Como sucedió con Francisco Cáffaro, que pasó los últimos años en la Academia NBA australiana -hoy juega en la prestigiosa Universidad de Virginia- Leandro Bolmaro fue invitado a ser parte de la fábrica de jóvenes talentos de la mayor liga del mundo, aunque prefirió seguir el camino por afuera. ¿Cuáles son las posibilidades más concretas para el argentino de cara al draft?
Lo primero que hay que decir es que hay una consideración unánime respecto a verlo como “material de primera ronda”. Es un detalle no menor porque el camino podría volverse espinoso si “cae” en las elecciones y termina siendo seleccionado en la segunda mitad. Aunque tampoco sería para desesperarse.
Si bien Christopher Ebersole evita hablar de equipos o situaciones en las que Bolmaro podría encajar mejor, el ex representante de jugadores y hoy analista Matt Babcock se anima un poco más. “Los equipos que tienen selecciones entre los picks 15 y 25 van a considerarlo seriamente. Por nombrar algunos equipos, Milwaukee, Brooklyn y Denver podrían ser algunos de sus destinos”.
Claro que no sólo se trata de que los especialistas no quieran “exponerse” a dar un pálpito que no se cumpla. También tiene mucho que ver con que la temporada no terminó y no se sabe en qué posición elegirá cada equipo.
¿Ven posible que se “caiga” a la segunda ronda? En teoría esto lo pondría en un lugar más incómodo ya que no tendría un contrato garantizado y el equipo que lo elija se quedaría con los derechos, quedando Bolmaro algo “preso” de la situación. Algo así le ocurrió a Luis Scola entre 2002, fecha en la que lo seleccionó San Antonio en el 56° puesto, y 2007. Pasaron cinco años hasta que aceptaron negociarlo.
Sin embargo, Babcock apaga las alarmas. “No creo que llegue a la segunda ronda, pero si eso pasara no me preocuparía. Sí tendría que negociar un contrato completamente, pero Leandro está muy bien considerado en los círculos de la NBA y si pasara de la primera ronda creo que es probable que igualmente se asegure un buen y lucrativo contrato”, asegura el ex agente que no se anima a pronosticar qué panorama sería el mejor para el cordobés respecto a la próxima campaña: quedarse en España puliéndose o desembarcar en la NBA.
“Tiene sólo 19 años así que el tiempo está de su lado -sentencia-. Lo más importante ahora mismo es que siga desarrollándose. Ya sea que elija venir a la NBA enseguida o no, estoy convencido de que Igor Crespo, su representante, ya tendrá preparado un plan sólido para su próxima temporada”.
Mauricio Codocea/Clarín