Michael Phelps es el máximo ganador de medallas olímpicas de la historia: 28 en cinco Juegos desglosadas en 23 de oro, tres de plata y dos de bronce. A ellas les sumó 26 títulos mundiales en las piletas de natación. La gloria no lo privó de una grave depresión y hasta pensó en quitarse la vida. Le costó, pero expuso públicamente su drama. Y ahora dio un paso más para ayudar a los atletas de alto rendimiento: produjo y narra “The weight of gold” (”El peso del oro”), el documental de HBO que explora la lucha de varios deportistas estadounidenses de elite con los problemas de la salud mental. Una frase de Phelps lo resume: “No puedo ver más suicidios”.
En la película que se estrenó la semana pasada en Estados Unidos, pero que no tiene aún fecha de llegada a Latinoamérica, Phelps y otros 12 compatriotas cuentan el precio que pagaron por llegar a lo más alto y relatan el “vacío” que sintieron una vez que el objetivo que había sido el motor de sus carreras pasó a formar parte del pasado.
“Estamos tan perdidos… Más del 80 por ciento de los atletas sufre depresión después de competir en los Juegos Olímpicos. Tenemos que hacer algo y esto es importante”, reflexiona Phelps. “Honestamente puedo decir, mirando hacia atrás en mi carrera, que no creo que a nadie le importaba realmente ayudarnos. Nadie se preocupó por acercarse y preguntarnos si estábamos bien. Mientras rindiéramos a la hora de competir, creo que nada más importaba”, critica a las autoridades deportivas de su país.
En una entrevista que concedió durante la promoción del documental, Phelps aseguró que para los dirigentes y los entrenadores los atletas tienen “valor” durante el breve período en el que pueden lograr la gloria olímpica. Pero quedan solos en el período entre los Juegos y cuando sus carreras terminan se olvidan de ellos y pasan a la siguiente estrella.
Para los dirigentes, apoyar a los deportistas significa proveerlos de instalaciones, entrenadores, material y tecnología para alcanzar su más alto nivel. Para los atletas debería incluir también herramientas para cuidar su salud mental.
El ex patinador Apolo Ohno afirma en el documental que en la búsqueda del éxito los atletas pagan un alto precio porque “todo lo demás es secundario”. Y recuerda la sensación que lo inundaba cada vez que cumplía sus objetivos. “Era el oro. ¿Y después qué?”, cuenta quien cosechó ocho medallas en los Juegos Olímpicos de Invierno y fue campéon mundial en ocho oportunidades.
“Di mi sangre, mi sudor y mis lágrimas por mi deporte. Y todo lo que necesito es que alguien me ayude a superar esto”, comenta la atleta Lolo Jones, bicampeona mundial.
Uno de los testimonios más impactantes es el de Steve Holcomb, campeón olímpico en bobsleigh en Vancouver 2010, quien murió en 2017 por una sobredosis poco después de la última entrevista que brindó para el documental. “La depresión es como un espiral: vas cayendo cada vez más abajo”, cuenta quien fue además ganador de cuatro títulos mundiales.
Holcomb fue encontrado muerto a los 37 años en su habitación en el Centro de Entrenamiento Olímpico de Lake Placid, donde estaba concentrado. Exámenes posteriores determinaron que falleció a causa de una sobredosis de píldoras para dormir y exceso de alcohol.
Había batallado con la depresión durante largos años, en especial luego de que le diagnosticaran una enfermedad ocular degenerativa por la que se había operado con éxito. Su autobiografía “Ahora veo: Mi viaje de la ceguera al oro olímpico” insta a las personas que sufren de depresión a buscar un tratamiento.
Los atletas que aparecen en el documental, entre los que están también las patinadoras Gracie Gold y Sasha Cohen, los esquiadores Jeremy Bloom y Bode Miller y el clavadista David Boudia, coinciden en sus relatos cuando aseguran que tras los largos años de preparación sus futuros dependían de lo que ocurriera en los pocos minutos en los que competían.
“Esperamos toda nuestra vida por ese momento”, afirma Shaun White, triple campeón olímpico de snowboard. Y agrega: “Desde afuera parece que tenemos todo, pero…”
Luciana Aranguiz/Clarín