rossi encaró a Corvalán y le ganó la cuerda. Tocó la pelota y se le iba larga, irremediablemente por la línea de fondo. El arquero Moyano salió a cortar y no pudo frenar la carrera. Rossi lo vio venir, ya había perdido la pelota y esperó el contacto. Que existió. Y voló. Y el árbitro cobró. Desde los 12 pasos, Gabriel tocó a la izquierda, con clase y puso el 1-0.
No se entregó Unión y fue por el empate. Ya no había tantas piernas ni tanto aire y tampoco claridad para pensar. Bahía se acomodó en sus últimos metros a defender la ventaja que había logrado y los minutos se fueron irremediablemente.
Los santafesinos jugaron sin complejos. No los asustó el estadio, vacío pero imponente. Ni enfrentar a un equipo brasileño. Tomó las riendas desde el principio y se hizo fuerte con Galván como centro de la línea de tres. Vera, Nardoni, Cañete y Troyansky corrieron a todos pero también jugaron, trabajando la pelota siempre con criterio. Unión impuso condiciones y fue superior hasta el cuarto de hora de la segunda etapa. En ese lapso, García tuvo dos situaciones, también hubo un remate recto desde afuera que contuvo con esfuerzo Friedrich.
Y entonces, el técnico local metió tras cambios al mismo tiempo. Hombres frescos emparejaron el juego hasta que llegó esa jugada “maldita”. Unión perdió pero nada tiene que reprocharse. Jugó con valentía, fue a buscar los tres puntos, no el empate. Perder fue injusto.
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Los octavos de final de ida de la Copa Sudamericana continúa hoy con la presentación de otros dos equipos argentinos. En la altura de La Paz, Lanús visita a Bolívar desde las 19.15, mientras que a partir de las 21.30, en Montevideo, Independiente jugará con Fénix.
El equipo de Zubeldía viajó primero a Santa Cruz de la Sierra y desde ahí irá a La Paz antes del partido y volverá inmediatamente después. Pedro de la Vega no viajó a Bolivia por una molestia.
Por el lado de Independiente, la mayor novedad es el fallo de la FIFA a favor del uruguayo Gastón Silva, al que deberá abonarle ahora 940 mil dólares en conceptos de deuda e indemnización. El Rojo fue condenado a abonarle en el plazo de los próximos 45 días al defensor que juega en el Huesca, 540 mil dólares de sanción, más los 400 mil dólares que le debía al jugador por su salario. Se estima que el Rojo apelará el fallo. La deuda se suma al 1.800.000 dólares que Torino también le reclama a Independiente por el jugador. En total, 2.739.346 dólares.
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