«Machirulo», «sexting», «tóxica» o «no binario» son palabras que muchas personas usan de manera habitual pero que hasta 2023 no estaban incluidas oficialmente en el Diccionario de Lengua Española. Todos los años la Real Academia Española (RAE) presenta su actualización y en 2023 fueron 4381 las incorporaciones al nuevo listado de palabras. Babbel es una plataforma que desarrolla y opera un ecosistema de experiencias de aprendizaje de idiomas online interconectados con el objetivo de crear un entendimiento mutuo a través del lenguaje y facilitar la comunicación entre distintas culturas. Por eso sus expertos en lingüística se ocuparon de recopilar algunos de los términos más novedosos incluidos en el año que pasó.
Según explica el lingüista y Curriculum Lead de Babbel Live, Héctor Hernández, la evolución del lenguaje constituye “un fenómeno dinámico que refleja la vida y cultura de una sociedad en constante cambio”, y el papel de la RAE supone “registrar y describir el uso de palabras y términos que emergen como producto de transformaciones sociales, tecnológicas o culturales». «Como lingüistas, es fundamental mantenernos al tanto de los cambios y actualizaciones para comprender la realidad lingüística contemporánea”.
El lenguaje muta tanto como la vida y esos cambios marchan al ritmo de las transformaciones socioculturales: el avance de las nuevas tecnologías, por ejemplo, obligó en el último tiempo a incorporar nuevos vocablos para comprenderse mejor, porque esas herramientas que fueron novedosas en algún momento hoy ya forman parte de la vida cotidiana. Estas transformaciones no sólo se cristalizan en la incorporación de nuevos términos sino también en la mutación de los significados de palabras ya conocidas.
Algunas de las incorporaciones más llamativas tienen que ver con el auge y la consolidación masiva de los feminismos en distintos países. Esta nueva perspectiva no sólo permitió observar el mundo y sus acontecimientos con una lente nueva sino que también impulsó un fuerte cuestionamiento a las estructuras patriarcales que históricamente impusieron asimetrías y desigualdades que antes estaban ocultas, disfrazadas o atemperadas pero que ahora se volvieron evidentes a la luz de los movimientos feministas y disidentes del siglo XXI. Ese viraje de la mirada habilitó una relectura en torno a los modos de relacionarse, por ejemplo, entre hombres y mujeres.
En la nueva versión del Diccionario de Lengua Española aparecen términos como «machirulo» para referirse a una persona –especialmente un hombre– que exhibe una actitud machista. Se trata de un término muy utilizado en el habla coloquial pero que aún no formaba parte del listado de la RAE. Otro caso similar es «tóxico» o «tóxica», que apunta a aquellas personas o situaciones que tienen una influencia nociva o perniciosa sobre alguien: por ejemplo, un novio tóxico o una relación tóxica. Dentro de esta categoría también se pueden identificar expresiones como «no binario», que alude a todas aquellas personas que no perciben su identidad de género en términos de hombre o mujer, y otros como autodeterminación de género, disforia de género e identidad de género que apuntan a poder hablar con mayor precisión sobre el derecho de las personas a definir su identidad de género más allá de su sexo biológico.
Uno de los términos más curiosos para nuestro país es el de «peronismo», definido como el “movimiento político surgido a mediados del siglo XX en Argentina en torno a la figura de Juan Domingo Perón”. Parece mentira que a 78 años de aquel 17 de octubre de 1945, con una plaza repleta pidiendo la liberación de su líder, se haya incorporado esa expresión al Diccionario recién en 2023. Por otra parte, se sumaron otros términos ligados a la temática medioambiental como «biocapacidad», «descarbonizar», «corredor ecológico», «huella de carbono», «huella ecológica» y «huella hídrica».
Otros vocablos están ligados al deporte o al universo de los cómics. Al primer caso corresponden «crack», con la que se define a una persona muy destacada en un rubro (aunque no se utiliza sólo en el ámbito del fútbol, es allí donde más se oye este término), o «videoarbitraje» (VAR por sus siglas en inglés), en alusión al sistema de video empleado por un árbitro para volver a ver una jugada que acaba de ocurrir. Dentro de la segunda categoría figuran «criptonita», la célebre sustancia que debilita a Superman, y «supervillano o supervillana», es decir, personajes de ficción malvados que plantean un antagonismo con el superhéroe.
En la lista ampliada también aparecen verbos como «perrear», que alude al “baile que se ejecuta generalmente a ritmo de reguetón, y en el que, cuando se baila por parejas, los cuerpos están muy juntos”, y uno que se escucha/lee bastante en podcasts o artículos especializados en cine: «oscarizar». La palabra señala el acto de “premiar con un Óscar”, y de ella deriva el adjetivo «oscarizado» que suele utilizarse para describir actores, actrices y directorxs. También hay otras novedades como «enchufable», «ojota» (usado en la Argentina y Uruguay), «parkour» (un término inmortalizado en los memes que replican la escena de The Office protagonizada por Steve Carell) o «tecnociencia».
Hay otra sección compuesta por los extranjerismos que fueron popularizándose por el uso. Allí aparecen «sexting», definido como el “envío o intercambio de imágenes o mensajes de texto con un contenido sexual explícito a través de un dispositivo electrónico”; «cookie», voz inglesa para referirse a una “galleta” –es habitual verla en el menú de las cafeterías– pero que también se usa para aludir a pequeños archivos de texto enviados por un sitio web y almacenados en el navegador del usuario; «balconing», aquella “práctica que consiste en saltar a la piscina de un hotel desde el balcón o la terraza de una habitación, generalmente por diversión”, una práctica que fue eternizada por Charly García y hoy está estampada en varias remeras; «banner», voz inglesa para referirse a una pancarta o a la publicidad de un sitio web; «bracket», que alude a las pequeñas piezas que forman parte de los aparatos de ortodoncia; y, por último, «bulldog», que refiere a una raza canina.
Laura Gomez/Página 12-Espectáculos