
Más allá de la bronca por la derrota por 24-18, Los Pumas se fueron con la frente alta de Pretoria, camino a Buenos Aires, porque el último amistoso previo al Mundial de Japón los tuvo como protagonistas de un duelo bastante parejo ante Sudáfrica. Es cierto que hubo muchísimos cambios en ambas formaciones, porque es tiempo de probar jugadores y variantes, pero el marcador pudo haber sido para Argentina si no hubiera sido por jugadas revisadas por el árbitro con el sistema de video.
“No era un amistoso, más todavía con lo de la semana pasada ( los Springboks derrotaron 46-13 a Los Pumas en Salta, en la última fecha del Rugby Championship). El partido fue muy físico, duro y en alguna pelota que podríamos haber marcado se nos escapó. Durante el primer tiempo tuvieron mucho la pelota en nuestro campo y después pudimos salir y sumar puntos, que fue importante. Tuvimos varias oportunidades que nos anularon y en estos partidos creo que hay que aprovecharlas”, comentó Joaquín Díaz Bonilla.
Para el partido que se jugó en el estadio Loftus Versfeld, Mario Ledesma decidió realizar 10 modificaciones respecto a la alineación que había saltado al campo la semana pasada, con el objetivo de sacarse las últimas dudas en la confección de la lista de 31 jugadores que anunciará el lunes para disputar la Copa del Mundo.
En un primer tiempo friccionado, que se jugó casi exclusivamente en el terreno argentino y en el que los locales manejaron la pelota, el cero recién se rompió a los 18 minutos con un penal de Elton Jantjies. Los Pumas consiguieron emparejar a los 26 con un penal de Díaz Bonilla, pero los sudafricanos siguieron siendo mejores y llegaron por primera vez al ingoal argentino a los 31, con una veloz maniobra colectiva que Sbu Nkosi culminó cerca de la bandera derecha. El intento de conversión de Jantjies se estrelló contra uno de los postes, por lo que el marcador quedó 8-3.
Parecía que el primer capítulo se extinguiría con la ventaja para los campeones del Rugby Championship, pero Guido Petti, más atento que todos, interceptó un balón en la mitad de la cancha y corrió libre hasta zambullirse en el ingoal. El acierto con el pie de Díaz Bonilla mandó a Argentina al descanso con ventaja de 10-8.
Y en el complemento llegó el videoref. A los 4, Sebastián Cancelliere llegó al try, pero el árbitro inglés Luke Pearce anuló la jugada por un supuesto knock-on previo, aunque pareció que la ovalada había pegado en una rodilla y no en una mano. Enseguida respondió Sudáfrica, con un imparable Sbu Nkosi, que a los 7 se mandó por la derecha, se desprendió de cuatro tackles y terminó volando al ingoal. Jantjies acertó la conversión y le devolvió la ventaja a los dirigidos por Rassie Erasmus (15-10).
Benjamín Urdapilleta descontó con un penal, pero casi inmediatamente respondió Jantjies por la misma vía para mantener la ventaja (1813). De todos modos, el elenco argentino, en su mejor momento, empató a los 24 minutos: a la salida de un line y tras un maul que se derrumbó, el capitán Pablo Matera penetró la defensa y apoyó. Sin embargo, el pie de Jantjies, casi desde la mitad de la cancha, volvió a adelantar a los sudafricanos por 21-18.
A cuatro minutos del final, Los Pumas tuvieron su gran chance de quedarse con la victoria: Urdapilleta apiló rivales y el debutante Lucas Mensa apoyó, pero el árbitro Pearce nuevamente recurrió al sistema de video y sancionó una infracción de Jerónimo De la Fuente en el arranque de la maniobra. Para colmo, de ese penal llegó el último acierto de Jantjies, que dio forma al 24-18 final.
Bronca, sí. Angustia, para nada. Los Pumas dejaron Sudáfrica con la sensación de que podrán hacerse fuertes en el Mundial.
Clarín/Deportes