
Música electrónica. Las chicas que reciben al visitante para hidratarse con bebidas energizantes. Un largo pasillo con impronta de boliche. Riestra recibe a su ilustre rival de banda roja en un estadio coqueto, pero propio del Ascenso. Y hay happy hour en el primer tiempo. Porque River está dispuesto a bailar. A conquistar los tres puntos con su fútbol. La goleada, entonces, toma cuerpo en cuarenta y cinco minutos. Y cómo habrá sido la distancia en el marcador y en el juego, que la segunda parte parece un after. Matizada con una jugada polémica y situaciones desperdiciadas en el área de Ignacio Arce.
Si River hubiera estado más fino sobre la verde pista del Bajo Flores el resultado habría sido más holgado. Pero Facundo Colidio no tuvo una tarde inspirada en la terminación de las jugadas. No obstante, la victoria contundente, otra vez con goles de todos los colores como sucedió hace una semana ant Vélez, impulsa al coloso de Núñez en la tabla de posiciones y lo deja más cerca de su mejor versión.
No hubo equivalencias. Por más esfuerzo que hicieron los futbolistas de Riestra, la jerarquía de sus rivales fue imposible igualar. Siempre corrieron de atrás. Y River, que tiene un plantel millonario como su propio apodo, ganó fácilmente. En el primer tiempo, el partido ya estaba liquidado. A tal punto, que sobraron cuarenta y cinco minutos.
El 3-5-2 que montó el Ogro Fabbiani se desarticuló con el toque y la paciencia de River. El equipo de Martín Demichelis entendió que en la lucha que propuso Riestra, ese juego físico e intenso, iba a sentirse muy incómodo. Y se observó en los primeros minutos del partido. Cuando empezó a fluir el manejo de los volantes a partir de la salida limpia de Nicolás Fonseca y el buen circuito que armaron Nacho Fernández, Esequiel Barco, Facundo Colidio y Miguel Borja, fue imparable.
Borja está iluminado. El colombiano tiene el pie caliente. Si le queda una pelota debajo del arco, define. Y si no, se busca sus propios espacios para resolver. Ocurrió en el primer gol, el que abrió paso a la goleada. Recibió en la puerta del área, se perfiló y sacó un remate que hizo una parábola tras el cruce de Nicolás Caro Torres y se coló en el ángulo, por encima de Ignacio Arce.
Lo que siguió fue un desesperante intento de Riestra por mantenerse en el partido a partir de las proyecciones de sus laterales, especialmente Jonathan Goitía. Sin embargo, cada vez que perdió la pelota en tres cuartos, sufrió por las trepadas de Enzo Díaz y Marcelo Herrera. Y cuando se juntaron los habilidosos, padeció horrores.
Así y todo, el segundo grito se produjo a través de una pelota parada. Fue un instante después del parate para refrescarse. Nacho, sediento de gol, ejecutó el tiro libre con maestría. Palo y adentro.
Como si se tratara de un entrenamiento en espacios reducidos, River tocó y tocó hasta horadar la defensa de Riestra. En algunos momentos, pareció sobrar la situación. No obstante, logró el tercero tras una combinación entre Fonseca, Rodrigo Aliendro y Borja, que dejó mano a mano a Nacho; Arce salió rápido y tapó el remate de Fernández, pero dejó su arco a merced de Herrera, que sacudió la red.
Riestra sólo inquietó con algún balón detenido. Sin embargo, el tiro libre de Milton Celiz murió en las manos de Franco Armani y el cabezazo de Nahuel Iribarren, que llegó desde un centro ejecutado por Walter Acuña, también resultó sencillo para el arquero. La más clara, increíblemente, se dio cuando recién empezaba el partido. Goitía peleó y ganó ante Enzo Díaz, pero definió fuerte y por encima del travesaño. Se apuró.
Fabbiani movió el banco con cuatro cambios en el arranque del complemento. Entró bien Jonathan Goya. Riestra se envalentonó. La temperatura caliente, cuarenta grados al sol, le quitó piernas a River. Pero lo más cerca que estuvo el Malevo de marcar su primer gol en Primera fue por una jugada que mostró lo peor del VAR.
Andrés Merlos cobró penal de Leandro González Pirez sobre Jonathan Herrera, después corrigió vía monitor, cobró falta afuera y expulsó al zaguero visitante. Cuando Celiz iba a patear, volvió al videoref y, finalmente, retrocedió para marcar offside.
