El apellido Cambiaso volvió a escribir un capítulo histórico en el polo británico y mundial. Por un lado, de la mano de Adolfo, el líder de La Dolfina, que conquistó su octava Copa de Oro del Abierto Británico, el torneo más importante afuera de Argentina, y se transformó en el polista de nuestro país que más veces lo ganó. Pero también de la mano de su hijo Poroto, que con solo 14 años y en su debut en el alto handicap de Inglaterra gritó campeón jugando con su papá, a quien le rompió un récord, y ratificó que la dinastía de los de Cañuelas tiene futuro asegurado.
Quedó todo en familia porque en el equipo adversario estaban Bartolomé y Camilo Castagnola, sobrinos de Adolfo y primos de Poroto.
“No sé si esta victoria es más o menos importante que otras, pero es especial, porque es especial jugar y ganar con mi hijo. Haber llegado a la final ya es un sueño cumplido, haberla ganado es la frutilla del postre porque no me lo esperaba”, comentó Adolfo en declaraciones compartidas por la revista virtual Clickpolo, tras el triunfo de su equipo Next Generation, por 14 a 12 ante Les Lions. Diego Cavanagh, en remplazo del lesionado David Stirling, y el patrón Jean Francoise Decaux completaron el equipo. En el rival, además los Castagnola, estuvieron Santiago Laborde y el norteamericano Dillon Bacon.
“La oportunidad de compartir equipo con mi papá es impresionante. Estoy muy contento”, afirmó Poroto, apodo con el que lo conocen todos para distinguirlo de su padre, de quien heredó el nombre además del talento y la pasión por el juego. Hay Adolfo Cambiaso por duplicado en el polo, dinastía garantizada.
Con el festejo en el Cowdray Park Park Polo Club -que marcó la primera vez que una dupla de padre e hijo argentinos se quedan con el título-, el heredero del mejor polista del mundo se transformó en el jugador más joven en coronarse campeón del certamen más grande y prestigioso del polo inglés. Porque lo consiguió con dos años menos de los que tenía su papá, dueño del récord hasta este domingo, cuando levantó el trofeo por primera vez en 1991, a los 16.
Un logro especial, pero que no sorprende, porque Poroto (cuatro goles de handicap) lleva ya un par de temporadas asombrando con su precocidad y haciéndose camino en el mundo del polo.
En 2018, por ejemplo, con solo 12 años, se coronó campeón de la Copa Royal Windsor, el trofeo más antiguo del Guards Polo Club, el de la familia real británica, y también se convirtió en el polista de menor edad en ganar ese título. El pequeño Cambiaso recibió el trofeo de manos de la misma reina Isabel. Y luego aseguró: “Estaba más nervioso por cómo saludar a la reina que por el partido en sí”.
El año pasado, se dio un gusto muy grande: consiguió su primer título en un certamen importante de Argentina, también jugando con su papá y con la camiseta del club de su familia, La Dolfina. Fue al ganar el Abierto de San Jorge, en la cancha 1 de Palermo, lo que le dio un gustito más lindo al triunfo. Y encima ante el clásico rival, Ellerstina , que salió a la cancha con Gonzalo, Nicolás y Facundo Pieres, tres rivales de altísimo nivel.
“Fue un placer volver a jugar con mi papá y más en esta cancha”, reconoció el joven Cambiaso, que parece no sentir el peso de su apellido, un sinónimo de éxito en el polo. Claro que en eso mucho tiene que ver la manera en que sus padres le enseñaron a encarar el deporte.
“Lo hemos educado para que disfrute el deporte. Hoy lo veo hacerlo. ¿Presión? Con 13 años, no… Presión va a tener cuando tenga otro tipo de responsabilidades. Desde la mañana estaba tranquilísimo”, comentó Adolfo luego de esa final del año pasado.
El domingo, en la definición del torneo británico, en la que anotó cuatro goles, contra tres de su papá, volvió a jugar como un experimentado, a pesar de su corta edad y de que esta es su primera temporada en el alto handicap de ese país. Tanto futuro le ven al jovencito, que la formación con la que gritó campeón fue rebautizada este año como Next Generation justamente para celebrar su llegada al alto handicap de Gran Bretaña.
El triunfo fue doblemente especial para él. Porque no solo compartió el equipo con su papá, sino que enfrente tuvo a dos de sus primos. Bartolomé y Camilo Castagnola -hijos de Lolo Castagnola, siete veces campeón en Palermo, y Camila, hermana de Adolfo- fueron las figuras de Les Lions. “Que ellos hayan llegado a la final hizo todo más lindo”, aseguró Cambiaso padre.
Con talento heredado del mejor del mundo y el apoyo de su familia -su mamá, la modelo María Vázquez también lo acompaña siempre, aunque esta vez no pudo viajar a Inglaterra por la pandemia de coronavirus. Su hermana mayor Mía (18 años) es también ya una destacada jugadora. La familia la completa Myla, de 10 años. Poroto parece encaminado a seguir haciendo historia. Y la dinastía Cambiaso tiene futuro asegurado.
Luciana Aranguiz/Clarín