
River frenó la tempestad. A pesar del viento y de las nubes que se posaron sobre el cielo del Monumental, a tono con los días complejos que se vivieron en las últimas dos semanas tras la derrota con Vélez en Liniers. Y lo hizo con la fuerza de la unión grupal que mostró afuera de la cancha. Y con algo de fútbol, claro. Aunque en el segundo tiempo sembró dudas, le ganó bien por 3-1 a Arsenal y estiró su buena racha de local, que llegó a los 17 triunfos consecutivos.
La diferencia de jerarquía entre River y Arsenal, tan grande como el Monumental, fue lo que pesó en el partido. Y más allá de las ganas de Arsenal, el equipo local se complicó en la segunda parte por sus propias lagunas. Es que River parecía haberse sacado de encima el encuentro al final del primer tiempo. Con los goles extranjeros, se fue al descanso con una ventaja amplia para manejar el partido con tranquilidad después de que el conjunto de Demichelis hiciera un monólogo.
Casi que de casualidad River arrancó ganando en el inicio del partido. Santiago Simón le cruzó un pase fuerte a Miguel Borja, que el colombiano parecía no alcanzar pero estiró su pierna derecha, alcanzó a impactar con el botín derecho y la pelota dibujó un globo que se metió por arriba del arquero Medina.
Tras convertir y festejar con sus compañeros, Borja fue hasta el banco de suplentes para abrazar a Demichelis. Y si bien se trató de una promesa que el colombiano le hizo tras el episodio del emoji en las redes sociales luego de que el entrenador lo dejara sentado en el partido con Rosario Central, por la Liga, un encuentro que River jugó con un equipo alternativo porque ya era campeón, ese gesto puede significar una señal de calma tras las últimas turbulencias.
El gol tempranero trajo tranquilidad. Incluso para las 80 mil personas que colmaron el Monumental, que de entrada pidieron que “para ser campeón, hoy hay que ganar”, mientras el humo rojo y blanco invadía las tribunas. Y a partir del tanto de Borja, River manejó los tiempos del partido, con De La Cruz y Manu Lanzini como musicalizadores principales. El segundo gol estaba al caer.
De La Cruz intentó con una emboquillada de zurda que se fue apenas arriba. Nacho Fernández también estuvo cerca con un zudazo que se fue apenas desviado. Hasta que ese segundo tanto llegó con un bombazo de De La Cruz de afuera del área tras recibir un pase de Barco.
El único lunar de River en el primer tiempo lo tuvo con un error de Armani, que no pasó a mayores porque dos jugadores de Arsenal estaban en posición adelantada cuando empujaron la pelota que se le escapó al arquero.
Justamente, el arquero dudó en ese envío de Cejas, mitad remate, mitad centro, que se metió por el segundo palo de Armani, que no tuvo reacción al igual que los marcadores centrales. De todos modos, el arquero sacó un pelotazo al primer palo con el partido 2-1 y un mano a mano con el encuentro 3-1.
La unidad del grupo no está en duda. El juego tampoco, pero el equipo necesita ser constante.
Cuando Arsenal descontó, corrió un viento fuerte. Pero la gente reaccionó en las tribunas. Y los jugadores, adentro. De La Cruz tomó la bandera. Y Medina se revolcó un par de veces. A Simón le sacaron una pelota en la línea. Hasta que Casco desbordó y tiró un centro que pegó en la mano abierta de Breintenbruch. El VAR advirtió a Espinoza y cobró el penal. Borja marcó con un remate fuerte. River respiró. ¿Será el comienzo de la recuperación? Se verá…
Maximiliano Benozzi/Clarín-Deportes
OTRO RESULTADO
Godoy Cruz 0 – Belgrano 0