
Luego de un turbulento 2020, que ni la victoria ante los All Blacks logró calmar, se viene un año lleno de desafíos: la necesidad de volver a jugar, la reconfiguración de Los Pumas, la incógnita de los Jaguares y la oportunidad de repensar el camino del rugby argentino.
Ni la proeza de haberles ganado a los All Blacks por primera vez en la historia exorcizó al rugby argentino de este maldito 2020. En el balance general propio de cada fin de temporada, junto con la memorable actuación de los Pumas en el Tri-Nations dentro de la cancha, queda compensado al lado de otras desavenencias como la ausencia total de rugby a nivel doméstico, la disolución de Jaguares, el asesinato de Fernando Báez Sosa, el fallido homenaje a Maradona, la divulgación de esos tweets nefastos y las incongruencias dirigenciales que se sucedieron en torno a esos hechos. Este escenario configura una ardua tarea para todos los involucrados en el año que asoma. En 2021, el rugby argentino tendrá enormes desafíos en todos los niveles: deportivo, dirigencial, comercial y social.
A la cancha
El mayor anhelo de todos es volver a jugar. El fin de año arroja indicios contradictorios en este sentido. Por un lado, el rebrote del virus pese a las altas temperaturas y la aparición de una nueva cepa. Por otro, la esperanza de la vacuna. Las distintas uniones ya establecieron su calendario de competencias, pero la posibilidad de volver a la cancha está en manos de factores externos por los que el rugby poco puede hacer. Que sea un deporte de “contactos estrechos” hace que sea todavía más difícil el retorno a la actividad. Si no se acepta la posibilidad de convivir con el virus y asumir los riesgos que entraña el contagio, va a ser difícil el regreso de la actividad amateur en el corto plazo. Si no hay rugby, todo lo demás es anecdótico.
Jaguares, en la nebulosa
A un día de que termine el año, no hay ninguna certeza respecto del destino de Jaguares. Se sabe que no habrá Super Rugby, se sabe que no participarán de la Superliga Americana, se sabe que sus jugadores siguen emigrando a otras ligas profesionales. Sería un despropósito, sobre todo desde el punto de vista deportivo, pero también comercial, que la franquicia desaparezca totalmente. Que haya un equipo que les permita el desarrollo en un alto nivel a un grupo amplio de jugadores es clave para la competitividad de los Pumas, que no pueden depender exclusivamente de los que actúan en el exterior y de los clubes (en el mediano plazo al menos tampoco de la Superliga Americana). ¿Será otra vez Sudáfrica el que acuda en rescate del rugby argentino? La experiencia de Jaguares XV en la Currie Cup fue positiva y no intentar avanzar en ese sentido sería desaprovechar una gran oportunidad.
Pumas por todo el mundo
A nivel internacional, la posibilidad de jugar es mucho más factible que en el ámbito amateur, ya que es más sencillo realizar testeos periódicos y campañas de vacunación a un grupo reducido de jugadores y hay más recursos para hacerlo. Aunque nada es seguro, al menos ya se vislumbra un calendario para el seleccionado. Según adelantó el diario El Ciudadano de Rosario, los Pumas serían locales en la ventana de julio ante Gales (dos partidos), que no contará con los jugadores de los British Lions, y uno ante Georgia. Luego será el turno del Rugby Championship, que volverá al formato habitual con cuatro equipos y partidos de ida y vuelta, aunque con algunos cambios: se mantendrá el ida y vuelta con Sudáfrica pero ante Nueva Zelanda y Australia serán dos partidos en el mismo, frente a uno en la Argentina y al otro como visitante; aparentemente este año será en casa ante All Blacks y habrá que viajar a Australia. Finalmente, la gira por Europa de noviembre marca a Francia, Italia e Irlanda como destinos.
Más allá de la pandemia, Mario Ledesma tendrá un arduo trabajo. Primero para coordinar el ensamble con los jugadores que actúan en el exterior, que pasaron a ser amplia mayoría y en distintos puntos cardinales del globo. Segundo para recomponer la tríada plantel/staff/dirigencia, relación que quedó muy dañada luego de los sucesos en torno a los tweets. Dentro de la cancha, hay pocas dudas respecto a cuál será la respuesta de los jugadores.
Replanteo
Puertas adentro, el rugby argentino se debe un replanteo. La dura carta emitida por la URT deja en claro el descontento que existe en el seno del rugby argentino respecto a la dirección que tomó la UAR. Hay muchas cuestiones loables, especialmente en lo que refiere al desarrollo del rugby en el máximo nivel competitivo, pero es sólo la punta de la pirámide. Más abajo, hay malestar en los clubes y las uniones respecto de varias cuestiones, como la forma en que se distribuyen los ingresos, y la forma en que se configuran los torneos nacionales y regionales, entre otras. Darle la espalda a la realidad sería la peor respuesta, máxime cunado hay sectores que buscan capitalizar el estado de debilidad en que quedó la dirigencia luego del affaire de los tweets.
Alejo Miranda/aplenorugby.com.ar