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Ortigoza firmó en Estudiantes de Río Cuarto y prendió el ventilador

El volante paraguayo jugará en la Primera Nacional y no se calló nada.

-¿Por qué te fuiste de Central? ¿Qué pasó con Diego Cocca?

-No, dejá. Cocca es un mentiroso y una mala persona. No es un mal técnico, eh, es una mala persona, ponelo por favor. Cocca y su preparador físico, Javier Bustos, son dos malas personas. Y con eso no hay vueltas. Vos podés dejar en el banco a un jugador, tener tu estilo de juego, lo que quieras, pero ellos son malas personas.

-Está claro que los problemas no fueron futbolísticos.

-Mirá, yo te cuento una que no sabe nadie: un día de invierno, pero invierno mal, estábamos entrenándonos en Arroyo Seco y me toca hacer una conferencia de prensa. Al equipo le iba mal y nos estaban matando de todos lados. Estoy yendo a la sala de conferencia y veo al profesor Bustos agarrar el bidón de café, esos azules grandotes, que iba a poner para los periodistas. Lo abrió y le empezó a tirar agua fría: “Para que aprendan, estos”, dijo. Eso no se hace, papá. Eso está mal. Y se lo dije.

-¿Qué cosas del ambiente del fútbol no te gustan?

-Hay mucho negocio. Yo te puedo asegurar que hay muchos jugadores que no llegan a Primera porque no tienen a tal representante. Hoy el representante te maneja al técnico y a los jugadores, te maneja todo. Y es chocante. Antes se cuidaban más para el negocio y ahora es más descubierto todo. Es parte del sistema y está mal, pero no puedo hacer nada. Te metés en esa y no te queda otra que callarte. Si hablás, la cagás. Vos en tu laburo ves cosas de las que no podés hablar, ¿o no? Porque si hablás, quedás afuera del sistema. En el fútbol pasa lo mismo. Mientras no le toquen el culo a uno…

-¿Cómo convive tu estilo de juega en la era de los drones y los GPS?

-El drone todavía no se sabe usar. Y más cuando te toca gente como Cocca o como su profe. O el aparatito de velocidad ese que te ponen. Pierden un partido y vienen a mostrarte lo que corriste. ¡Y si todos los partidos no se juegan con la misma intensidad, hermano! A veces corrés más y otras menos. Y cuando perdés te marcan el tiempo, ¿me entendés?

-¿Cuánto tarda un jugador en tomarle la mano al técnico?

-Dos minutos (se ríe). El jugador de fútbol es bravo, eh. Está todo el tiempo midiéndote.

-¿En qué son bravos los jugadores?

-No nos gusta que nos digan las cosas como son. Y a veces hay que escuchar y reconocer. Y escuchar también lo malo, porque lo bueno lo queremos escuchar todos. Porque si no es todo un caretaje.

-¿Los jugadores pueden voltear a un técnico?

-Sí, se puede. Y pasa.

-Está bien que lo digas porque si no caemos en esa de que “lo más sano del fútbol son los jugadores”.

-Naaah, ¡minga! No, no, es mentira eso. Lo más sano no son los jugadores. Tenés grupos buenísimos y malos. Yo te soy sincero, es así.

-¿Te ofrecieron plata para ir para adelante o para ir para atrás?

-Para adelante, sí (hace una pausa). Y para atrás también. Es bravo eso.

-¿A todo el plantel o a un par de jugadores?

-No, a mí solo. No fue plata, pero me golpearon la puerta de la habitación y me dijeron que no ganáramos.

-¿La barra brava?

-No, un dirigente. Vino a la habitación y me dijo que no había que ganar porque todos nos jugábamos muchas cosas. Me quedé helado. Y era el ancho de espadas el que vino; no me vino a hablar un cuatro de copas, eh.

-¿Cómo reaccionaste?

-Le dije: “Me parece que te equivocaste conmigo. O te tengo que pegar o te das media vuelta y te vas…”. Y ahí bajó un cambio. Me dijo: “No, vos me entendiste mal”. Yo entendí perfecto lo quería, pero no soy así. Y yo ya era Ortigoza, yo ya había salido campeón de la Libertadores, ya había jugado el Mundial, había salido campeón de la Copa Argentina…

-Con esto queda claro que fue en Central.

-Ya está, dejá.

-¿Jugaste el partido?

-Más vale, olvidate. Pero salí de hablar con el dirigente y junté a mis compañeros y les dije: “Pasó esto, esto y esto”. Jugamos y metí un gol de penal. Después perdimos 2-1 y se armó un quilombo bárbaro.

-Y en ese contexto, ¿el técnico?

-Es un falso el técnico, un mentiroso, una mala persona.

-¿Cómo sigue tu vida?

-Yo quiero jugar a la pelota, creo que estoy para seguir dos años más. Quiero pelear por algo, ganar cosas. Quiero ganar un título. Me llamaron varios clubes pero no me convencía la propuesta. Yo no quiero ir a un equipo solo para sumar puntos. Prefiero ir a la Primera Nacional y tratar de ascender antes que estar en Primera para sumar puntos. Eso no me sirve, no me interesa.

Mariano Verrina/Clarín

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