
Racing cumplió con el objetivo de quedar en el grupo de clasificación directa a la Copa Libertadores. Terminó con los mismos puntos que Vélez pero en la cuarta posición por la diferencia de gol. Aún así, fue el equipo que menos perdió en la Superliga (2 partidos) pero el que más empató (12) . De todos modos, la acumulación de puntos con la fase inicial de la Copa de la Superliga determinará los clasificados tanto a Libertadores como a la Sudamericana.
El equipo de Beccacece lo ganó porque tuvo en los pies de Benjamín Garré al jugador que supo desequilibrar en el momento justo, cuando se vislumbraba mejor que su rival pero no era preciso en el área de Mariano Andújar. No fue bueno el debut de Leandro Desábato como entrenador pincha. Es un equipo en reconstrucción, muy golpeado por la eliminación en la Copa Argentina ante Laferrere.
En dos jugadas del primer tiempo el nieto de Oscar Garré, campeón del mundo en México 86 y que hizo inferiores en Vélez, demostró que es un juvenil con enorme proyección. A los 30 minutos, enganchó en el área de afuera hacia adentro, se acomodó para la zurda y el remate se desvió en un defensor pincha y se fue al córner. Fue un aviso. En el final de la primera etapa, otra vez encaró por derecha, se metió en el área, iba a enganchar hacia adentro pero fue hacia fuera, metió el centro atrás de derecha para el toque justo de Fértoli. Estaba bien, la Academia había sido un poquito más que el desordenado Estudiantes.
La victoria del equipo de Avellaneda se solventó, además, en la presión constante de sus jugadores en el medio campo, recuperando rápido y cortando el poco circuito de juego del pincha. En el final, una mala salida del local le permitió a Cristaldo aumentar con un gran zurdazo cruzado. Y después, Estévez descontó y le dio algo de emoción al final.
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Con una goleada a domicilio y la frente en alto, Gabriel Heinze se despidió de Vélez. El entrerriano dirigió por última vez al Fortín, lo subió al podio de la Superliga y lo dejó en puesto de clasifcación a la Libertadores.
Una ráfaga le permitió a la visita adelantarse en el marcador. Al minuto 21 un arrebato de Lucas Janson a Franco Calderón le permitió irse para definir mano a mano ante el achique de Sebastián Moyano y romper la monotonía. Y un par de minutos después, Lucas Robertone sacó un misil con su derecha desde atrás de la medialuna del área que resultó inatajable para el arquero de Unión. Vélez controló lo que restó de la primera parte con absoluta tranquilidad y tocando la pelota fiel al estilo de Heinze.
El complemento lo encontró mejor al local. El ingreso de Emanuel Cecchini le aportó al equipo el juego que no estuvo presente en el primer tiempo. De a poco los de Madelón fueron asediando el área rival pero se toparon con Lucas Hoyos, muy atento bajo los tres postes.
Pero al minuto 29, Maxi Romero liquidó el partido con una jugada digna de un goleador europeo. El delantero se sacó de encima a Calderón, le tiró un sombrerito a Jonathan Bottinelli y gambeteó al arquero para definir con el arco vacío.
No hubo demasiadas emociones más en los últimos 15 minutos. Sí los hubo cuando Silvio Trucco señaló el final y los jugadores velezanos saludaron y abrazaron a Heinze, que con este triunfo le puso punto final a su ciclo en el club de Liniers. En total, dirigió 71 partidos con 31 victorias, 22 empates y 18 derrotas.
Heinze agarró el cargo a fines de 2017 y dos años después dejó a Vélez detrás de Boca y River, en puestos de clasificación a la Copa Libertadores y en la siguiente fase de la actual Copa Sudamericana. Dejó un legado. Buscan al sucesor.
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