La actriz estadounidense Meryl Streep ganó el Premio Princesa de Asturias de las Artes por “dignificar el arte de la interpretación”, anunció ayer en España el jurado de los galardones más importantes del ámbito iberoamericano.
“Con su talento y rigor ha posibilitado que diferentes generaciones disfruten de interpretaciones inolvidables, conquistando el respeto que este gran arte merece”, se explicó. La emblemática actriz de 73 años, también reconocida por su activismo social, humanitario, feminista y ambientalista, ha sido galardonada a lo largo de su extensa carrera con tres Premios Óscar y cuenta con nueve Globos de Oro, además de dos Bafta de la Academia Británica.
Considerada como la gran dama de Hollywood, Streep (1949, Basking Ridge, New Jersey) inició su carrera cinematográfica en los años setenta y ha representado en sus más de 60 películas algunos de los personajes más recordados de la historia del séptimo arte.
La candidatura de Streep fue propuesta por el director español Pedro Almodóvar, que fue Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2006.
“Con tres premios Oscar, ocho Globos de Oro, dos BAFTA y tres Emmy, tras más de cuarenta años de carrera como actriz, Meryl Streep está considerada como una de las mejores actrices contemporáneas”, afirmó el jurado reunido en Oviedo (noroeste), donde se entregan estas distinciones y donde tiene su sede la fundación que los concede. “Conocida sobre todo por sus papeles en el cine, ha destacado por su característica versatilidad, que se apoya, según la crítica, en una extraordinaria capacidad para interpretar una gran variedad de personajes y reproducir diferentes acentos”, prosiguió el jurado.
Los Premios Princesa de Asturias están destinados, según su fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional”.
En esta edición concurrían al galardón de las Artes un total de 44 candidaturas de 20 nacionalidades.
Mary Louise Streep -tal su nombre de nacimiento- comenzó su carrera en el cine en 1977, invitada por el cineasta Fred Zinnemann para un pequeño papel en una época en la que ya se destacaba en el teatro.
Meteórica, al año siguiente brillaría en la miniserie televisiva Holocausto, por la que ganó su primer premio Emmy como Mejor actriz protagónica.
También en 1978 participó de la película El frantocotirador, de Michael Cimino junto a gigantes como Robert De Niro, John Cazale y Christopher Walken, donde obtuvo su primera nominación al Oscar.
Luego vendrían los primeros grandes reconocimientos de la industria y una filmografía con cerca de 90 créditos en su mayoría cinematográficos como África mía (1985), El amor es un eterno vagabundo (1987), La casa de los espíritus (1993) y Los puentes de Madison (1995), dirigida por otro mito: Clint Eastwood.
A fines de los 90 y comienzos de los 2000 siguieron los roles fuertes en películas recordadas, como El diablo viste a la moda (2006), una de fantasía de cuento como En el bosque (2014) o comedias como Florence: la mejor peor de todas (2016).
Clarín/Espectáculos