Diego Armando Maradona fue el símbolo máximo del deporte argentino y la inspiración de casi todos. Pero para algunos, simplemente lo fue todo, lo máximo. Y entre esos que lo amaron (y lo amarán) hasta el infinito está Luciana Aymar, la mejor jugadora de hockey de todos los tiempos y a quien el universo deportivo apodó ni más ni menos que la “Maradona” de su deporte, por el parecido con el Diez. Lucha estaba manejando por las calles de Rosario cuando recibió el mensaje de su representante que, con cuidado, trataba de decirle que Diego había muerto. Le cortó, paró el auto, no supo más que hacer. Sólo le salió llorar, mucho. “Diego fue la fuente de inspiración más grande que tuve. Verlo a él fue lo que me inspiró a concretar mis sueños, el promotor. Era lo que representaba dentro del campo de juego, lo que mostraba con su cuerpo y con la pelota era pasión, entrega, sentía todo eso. Verlo jugar fue mi escalera, mi motor”, le dijo la ex capitana de Las Leonas a La Capital apenas un rato después del conocimiento de la noticia, quebrada emocionalmente hasta las lágrimas durante todo el tiempo que duró la comunicación. Y confesó: «Siempre pensé en él, en cada medalla que me colgué y en cada copa que levanté. Por el entrenaba y corría más».
“Supongo que me pasó como a todos, Diego ya venía esquivando situaciones complicadas, pero todo el mundo en broma decía ‘Diego es eterno, Diego es eterno’. Creo que nadie estaba preparado para este día”, relató la Maga. Y contó cómo reaccionaba en la medida que podía: “Me quedé un rato sola, mal, no podía arrancar. Siento mucha angustia, sinceramente. Después retomé y me fui para lo de mi papá (René) porque sabía que él tenía adoración por Diego. No sé, necesitaba abrazar a alguien”. En este sentido, Lucha contó reiteradas veces que su amor por Diego había empezado de chiquita y cuando comenzaron a hablar de sus goles magníficos como “goles maradoneanos” reconoció que de niña miraba vídeos para imitarlo. “Desde que tengo uso de razón en mi casa siempre fue ‘Diego’, sus partidos, sus imágenes, me gustó el fútbol por él, claramente”, volvió a decir. Y pidió disculpas por volver dejar escapar las lágrimas.
“El primer encuentro que tuvimos fue en unos premios Olimpia, yo era muy chica, ahí lo conocí. El se acercó a saludarme y me quedé helada, no sabía muy bien qué decirle. Me saqué una foto, pero no podía hablar”, relató cuando se la consultó por sus vivencias con el Diez, que fueron muchas y muy disímiles. Es que, la enorme trayectoria de Lucha y su talento también deslumbraron a Diego, amante de todo lo bien jugado. Y se rió con la anécdota de esa noche: “¡Sí, esa la foto en la que me pidió que me siente en su rodillas!”. Y destacó: “El fue así siempre con todos los deportistas. Siempre teníamos el apoyo de parte de él. El apoyaba a los deportistas y los conocía”.
Con el andar de los años, el vínculo se afianzó y Lucha dejó de ser una fan para ser más una colega con la que hablaban de cuestiones más humanas. Incluso Maradona era un admirador expreso de Las Leonas. A fines de septiembre les mandó un vídeo especial felicitándolas por los 20 años de su nacimiento. “Después tuve la suerte de que vaya a verme jugar, me lo encontré en otros premios, pero ya eran otras charlas las que se daban: qué cómo me iba, cómo estaba, qué sentía, un poquito más profunda. Pero el recuerdo más lindo que tengo con él fue lo que pasó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando le regalé mis zapatillas (para Claudia Villafañe, ex esposa de Diego) y porque me acuerdo que me corrí todo el pasillo del estadio olímpico con la enfermera atrás gritándome” ¿Qué pasó? Ese día Maradona bajó al vestuario a darles una charla a las chicas porque habían perdido pero lucha no estaba ahí, sino que le había tocado control antidóping. “Cuando me enteré que estaba ahí y que yo era la única que no lo había saludado salí corriendo, mientras corría y la enfermera me gritaba pensaba ‘ya fue acá me suspenden pero no me importa’. Quería saludar a Diego. Cuando llegué lo vi: ‘Te quería esperar’, me dijo”.
¿Y qué piensa Luciana Aymar, en un día especial como el de la muerte del Diez, que a ella la hayan llamado “Maradona” en lo suyo? “Para mí fue un privilegio, fue mi ídolo máximo desde que tenía ocho años. Mi papá me ponía la remera de Argentina y nos sentábamos en familia a mirar todos los partidos. Repetíamos las imágenes de las jugadas. Mi familia me hizo conocerlo, admirarlo. Por eso digo que fue mi fuente de inspiración, yo quería lograr todo lo que él había logrado en el deporte. Y no sólo los premios, porque como siempre hablo, lo que Diego transmitía adentra de la cancha fue único, tenía una luz especial, él transmitía fortaleza y la llevaba a cualquier equipo. Quería ganar, lo que fuera con cualquier camiseta. Y por la de Argentina se desvivía, eso a mí me encantaba y pensaba ‘ojalá algún día pueda levantar una copa (del mundo) como la levantó el Diego. Y por suerte lo pude hacer. Siempre pensé en él, en cada medalla que me colgué, en cada copa que levanté. El me hacía correr más, me hacía entrenar más”, contó Luciana a quien la noticia la agarró en su ciudad natal después de ocho meses de no poder viajar por la pandemia, ya que reside en Chile junto a su novio Fernando González y su hijo Félix.
La Maga, que le concedió a este diario minutos llenos de conmoción, también reveló que no pudo mirar la televisión y que pensaba no hacerlo al menos por un par de días: “Estamos todos conmocionados, no caigo con esta situación, no quiero ni prender. Me resulta fuerte que está Diego en todos lados, no estoy preparada para eso”.