El boxeo tendrá este sábado por la noche una de sus veladas más esperadas del inusual año pandémico cuando se midan dentro del ring ucraniano Vasyl Lomachenko, con los cinturones de la AMB y la OMB en su poder, y el hondureño/estadounidense Teófimo López, campeón de la FIB, para unificar sus títulos de peso ligero en el hotel-casino MGM Grand de Las Vegas, con transmisión de Space desde las 23.30.
Lomachenko, de 32 años, es considerado por muchos como el mejor boxeador libra por libra del momento por su combinación casi única de técnica (atentos al juego de pies), velocidad y potencia. Su última pelea fue hace más de un año, con victoria por decisión unánime ante el inglés Luke Campbell como visitante. Su récord es de 14 triunfos (10 por nocaut) y una derrota. Desde que cayó con el mexicano Orlando Salido por decisión dividida en 2014, lleva un invicto de 13 duelos.
El ucraniano no sólo posee dos títulos mundiales vigentes (también fue campeón pluma y superpluma de la OMB), dos medallas de oro olímpicas (Beijing 2008 y Londres 2012) y dos doradas a nivel mundial amateur (su récord es de 396 victorias y sólo una derrota, lo que lo convierte en uno de los mejores de la historia en la categoría), sino que también tiene una amplia gama de sobrenombres que le dan colorido a su personaje. El más conocido es «Matrix», originado por su habilidad para esquivar los ataques rivales, como si los viera en cámara lenta, como en la famosa película de fines de siglo XX. En tanto, en 2017, tras castigar al cubano Guillermo «El Chacal» Rigondeaux se autodenominó jocosamente como «No más Chenko», ya que su contrincante optó por no salir al sexto asalto alegando una lesión en su mano.
Del otro lado, Teófimo López, con sólo 23 años, está invicto, con 15 victorias, 12 por la vía del nocaut. Nacido en Estados Unidos de padres hondureños, «Takeover» (el que toma el control) también tuvo su experiencia olímpica, aunque representando al país de su familia ya que EE.UU. tenía representante asegurado. De todas maneras, no pasó de la primera ronda en Río de Janeiro 2016. Desde allí, Teófimo ha desarrollado una prometedora carrera caracterizada por la explosión de sus ataques. Ante Lomachenko, tendrá una ventaja de centímetros en el alcance de su pegada, 1,74 centímetros contra 1,66.
Una de las grandes atracciones del duelo estará en los rincones, con los padres de uno y otro púgil, quienes son a su vez entrenadores de sus hijos. Cuenta la leyenda que Teófimo López padre y Lomachenko intercambiaron verborragia durante un cruce en un hotel en 2018, lo cual habría originado la bronca entre ambos bandos. Según López padre, él fue a saludar al ucraniano y este lo miró con destrato, lo cual desató su ira: «Mi hijo viene por ti, te va arrancar la cabeza», le espetó. Según Lomachenko, el hondureño «no estaba sobrio» en ese momento.
Mientras el mayor de los López asegura que ya se «metió en la cabeza» de Lomachenko, que no va a durar «ni tres asaltos» y se va «a arrepentir de entrar al ring», Anatoly Lomachenko se apega al inusual plan de entrenamiento de su hijo y pupilo. Es que Vasyl también es conocido como «Hi-Tech» (alta tecnología) porque cada segundo de práctica es computarizado para posterior estudio y aplicación. A su vez, se ganó su fama por entrenar con ejercicios como aguantar la respiración bajo el agua hasta 4 minutos y 30 segundos o bailar danzas locales para mejorar su movimiento de pies.
El picante verbal siguió con los años y este sábado cederá su lugar a los golpes en Las Vegas. En el pesaje de este viernes, Lomachenko levantó la cinta que señalaba la distancia social permitida y se le puso cara a cara al norteamericano, sonrisa picarona de por medio. El show está garantizado.
Página 12/Deportes