
Es tucumano, tiene 34 años y quiere cumplir su obsesión: cruzar nadando el Canal de la Mancha. Pero más allá de la hazaña, quiere que su deporte sea una herramienta para la inclusión social.
Matías Ola sabe de desafíos extremos. En su corta carrera como nadador de invierno en aguas abiertas el tucumano de 34 años completó un gran número de exigentes travesías. Cruzó de extremo a extremo la pared sur del glaciar Perito Moreno con aguas a 6 grados y en tiempo record y sin traje de neoprene. Fue además el primer argentino en zambullirse en el lago Baikal, el más grande, antiguo y profundo del mundo. Fue el primer hombre en nadar alrededor de la isla del Faro del Fin del Mundo en Ushuaia. Y es el único compatriota que unió Chukotka (Rusia) con Alaska (Estados Unidos) para recorrer 134 kilómetros a pura brazada y con el agua a 3 grados. Y además, entre 2013 y 2015 unió los cinco continentes nadando al cruzar los cinco estrechos que los separan en el mundo. Esas son apenas un puñado de sus hazañas. Ahora está listo para otro reto.
Ola intentará, entre hoy y el jueves, cruzar el canal de la Mancha desde Dover, Inglaterra, hasta Cap Griz Nez, Francia, como parte del desafío de los Siete Océanos que consiste en cruzar a nado siete estrechos y canales alrededor del mundo y que sólo 15 nadadores completaron en la historia. Y también lo hará en el marco de su proyecto personal Unir el Mundo que impulsa la integración e igualdad a través del deporte. Ese desafío representa para los nadadores lo que para un escalador hacer cumbre en el Everest.
“Estoy muy expectante. Significa mucho para mí. El canal de la Mancha está dentro del desafío de los Siete Océanos que estoy buscando desde hace unos años. Era una etapa que tenía que llegar algún día. No fue fácil conseguir los permisos, la embarcación y la logística que necesitás para cruzar de Inglaterra a Francia. Por eso me llevó muchos años la organización”, le contó a Clarín a la distancia, desde Dover.
La idea es recorrer 42 kilómetros desde la isla hasta el continente en aguas heladas, sin traje de neoprene y en exigentes mareas. ¿Cuándo? En algún momento de los próximos seis días cuando se den las condiciones climáticas que permitan el cruce.
“Lo ideal sería que hiciera 40 grados de temperatura y el agua estuviera a 26. Pero eso es imposible en el canal de la Mancha. Hace frío, incluso en pleno verano europeo. Las condiciones vienen demasiado adversas; hay mucho viento y está fresco. Vamos a esperar el tiempo que sea necesario para encontrar esa ventana climática que me permita realizar el cruce. Yo sigo entrenando una hora y media más o menos todos los días para adaptarme a la temperatura.”, explicó.
Ola lleva completadas dos de las siete travesías que forman parte del desafío de los Siete Océanos, el estrecho de Gibraltar y el canal de Catalina. Esa última -que realizó hace un añoes además una de las tres que integran la Triple Corona de aguas abiertas junto a la vuelta a la isla de Manhattan que completó en septiembre y el cruce del canal de la Mancha. Si logra el cruce recibirá el premio que entrega la Asociación Mundial de Aguas abiertas a los nadadores que completan esas tres pruebas de natación de larga distancia.
“Ningún argentino consiguió esa distinción hasta ahora así que sería muy importante. Pero la Triple Corona nunca fue un objetivo en sí. Se fue dando a medida que fui nadando y cumpliendo desafíos. Cuando nadé Manhattan buscaba sumar experiencia en este tipo de desafíos de larga distancia. Esa travesía fue una especie de preparación para la que estoy por afrontar ahora, para ir midiéndome mi capacidad aeróbica, física y mental”, explicó Ola.
Destacó además que el cruce al canal de la Mancha -así como cada desafío que encara- tiene un fin social. “Quiero que la difusión que se haga sobre todos mis nados impacten en mi ONG que se llama Swim Argentina y es una asociación civil sin fines de lucro para la gestión y el desarrollo del deporte”, comentó.
Y se explayó: “La idea fue crear un programa de mecenazgo y becas para nadadores de bajos recursos, específicamente del interior. Queremos lograr que la natación sea una herramienta de inclusión social en todo nuestro país”.
Luciana Aranguiz/Clarín