Los pibes Mastantuono y Ruberto entraron tarde. Colidio falló ante Arce. Riestra tuvo una más, una palomita de Celiz. Pero no era la tarde que soñó. En cuatro partidos, no pudo convertir. El ritmo y los goles estuvieron en los pies de River.
Daniel Avellaneda/Clarín-Deportes
LANÚS LO ABRIÓ RÁPIDO Y TERMINÓ CÓMODO
En el amanecer del partido, cuando recién se empezaba a armar y ninguno de los equipos dominaba el encuentro, Lanús a los 5 minutos abrió el marcador tras un gol de tiro libre de Felipe Peña. La ejecución fue recta al arco y el remate se desvió en la barrera y venció a Juan Pablo Cozzani. En la jugada previa, al ex jugador de River Plate y Arsenal le habían hecho la falta, él pidió patear el tiro libre y luego tuvo su premio, con algo de suerte por el desvío.
A los 18, el árbitro Sebastián Zunino había señalado penal a favor de Platense por una supuesta falta de Julio Soler sobre Luciano Ferreyra. El VAR, manejado por Nicolás Lamolina, evitó el error de que se concediera.
El transcurso del primer tiempo fue muy lento y pausado como consecuencia de las lesiones que padeció Platense. Primero la dura lesión de Raúl Lozano y luego la de Ciro Rius, que había ingresado a los 15 por el mismo Lozano y salió a los 31. Lisandro Montenegro tomó su lugar.
El equipo de Grazzini, que había terminado levemente mejor el primer tiempo, salió al segundo a buscar el empate y lo tuvo en una cuando Ignacio Vázquez estrelló un remate al travesaño, luego de un envío al área de Lucas Acosta. El arquero, al que su equipo lo necesitó algunas veces a lo largo del segundo tiempo, respondió de buena manera. Es por eso Lanús logró cerrar el partido con el cero en arco propio.
A los 17 minutos del complemento, el Grana empezó a torcer el destino a su favor, cuando tras una buena jugada personal Leandro Díaz, que supo sacarse de encima a sus marcas retrocediendo unos metros fuera de la medialuna del área, remató de media vuelta y marcó un golazo de media distancia para poner el 2 a 0.
En el festejo, el delantero realizó el “Topo Gigio” para dedicarles el gol a algunos hinchas que le habían reprochado su nivel en el primer tiempo.
En el cierre del partido, a los 39, Díaz se adjudicó un doblete y sentenció el partido para poner el 3-0. El gol necesitó confirmación del VAR por una aparente posición adelantada. El festejo local se demoró varios minutos. Díaz había convertido tras una asistencia de cabeza por parte de Ezequiel Muñoz, que conectó de buena manera el centro al área deJulio Soler.
Pese a que Platense terminó tres goles abajo en el marcador, a lo largo del partido tuvo más la posesión del balón y generó chances claras de gol que no pudo concretar por ineficacia propia o por la gran actuación del arquero Acosta. Y al final se fue sin nada Platense de La Fortaleza.
Clarín/Deportes
BARRACAS LE GANÓ CON JUSTICIA A LOS TUCUMANOS
Ganó bien Barracas. No dejó dudas. Fue su segunda victoria en la Copa de la Liga y se metió en un expectante cuarto puesto junto a Independiente e Instituto, que juega recién hoy. Lo de Atlético fue pobre. Tan pobre que quedó penúltimo en la Zona A y ahora empieza a comprometerse con el promedio bajo. No le espera una temporada agradable al Decano si no mejora su rendimiento.
En cambio, el Guapo ratificó lo que venía haciendo, Tuvo una derrota, logró su segundo triunfo y el empate ante Vélez en la primera fecha bien pudo haber sido triunfo. Resolvió rápido el pleito en el Ducó con un gol del movedizo Zalazar antes de los 20 minutos y enseguida Domínguez amplió Domínguez con un penal. En cinco minutos sacó dos goles de diferencia.
Irremontable para esta realidad de Atlético que ha perdido juego, solidez defensiva y eficacia en ataque. Los dos cambios en el entretiempo no le dieron soluciones a los tucumanos y el Guapo se dedicó a conservar la ventaja y a agazaparse para tratar de rematarlo. Tuvo sus chances de ampliar la diferencia.
Clarín/Deportes