La deuda de River con el nivel de juego comienza a saldarse lentamente, luego de la buena actuación que exhibió ante Godoy Cruz. El equipo no sólo fue contundente en ataque, sino que además mejoró mucho en el aspecto defensivo, algo que se le venía reclamando.
La última línea la integraron Casco, González Pirez, Paulo y Enzo Díaz. Los cuatro se complementaron muy bien, y coordinaron sus movimientos de una manera más prolija, principalmente cuando el equipo retrocedía ante un contrataque de los mendocinos.
El ex Talleres se acomodó al puesto de marcador lateral, y además de demostrar firmeza en la marca, también se ofreció como salida por el carril izquierdo. Inclusive, llegó a posiciones de gol ingresando al área rival.
El experimentado Casco, del otro lado, también demostró compromiso con la defensa, a pesar de que suele rendir mejor por la izquierda. Y entre los centrales se entendieron de manera acertada. Más allá de que los mendocinos no tuvieron la precisión habitual, se acercaron algunas veces y fueron neutralizados por sus marcadores.
Además, Armani también respondió con acierto en las pocas veces que fue exigido. El arquero de la Selección Argentina tuvo poco trabajo, pero en esas intervenciones brindó concentración y seguridad.
Godoy Cruz, dirigido nuevamente por Diego Flores, es un plantel que intenta progresar en el campo con triangulaciones por diferentes zonas, y cuando acierta en esas combinaciones se aproxima con criterio. Con esa fórmula venía de vencer a Racing. Ante River, sus jugadores no tuvieron la misma determinación que frente a los de Avellaneda, y por ese motivo se le hizo más difícil ejercer supremacía sobre su adversario.
El mediocampo de River volvió a contar con el uruguayo De La Cruz, y él fue el que aportó serenidad y traslado prolijo de la pelota. El que le suele poner el toque de sutileza es Ignacio Fernández, que desde su regreso al club se lo ve más cerebral que en su primera versión. Con una habilitación del ex Gimnasia, el delantero Beltrán pudo definir para marcar el primer gol.
Aliendro y Enzo Pérez son los que más despliegue realizan, para tratar de recuperar la pelota y entregársela a los otros dos volantes. Aliendo, de todas maneras, todavía se mantiene lejos del nivel que ofreció en Colón el año pasado.
Beltrán está respondiendo cada partido un poco más, y con sus goles (hizo el segundo de penal) se está ganando una posición en el ataque. En este duelo fue el único delantero natural y cumplió en el rol de definidor. River, con esos atributos, sigue mejorando y se va transformando en protagonista.
Adrián De Benedictis/Página 12-Deportes
BOCA SE QUEDÓ CON UNA DERROTA Y MUCHAS DUDAS
Banfield camina sobre arenas movedizas. Llegó al partido contra Boca en el fondo de la tabla, complicado con el promedio, con solo cuatro equipos por debajo: Central Córdoba, Sarmiento, Platense y Arsenal. Llegó sin victorias en el torneo (uno de los dos en esa condición) con 3 empates, 3 derrotas y solo 2 goles convertidos (ambos en el mismo partido, un 2-3 contra Huracán).
El único dato a favor aparecía en los goles en contra: seis en total, menos que muchos equipos, incluidos algunos que los superan en puntos.
Boca llegó en los primeros puestos de la tabla. Descansado, repitiendo la formación que había presentado contra Defensa y Juisticia. Tiene plantel de sobra. Y sino véase que equipo podría haber formado con los que estaban en el banco de suplentes: García; Weigandt, Valentini, Roncaglia, Sández; Medina, Payero, Ezequiel Fernández, Ramírez; Briasco, Merentiel o Vázquez. Los suplentes de Boca podrían ser titulares en cualquier equipo.
Y con ese panorama estaba claro cuál de los dos era el candidato. Por eso causó sorpresa que en el primer tiempo, el modesto Banfield, el de un gol cada 4 horas y media, fuera amplio dominador y marcara claras distancias futbolísticas con el supuestamente poderoso rival.
En esos 45m iniciales el equipo local hizo un gol (Quiros) tuvo la gran chance de convertir otro (penal atajado por Romero a Andres Chávez), y generó las mejores llegadas. Con la simple fórmula de presionar en el medio (a veces cometiendo faltas sistemáticas), y con inteligencia para ocupar mejor los enormes espacios que dejaba el estático Boca.
El equipo de Ibarra tuvo una sola llegada en ese primer período, en un remate de Valdez bien tapado por Cambeses que se recuperó de un error previo. La distancia fue tan grande que el 1-0 pareció exiguo.
El segundo tiempo fue otra historia. Boca mejoró con las entradas de Medina y Ezequiel Fernández, especialmente por este último que se hizo dueño del centro y distribuyó siempre bien. También cambió la actitud, y además de todo se aprovechó del cansancio de los rivales por el esfuerzo que habían hecho en la parte inicial.
Pudieron empatar los boquenses en dos remates de Langoni y Fabra, y también en un par de estocadas a fondo que fueron tapados por los centrales o por el arquero. Banfield, por su parte, también tuvo lo suyo en un par de contraataques y terminó celebrando su primera victoria en el torneo. Los jugadores dejaron el alma (Coronel, Cambeses, y Alemán en primera línea) y se llevaron tres puntos como premio. Seguirán caminando sobre arenas movedizas, pero con otro ánimo.
Juan José Panno/Página 12-Deportes