
River Plate superó 3-1 a Instituto este lunes en Alta Córdoba, por la última fecha de la Copa de la Liga, y obtuvo así el boleto a los playoffs tras quedar puntero en la Zona A (27 unidades). Damián Puebla anotó de penal y adelantó al equipo de Diego Dabove; pero en una noche inspirada de Facundo Colidio, que anotó triplete, el Millonario dio vuelta la cosa y sacó chapa de candidato.
Con la certeza de que un punto le bastaba para sacar pasaje directo a los cuartos de final y sin el colombiano Miguel Borja, que acusó una lesión, River pisó el Monumental de Alta Córdoba, un estadio en el que curiosamente nunca había podido ganar -aunque siempre hay una primera vez- y donde no jugaba desde hacía 34 años, cuando el equipo era dirigido por Daniel Passarella.
A la buena racha tanto en la Copa de Liga (sólo perdió una vez) como en la Libertadores (líder en el Grupo H y con puntaje perfecto), sólo debía ocurrir una catástrofe para que el conjunto de Martín Demichelis se quedara sin la clasificación.
Con sus armas, Instituto (7º con 17 puntos) salió a jugar concentrado y con dientes apretados, casi como si fuera una final. Se destacaba sobre todo el trabajo de Bochi, tanto por estar bien plantado delante de la línea defensiva como para manejar la pelota con criterio e intentar que su equipo prosperase en ataque, donde aguardaba agazapado Suárez, quien poco después se convertiría en la llave para romper el cero.
Así las cosas, la Gloria avisó con un magnífico tiro libre de Puebla que hizo temblar el horizontal y un posterior cabezazo de Brizuela. Trascartón, un error en la salida de Villagra hizo que se llevara puesto a Suárez sobre la línea del área, que el árbitro Trucco primero y el VAR a continuación consideraron penal. Puebla se plantó para ejecutarlo y superó el esfuerzo de Armani.
Estar en desventaja le tocó el orgullo a River. Solari armó un jugadón por derecha, llegó hasta el fondo y su centro no pudo ser aprovechado por Colidio, que la mandó a las nubes. Entonces el «Diablito» Echeverri armó una pared bárbara, luego hizo la individual, pero su definición no tuvo justeza. Entre toque y toque, la visita llegó con un disparo de Aliendro.
El Millonario lo igualó en el inicio del complemento tras un centro preciso de Enzo Díaz a la cabeza de Colidio e imprimía justicia en el resultado.
Enseguida, el arquero Roffo les ahogó el grito a Solari y al ingresado Lanzini, pero no pudo evitar otro cabezazo de Colidio para dar vuelta el trámite. Instituto de Córdoba se quedó sin gas y la noche de Colidio se coronó con un zurdazo para sentenciar el pleito y reafirmar a River entre los ocho mejores del torneo.
Página 12/Deportes
INDEPENDIENTE DEJÓ ESCAPAR LA CLASIFICACIÓN
Lo dejó ir Independiente. Dejó pasar el tren de la clasificación de manera increíble. Estaba subido a bordo con el boleto en la mano y se le escapó en un partido dramático que terminó empatando 2-2 con un Talleres que jugó todo el segundo tiempo con uno menos y que también quedó sin chances. El equipo de Carlos Tevez se había ido al descanso ganando bien por dos tantos y con ventaja numérica, pero los visitantes le dieron dos mazazos de nocaut en un pestañear. La cancha cerró la noche a puro silbido, reproches e insultos.
Independiente fue protagonista total en el primer tiempo en Avellaneda. Con determinación se adueñó de la pelota y del juego como pocas veces logró hacerlo en el trajín irregular del 2024. Nada podía presagiar que en el segundo tiempo sería la contracara.
Jugó al engaño una vez más Tevez con la formación. Por los nombres y por cómo las redes oficiales del club publicaron el once inicial, todo parecía indicar que volvería a plantear un esquema con cinco defensores. Sin embargo, la sorpresa fue la posición de Adrián Spörle, que se adelantó para ser mediocampista por la izquierda en el 43-1-2 que finalmente se dibujó sobre el prolijo césped del estadio.
La decisión ofensiva de Independiente obligó a Talleres a retroceder, tanto que sus extremos fueron más volantes que delanteros. Esto le quitó poderío a un conjunto cordobés siempre peligroso. La sociedad Lucas González y David Martínez, made in Avellaneda, fue una de las claves. Tevez dejó a Iván Marcone de cinco posicional y soltó al Tata por la derecha y así pudo conectarse con un Saltita inspirado y explosivo. Y las constantes llegadas de Spörle por la banda zurda completaban la ecuación que Talleres nunca resolvió.
Spörle fue el primero en avisar. Y fue, un rato más tarde, el primero en convertir. El lateral devenido en mediocampista inició la jugada con un centro pasado que no llegó a bajar Gabriel Avalos. La pelota siguió en pies rojos. Martínez se la dio a González, que levantró la cabeza y mandó la asistencia en forma de centro para Spörle, quien entró solito por su costado para anotar de cabeza. De lado a lado, Independiente quebró a su rival.
La cuenta aumentó de penal. Miguel Navarro abrió el brazo izquierdo, donde le pegó la pelota tras un remate del Tata Martínez. El árbitro Nicolás Ramírez necesitó del VAR para cobrarlo y para expulsar al defensor por doble amarilla. Alexis Canelo no falló desde los once metros.
Independiente tenía un panorama inmejorable: ganaba por dos goles y también contaba con un hombre de más. Pero salió dormido al complemento y Talleres, que en la primera parte apenas había inquietado con un tiro libre de Rubén Botta, lo empató con dos jugadas letales en un minuto. Federico Girotti, ayudado por un desvío en Martínez, clavó un golazo por arriba de Rodrigo Rey. Y en la siguiente, un centro de Ramiro Ruiz Rodríguez encontró la cabeza de Gastón Benavídez, que saltó con total libertad en el área chica en medio de los defensores locales.
La incredulidad se adueñó de la noche de golpe. Y toda la seguridad del Rojo se esfumó como por arte de magia, una magia negra que lo envolvía para no dejarlo ser ni cuando estaba gozando de una de sus mejores actuaciones.En inferioridad numérica, el visitante le metió dos cachetazos en un abrir y cerrar de ojos que le apagaban el sueño de clasificar. De ahí en más, todo fue interrogantes, murmullos y tensión.
El tramo final se impregnó de dramatismo. Es que la información que llegaba desde Mendoza, con el triunfo de Vélez, lo dejaba eliminado también a Talleres. Por eso, Walter Ribonetto puso tres delanteros a pesar de tener un hombre menos. Y el Apache dejó tres centrales en el fondo. Los dos necesitaban un gol y los dos lo buscaron con más nervios que ideas.
Girotti lo encontró en una contra veloz en el último minuto, pero Gustavo Bou estaba adelantado en el inicio y fue anulado. El tiempo de descuento fue golpe por golpe y Guido Herrera se transformó en figura al ahogarle el triunfo a Independiente en un par de situaciones límite.
Nahuel Lanzillotta/Clarín-Deportes
Argentinos y Barracas Central, tras un partidazo, empataron 3 a 3 en La Paternal y lograron el pasaje a cuartos de final de la Copa de la Liga. Por su parte, Vélez ganó en Mendoza a Independiente Rivadavia por 1 a 0 y, favorecido por el empate en Avellaneda, también pasó a la mata-mata de la competencia.