Tres semanas después de la luz verde para la reapertura de las salas en Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, el cine tendrá su primer gran evento con la 22° edición del Bafici, cuya presentación oficial se realizó el jueves por la mañana en el Museo Enrique Larreta y contó con la presencia del director artístico Javier Porta Fouz, el Ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro y la Subsecretaria de Gestión Cultural de la Ciudad, Viviana Cantoni. Desde el 17 y hasta el 28 de marzo se verán 270 películas, entre cortos, medios y largos, con un régimen de exhibición distinto al habitual, dado que la pandemia impone, aquí y allá, nuevas formas de consumo. Será un formato híbrido, con el grueso del contenido disponible para su visionado desde todo el país en la web Vivamos Cultura y una cantidad nada despreciable de proyecciones presenciales en 27 sedes en la Ciudad de Buenos Aires. Si bien la mayoría son centros culturales y espacios no tradicionales que tendrán funciones especiales al aire libre, cinco salas -seis durante los fines de semana- pondrán sus pantallas a disposición del Bafici (una del Gaumont y el Multiplex Belgrano, la Sala Lugones, las dos del C.C. San Martín y el C.C. 25 de Mayo).
Todas las entradas de esta edición serán gratuitas y con reserva previa. Para las proyecciones habrá que agenciarse un lugar de manera online –el registro se habilitará 48 horas antes de cada función– en www.buenosaires.gob.ar/festivalesba, mientras que los contenidos en streaming estarán disponibles por periodos de 72 horas. “Buscamos apoyar y reactivar el sector audiovisual nacional”, justificó Avogadro, mientras que para Cantoni se trata de una oportunidad para “poner en funcionamiento la maquinaria cultural” luego varios meses en punto muerto y otros tantos andando en primera marcha. En esa línea se explica un adelantamiento de fechas para tener las proyecciones al aire libre bajo los últimos soles estivales. “Será el segundo Bafici que empiece en marzo y el primero que lo haga en verano; es una edición de dos estaciones”, dijo Porta Fouz antes de recordar que junto al equipo de programación y producción tenían “un festival armado” para 2020 que debió cancelarse días antes de su inicio debido a las restricciones sanitarias.
En el Bafici que no fue iba a presentarse No va más, de Rafael Filippelli, que ahora ocupará el rol de película de clausura con funciones pautadas para el domingo 28 a las 15 en la Sala Leopoldo Lugones y a las 18 en el Cine Gaumont. A falta de una, habrá tres películas de apertura. Como inauguración de Baficito –la sección pensada para un público infantil– estará El universo de Clarita, de Tomás Lipgot, el miércoles 17 a las 19 en el jardín del Museo Enrique Larreta; mientras que el corto Teoría social numérica, de Paola Michaels, y el largo Bandido, dirigido por el cordobés Luciano Juncos y con Osvaldo Laport encarnando a un cantante de música popular en crisis, abrirán la programación general ese miércoles a las 19 en el Multiplex Belgrano y a las 20 en el Parque Centenario.
Ese “doble programa” de apertura no es casual, dado que la nueva dinámica traerá uno de los cambios estructurales en la programación más importantes de la historia del festival: el agrupamiento de cortos, medios y largometrajes en las mismas competencias luego de ir desde los comienzos por carriles separados, lo que resulta en, por ejemplo, una Selección Oficial con más de treinta títulos y una Argentina con cuarenta. Y hablando de Competencias, habrá una nueva (Americana) y otras tres que estuvieron ya no estarán (Latinoamericana, Vanguardia y género, la nunca del todo ponderada Derechos Humanos). Por fuera de ellas, se mantiene la inmensa categoría Panorama con sus apartados temáticos, algunos conocidos y otros flamantes, y varias secciones paralelas (Lugares, Artistas en acción, Retratos, Comedia, Romances, Trayectorias, Pantalla UBA).
Es, además, la tercera edición consecutiva con una disminución de títulos en comparación a la anterior (270 vs 315 de 2019 y 365 de 2018). Si bien ahora es una situación motivada por un contexto pandémico y se impone esperar dos semanas para que las películas digan lo suyo, habrá que prestar atención a este nuevo esqueleto de cara a cómo podría reconfigurarse el Bafici cuando las vacunas aplaquen a la Covid-19: desde hace varias ediciones que en los pasillos del complejo central de salas –primero en Recoleta, en 2019 en Belgrano– viene hablándose de un volumen excesivo, con mucho “relleno” justificado por el hecho de engordar el catálogo antes que por la pertinencia artística de las películas seleccionadas.
El protagonismo del cine argentino será central y hegemónico, con alrededor de ¡200! producciones locales –en 2019 habían sido poco más de cien– distribuidas en todas las secciones. En el apartado internacional habrá siete representantes locales, divididos en tres cortos y cuatro largos, entre los que se destacan Cuando el Olimpo choca con La Pampa, de Sol Miraglia y Hugo Manso; La vagancia, de Ayar Blasco; Bahía Blanca, de Rodrigo Caprotti, y Mari, de Adriana Yurcovich y Mariana Turkieh. En la Competencia americana, por su parte, podrán verse casi una decena títulos nacionales, varios dirigidos por viej@s conocid@s del festival porteño, como Marco Berger (Gualeguaychú: el país del carnaval), Ernesto Baca (Israel), Kris Niklison (Perros) y Mariano Llinás (Concierto para la batalla de El Tala).
La Competencia Argentina, se dijo, será más grande que nunca. Este apartado, que suele atraer mayor atención que la Selección Oficial, tiene una mezcla entre las flamantes realizaciones de directores experimentados y las de jóvenes que hacen sus primeras experiencias con la cámara. Al primer grupo pertenecen, entre otros, Implosión, de Javier Van de Couter; Los visionadores, de Néstor Frenkel; López, de Ulises Rosell; Moacir y yo, de Tomás Lipgot; (UPA) Una Pandemia Argentina, de Tamae Garateguy; El baldío, de Liliana Paolinelli; Cómo mueren las reinas, de Lucas Turturro y una dupla con paso previo por la sección Forum del Festival de Berlín, Responsabilidad empresarial, de Jonathan Perel, y Qué será del verano, de Ignacio Ceroi. La cereza del postre es la sección Trayectorias, que como es habitual agrupará los últimos trabajos de un conjunto de directores reconocidos por gran parte de la cinefilia internacional, entre los que destacan Raya Martin (Death of Nintendo), Arturo Ripstein (El diablo entre las piernas), Hong Sang Soo (Introduction), Philippe Garrel (Le sel des larmes), Abel Ferrara (Tommaso) y James Benning (Maggie’s Farm).
Ezequiel Boetti/Página 12