
Ganadores y perdedores hubo, por supuesto, en la entrega del Oscar. Hubo más de los segundos que de los primeros, por cuestiones obvias -de cinco candidatos por rubro, 4 de 50, es decir el 80 por ciento, se retiraba con las manos vacías-, pero hubo películas que fueron las grandes ganadoras de la gala y otras que resultaron ignoradas por completo por los miembros de la Academia de Hollywood.
Vayamos adelantando el análisis: ¿qué pasó con Elvis, con Los Fabelman, con Los espíritus de la isla, con Tár, con El triángulo de la tristeza, todas candidatas a mejor película? No ganaron ni una estatuilla.
Y digan que no se premia a las actuaciones sobre el escenario, porque varios que merecían su premio, y otros no disimularon su disgusto. Como Angela Bassett, sentada en la platea, cuando pierde el premio de mejor actriz de reparto con Jamie Lee Curtis, y Salma Hayek, que se había mostrado entusiasta al nombrar a Argentina, 1985 entre las nominadas, pero cuando abrió el sobre y leyó Sin novedad en el frente no escondió ni camufló su amargura.
Con los Oscar pareciera que todos los años tiene que pasar algo para que la ceremonia llame la atención. Ya se sabe que los índices de audiencia bajan, pero esto sucede con la televisión abierta en todo el mundo: la gente -y la gente joven- sigue más las premiaciones a partir de las redes sociales, como me lo explicó la semana pasada Janet Yang, la presidenta de la Academia de Hollywood.
Pero siempre hay algo para destacar, ya fuera la bofetada de Will Smith a Chris Rock en la edición del año pasado, como hechos culturales más que pugilísticos. Como que una película no hablada en inglés gane el premio a la mejor del año (Parásitos, en 2020, días antes de que se desatara la pandemia del Covid-19); la primera película de un servicio de transmisión en ganar el premio principal (Coda, de Apple, el año pasado); o la primera actriz en ganar tres Oscar por actuación protagónica desde Katharine Hepburn (fue Frances McDormand, en 2021, por Nomadland).
Bueno, el domingo en el Dolby Theatre Todo en todas partes al mismo tiempo hizo historia. Por un lado, es la primera película considerada – entre sus muchos géneros que se entrecruzande ciencia ficción que gana el Oscar a la mejor película. Si la quieren ver, está en cines, en Amazon y en Flow, para alquilar.
Tenía 11 nominaciones -una se anulaba entre sí, la de mejor actriz de reparto, porque Stephanie Hsu perdió con Jamie Lee Curtis-, así que bien podemos decir que ganó en 7 de 10 rubros posibles. Ese número de estatuillas, 7, marca también una diferencia con los últimos años, cuando la Academia no se mostraba tan propensa a apoyar a un filme con tantas distinciones.
Eso era algo común en otras épocas de bonanzas, cuando producciones como Titanic, en 1998, que ganó 11 de las 14 candidaturas, o El Señor de los anillos: El retorno del rey, en 2004, eran las más nominadas y terminaban siendo las más premiadas (la de Peter Jackson ganó las once estatuillas en los rubros en los que estaba nominada), no por robo, pero ustedes me entienden.
La diseñadora de vestuario Ruth Carter se convirtió en la primera mujer negra en ganar dos premios Oscar (lo hizo por Pantera Negra y Pantera Negra: Wakanda por siempre). Al ganar canción original Naatu Naatu, de RRR, fue la primera victoria en la categoría para una película india.
Otro hecho por el que la película de Los Daniels (Daniel Kwan y Daniel Scheinert) marcó otro récord es que Michelle Yeoh se convirtió en la primera mujer del sudeste asiático en obtener el premio en este rubro.
¿Más? Como sus coprotagonistas Jamie Lee Curtis y Ke Huy Quan también ganaron, como actores de reparto, Todo en todas partes al mismo tiempo es la tercera película en ganar tres premios de actuación, luego de Un tranvía llamado deseo, de Elia Kazan, que lo logró en la edición de 1952 (Vivien Leigh, Karl Malden y Kim Hunter), y Network: Poder que mata, de Sidney Lumet, en la de 1977 (Peter Finch, que fue el primer actor en recibir el premio póstumamente, Faye Dunaway y Beatrice Straight).
Tampoco es muy común que el premio a la mejor dirección sea partido por dos cineastas, que fue lo que sucedió con Los Daniels. Los últimos en conseguirlo habían sido los hermanos Coen, Joel y Ethan, por Sin lugar para lo débiles (en 2008).
La otra producción que se retiró del Dolby Theatre más que satisfecha es la alemana Sin novedad en el frente.
La producción de Netflix, que apostó fuerte por este título, ganó en el rubro en el que competía con Argentina, 1985, y también lo hizo por su dirección de fotografía, su música y el diseño de producción. Cuatro de nueve no está nada mal.
Por último, una que se llevó dos de los tres premios a los que aspiraba fue La ballena, de Darren Aronofsky. Brendan Fraser lagrimeó de lo lindo sobre el escenario cuando recibió su Oscar al mejor actor protagónico. El filme sobre el hombre que sufre obesidad mórbida también ganó mejor maquillaje y peluquería. Pasemos al otro lado de la balanza. Es feo llegar con expectativas y retirarse sin haber subido al escenario a agradecer a los padres. Y eso les pasó a cinco de las diez películas candidatas en el rubro principal.
Tal vez los mayores fracasos hayan sido, en términos de premios, los de Los espíritus de la isla, de Martin McDonagh, y Elvis, de Baz Luhrmann. La primera llegó con 9 nominaciones, y pensábamos que, como otras tantas veces, la Academia iba a darle, como premio consuelo, el de mejor guion original a su director. Pero ahí también se coló el vendaval de Todo en todas partes…
En el caso del filme sobre Elvis Presley, tenía 8 candidaturas, y Austin Butler, como actor, y el maquillaje del personaje de Tom Hanks, hacían presumir dos galardones que no fueron (y que fueron para una misma película: La ballena).
A Steven Spielberg la Academia lo adora, pero Los Fabelman no ganó ninguna de las 7 estatuillas a las que aspiraba, y el director, que tiene el mérito de haber sido nominado en las últimas ¡seis décadas!, no sube a agradecer un premio desde Rescatando al soldado Ryan (1999).
Tár podía ganar mejor actriz protagónica. Hubiera sido la tercera estatuilla para la australiana Cate Blanchett, que perdió con Michelle Yeoh. Perdió en los 6 rubros en los que estaba nominada.
Pablo O. Scholz/Clarín-Espectáculos