
La victoria tiene un plus, más allá de los tres puntos que impulsaron a Racing a la cima del Grupo E, a la espera de Rentistas-San Pablo, que se jugará esta noche. Le había costado un Perú a Juan Antonio Pizzi sostenerse en su cargo. Y fue Gabriel Arias la figura del duelo contra los peruanos. Pero la planificación del cuestionado entrenador fue acertada. Guardó sus mejores cartas para la Copa de la Liga y lo ganó con los cambios en el complemento.
Se trata de otro triunfo resonante de la Academia, que el domingo le había ganado el clásico a San Lorenzo para avanzar a los cuartos de final del torneo doméstico. Justo cuando empezaban a filtrarse nombres de posibles candidatos a reemplazar al santafesino.
Nadie podrá decir, esta vez, que no estuvo lúcido el entrenador. Independientemente del resultado, la Libertadores le daba margen de error. Ante Vélez, en cambio, será “mata-mata”, como dicen los brasileños.
Por eso Racing encaró el partido frente a los peruanos con una formación inédita en la que debutó Ignacio Galván (18 años) como lateral-volante izquierdo. Los únicos titulares fueron Arias y Nery Domínguez. El resto, suplentes.
Y le costó en los primeros treinta minutos a la Academia. Porque la línea de tres centrales -con Iván Pillud improvisado como stopper- terminó siendo de cinco defensores por el repliegue que necesitó el equipo ante la presión de Sporting Cristal.
Fueron tres situaciones claras las que tuvo el conjunto celeste. Washington Corozo, ecuatoriano criticado por los hinchas locales, enganchó ante Schelotto y sacó un bombazo que se estrelló en el travesaño. Un rato después llegó el córner de Hohberg y un cabezazo a quemarropa de Christofer Gonzáles, que encontró una magnífica respuesta de Arias. Nadie marcó al delantero.
Y al ratito, otra vez Corozo remató de media distancia, esta vez entrando por la derecha y en diagonal. Su zurdazo potente volvió a hallar una gran reacción del arquero neuquino.
Se fue apagando Sporting Cristal, tal vez frutrado por las situaciones desperdiciadas. Pero Racing avanzó más por impulso que por funcionamiento. Lovera fue muy individualista. No hubo circuitos fluidos. Y la mejor ocasión llegó cuando escaló Pillud y metió un centro que cabeceó Reniero, algo incómodo. Respondió Duarte.
En el segundo tiempo, volvió a aparecer el enorme Arias para salvar los errores de sus compañeros, como sucedió con Pillud. Corozo ganó la posición y el arquero achicó. En el rebote, Nery Domínguez bloqueó el remate de Hohberg, que tenía el arco a su merced. Y de nuevo Corozo perdió el mano a mano con Arias. Fue una pesadilla el número uno de la Selección chilena para el ecuatoriano.
Entonces, Pizzi movió el banco. Entraron Chancalay, Piatti y Mena. Y los tres se juntaron en el gol. Tiraron paredes Nacho y el chileno y Chancalay lo resolvió con una media vuelta. Estaba con el pie caliente tras el doblete ante San Lorenzo.
Después, Piatti inventó un golazo. Ya había probado un rato antes, cuando tenía pase para Mena. Esta vez, Nacho no falló. Y ganó Racing. Y respira Pizzi, que empieza a ser mirado con otros ojos por los hinchas y los propios dirigentes que lo quieren (¿o lo querían?) echar.
Daniel Avellaneda/Clarín

En la previa del tercer Superclásico del año, Boca perdió con Santos en Brasil y acumuló su tercera derrota al hilo por 1 a 0, dos por la Libertadores y una por la Copa de la Liga. Ahora suma los mismos 6 puntos que Santos, pero por peor diferencia de gol está tercero.
Hubo una jugada que pudo haber cambiado el desarrollo del partido. A los seis minutos, Izquierdoz habilitó muy bien a Pavón, quien le metió un pase bárbaro a Tevez, pero el remate del capitán de Boca se fue por arriba del travesaño. Increíble. Como se dice en la popular, era más fácil hacerlo que errarlo para el veterano delantero que está entre los 10 máximos goleadores de la historia del club.
Bien adelantado, con Pavón-TevezVilla como tridente ofensivo, con Varela marcando los tiempos, el equipo de Miguel Ángel Russo manejaba el juego y presionaba la salida local, pero no lograba lastimar.
Santos, que tras un maratón de cinco partidos en once días logró mantener la Primera División en el Brasileirao y con el debut de Fernando Diniz como entrenador tras la renuncia de Ariel Holan, cedió balón y terreno, y esperó. Y pegó justo.
Después de la primera media hora, el medio de Boca empezó a perder marcas y la defensa quedó expuesta, en especial por los laterales. A los 31 minutos, se escapaba Pará y Villa lo tocó en la puerta del área. Fue un aviso. Y a los 41, otra vez se filtró el lateral, se metió en el área, sacó un centro atrás que descolocó a toda la defensa visitante, por el otro lado apareció Felipe Jonatan, el lateral izquierdo,quien controló, amagó y definió con un zurdazo exquisito.
Con la tranquilidad del 1-0, en la parte final Santos salió decidido a liquidarlo. Y fue superior a Boca en los primeros 25 minutos. En el arranque, Boca zafó de un penal en contra por mano de Izquierdoz que el árbitro no advirtió. Después, Angelo por derecha y Lucas Braga por izquierda complicaron Fabra y a Buffarini.
Presionado por Santos, a Boca le costaba cada vez más llegar al arco rival. No lograba construir juego desde el fondo y con el recurso del pelotazo quedaban muy solos los delanteros, en especial Tevez, que tuvo una buena chance cuando probó con un tiro combado desde afuera del área.
La pobre actuación del árbitro uruguayo Ferreira enardeció el clima interno y externo. Amonestó mal a Lucas Braga por una falta a Buffarini (fue Kaio Jorge el que saltó con el argentino) y entre empujones y discusiones se fueron expulsados los dos entrenadores. Tres minutos después, fue amonestado Kaio Jorge.
En el tramo final del partido se hizo notorio el cansancio de los jugadores brasileños. Y Boca fue a buscar el empate a lo Boca. Sin orden pero con un poco de orgullo. Pavón, recostado sobre la izquierda, generó las últimas chances, primero con un remate desde afuera del área que se desvió en un defensor y se fue el córner. Luego le hicieron una falta en la puerta del área y él mismo se encargó del tiro libre, que pegó en la barrera.
De mayor a menor, el equipo de Russo tuvo otra pobre actuación. Preocupante de cara a los cuartos de final con River. Preocupante de cara al futuro.
Clarín/Deportes