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Racing-Defensa y Banfield-Gimnasia, dos empates que no aportan demasiado

El Chacho Coudet se despidió del Cilindro y su gente.

Racing desperdició la posibilidad de llegar a la punta de la Superliga tras empatar como local 1-1 frente a Defensa y Justicia, en un partido válido por la decimoquinta fecha del torneo argentino que fue el último de Eduardo Coudet como técnico en el estadio de Avellaneda.

El conjunto de Florencio Varela se puso en ventaja a los tres minutos de la primera parte, por medio de un tanto de Ignacio Aliseda, mientras que a los 11 de la misma etapa, Darío Cvitanich logró el empate para Racing a través de un tiro penal.

Con este resultado, Racing no pudo llegar a la punta de la Superliga y así alcanzar a los líderes Boca y Argentinos Juniors. Previo al encuentro, Racing a través del twitter oficial del club de Avellaneda y con el hashtag #GraciasChacho, colocó una foto del entrenador con la leyenda «El tiempo nos volverá a encontrar».

El primer tiempo fue discreto y ya a los 3 minutos Defensa y Justicia logró ponerse en ventaja cuando Ignacio Aliseda recibió la pelota fuera del área entre los centrales de Racing, ingresó al área y definió al medio del arco ante la salida de Gabriel Arias. La alegría no le duró mucho al equipo de Florencio Varela porque, a los 10 minutos, Jorge Rodríguez le cometió penal a Darío Cvitanich y un minuto después el propio delantero lo cambió por gol con un disparo al palo derecho de Ezequiel Unsain.

El encuentro luego tuvo pocas llegadas a las áreas hasta que a los 38 minutos Gabriel Arias evitó la segunda caída de su valla primero al despejar un remate de Neri Cardozo, y luego al lograr sacar el balón al córner antes que Nicolás Fernández pueda definir. Tras el tiro de esquina, Racing tuvo un buen contraataque comandado por Matías Zaracho, quien al llegar al área rival habilitó a Walter Montoya, que disparó desde dentro del área por la derecha, pero Unsain le tapó el tiro, la pelota la tomó Zaracho que remató, pero el arquero se volvió a lucir para salvar a Defensa y Justicia.

La segunda etapa empezó dando esperanzas de que sería buena cuando, a los 5 minutos, luego de un tiro libre desde la derecha y un cabezazo de Héctor Martínez, el balón rebotó en el palo izquierdo de Arias. Pero el encuentro se tornó aburrido con Defensa y Justicia cuidando el empate y Racing sin poder sorprenderlo y, si bien el elenco local fue el que tuvo más el dominio de la pelota, ninguno de los dos equipos demostró ser superior al otro.

La jugada más clara de Racing fue a los 23 minutos cuando, tras un centro desde la derecha de Iván Pillud, Cvitanich cabeceó desde dentro del área por la izquierda, pero el balón se fue por encima del travesaño.

1 RACING: Arias; Pillud, N. Domínguez, Donatti, Mena; M. Martínez; Montoya, Zaracho, M. Rojas; Cvitanich, Reniero. DT: Eduardo Coudet.

1 DEFENSA Y JUSTICIA: Unsain; J. González, J. Rodríguez, H. Martínez, Delgado; D. Rodríguez, Loaiza, A. Castro, N. Cardozo; Aliseda, N. Fernández. DT: Mariano Soso.

Estadio: Racing.

Arbitro: Patricio Loustau.

Goles: 3m Aliseda (DyJ); 12m Cvitanich (R) de penal.

Cambios: 46m Andrada por Montoya (R), 66m Lucero por N. Fernández (DyJ), 76m Barbona por Reniero (R), 79m Ojeda por Castro (DyJ), 86m Cerro por Cardozo (DyJ), 87m  Maggi por Rojas (R).

Encuentro de dos grandes.

BANFIELD 1 – GIMNASIA 1

Diego mira al Gallego Méndez desde abajo. Está con las palmas debajo de las axilas, sentado y ve llegar a su ayudante que le confirma que es penal y que es roja. Aunque en realidad no es penal y no debía haber quedado con un jugador menos en el primer tiempo el equipo de Maradona.

¿Qué pudo haber sido sin ese horror de Fernando Espinoza? ¿De cuánto le sirvió a Banfield tener que asumir el protagonismo?

Poco importa cuando la escena posterior al partido es mucho mejor que los 90 minutos y el 1-1 en el sur. Porque los dos Pelusa, Maradona y Falcioni, se abrazan y dejan atrás algunos roces, porque Diego le dice que “cualquier cosa que necesite” que cuente con él mientras recuerda los dos penales que le atajó. Y porque Julio resume dos vidas en una frase: “El fútbol nos mantiene vivos”.

Antes de lo más importante hubo un partido.

De arranque nomás quedó claro que Banfield tenía una carta que le había dado réditos y que iba a usar. Como ante Vélez fue Reinaldo Lenis la llave para abrir la defensa rival. Y enseguida también el colombiano dejó pagando a Guiffrey y le sirvió el gol a Junior Arias que anticipó bien en el primer palo pero el asistente le cortó el festejo por un offside milimétrico.

Y Gimnasia ni siquiera había mostrado sus cartas cuando se puso en ventaja. Fue un centro al área que no pudo empalmar Contín, que no pudieron despejar los centrales de Banfield y que transformó en un golazo el pibe Erik Ramírez.

Desde ahí hasta el horror del juez Espinoza que derivó en la expulsión por doble amarilla del debutante Insfrán y el penal inventado que Dátolo aprovechó para empatar el juego, el Lobo de Maradona había intentado replegarse, copar el mediocampo y moverse al ritmo de Matías García, el 10 movedizo del Diez.

El error del juez alteró el partido. Y lo alteró porque el propio Espinoza, que señalaba su auricular dando a entender que le habían advertido de la supuesta insfracción de Insfrán a Lenis, empezó a “muñequear” las acciones.

Y se desvirtuó para un segundo tiempo en el que Gimnasia, por falencias propias y por la inferioridad numérica, optó por esperar y jugarse alguna ficha de pelota parada. Lo tuvo Matías García en un tiro libre que pedía gol y encontró la estirada justa de Arboleda.

El asunto es que al Banfield de Julio Falcioni lo peor que le puede pasar es ponerse el traje de protagonista. Luce incómodo, prefiere construir el triunfo desde otro lado, como ante Lanús y Vélez, de atrás para adelante.

Entonces lo que debía ser un beneficio terminó siendo una carga. El reloj fue impacientando cada vez más al local y conformando cada vez a la visita.

El punto vale poco y nada para ambos. Porque el Lobo no pudo recortar contra un rival directo y ya ni siquiera logra afuera lo que no puede en el Bosque. Y para el Taladro, que durante una hora jugó 11 contra 10, era la chance ideal de empezar a escaparse de la zona roja e hilvanar tres triunfos seguidos.

Se va sonriendo Maradona. Porque lo suyo es un partido dentro del propio partido. Aunque en la conferencia de prensa soltará un “Espinoza ve menos que Andrea Bocelli”.

Gimnasia eligió que Maradona lo conduzca aunque el destino pueda significar el descenso. Y en estos días empezará a delinearse el futuro del 10, con las fallidas elecciones del Lobo en la mira. Hasta ahora, la emoción contrasta con los puntos. Los homenajes en cada estadio eclipsan el bajo nivel del equipo.

Y lo que para el fútbol argentino resulta un disfrute saludable, para Gimnasia es una fiesta extraña, un placer a veces agridulce.

Mariano Verrina/Clarín

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